Con una sensación térmica de, al menos, 60 grados celsius, los estados Zulia y los Andes, al occidente de Venezuela, serán una de las zonas más afectadas por los efectos del cambio climático en Venezuela, de acuerdo con proyecciones climáticas.
Ese fue uno de los temas centrales de la conferencia “El cambio climático y su efecto en Venezuela”, dictada por Osmar Mavarez, ingeniero agrónomo y profesor emérito de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ).
Mavarez, también especialista en riego y drenajes, enumeró uno por uno los efectos en curso y los que le esperan al país en los próximos años: aumento de la temperatura, elevación del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos, más un nuevo patrón de lluvias y migraciones internas.
“Imaginen tres grados más de temperatura más una sensación térmica de 60 °C, eso es lo que viene para estas zonas”, destaca el profesor Mavarez antes de profundizar en el dato.
El aumento del calor en el occidente venezolano vendrá dado por el crecimiento de la contaminación en el Lago de Maracaibo, lo que Mavarez describe como “espejo del estado”.
“Las aguas oscurecidas por materia orgánica (lemna, aguas negras y grises), productos tóxicos (petróleo y químicos) y plásticos aumentarán la absorción de la radiación solar y eso calentará el entorno con el vapor de agua”, explica.
La subida de temperatura también afecta y afectará al sector de la agricultura, por el estrés que sufren las plantas. Esto se verá reflejado en frutos más pequeños, baja polinización y fecundación; menos absorción de agua y nutrientes del suelo; y menos producción, rendimiento y calidad de las cosechas.
Mavarez basó su exposición en datos de instituciones como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc), la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina Nacional de Administración Atmosférica y Oceánica (NOAA), mismas que ya han alertado que nuestro país es uno de los más vulnerables ante el cambio climático.
Uno de los mayores efectos se sentirá por la elevación del nivel del mar, que en Venezuela afectará las zonas costeras, entre ellas: Zulia, Falcón, Delta Amacuro, Sucre y Nueva Esparta.
“Solo en Chichiriviche (Falcón) se perderán al menos 30 kilómetros cuadrados. Y para 2060, habrá unos 2500 kilómetros de costas caribeñas y tierras cultivables afectadas”, señala el profesor emérito.
Sobre proyecciones del nivel del mar, la organización Climate Central provee modelos que ilustran cómo estarán afectadas las zonas costeras en determinado año.
Por otra parte, la elevación del nivel del mar también trae consigo tormentas tropicales de mayor intensidad y con mayor penetración en las zonas costeras.
Un cambio en la distribución de ciclos producirá tormentas más fuertes, pero con intervalos más largos de tiempo entre ellas.
“Las regiones secas serán cada vez más secas y las regiones húmedas serán más húmedas”, resalta Mavarez.
Se estima que “por cada grado de calor, disminuirá el agua como recurso en un 20 %, lo que creará competencia, escasez y el crecimiento demográfico”.
De hecho, las lluvias intensas dejarán en alto riesgo de derrumbes a más del 40 % de la población cercana a valles fluviales, mientras que las crecientes de los ríos serán más caudalosas.
Según los datos citados por el profesor Mavarez, para 2060, más del 47 % del territorio venezolano experimentará condiciones semiáridas y subhúmedas; y 17 % tendrá menos de 4 meses lluviosos.
Asimismo, la presencia del fenómeno del Niño y la Niña se hará más frecuente y más extensa, como se ha experimentado este año.
Según la OMM, se estima que La Niña continúe hasta agosto; mientras otras predicciones a largo plazo del organismo estiman que podría persistir hasta 2023.
De acuerdo con Mavarez, una de las mayores migraciones será la de indígenas del Alto Orinoco y de la Alta Guajira, quienes “estarán más afectados por la pérdida de costas y sequía”.
Mientras que “los pobladores y agricultores de la zona Sur del Lago de Maracaibo -que actualmente sigue bajo el agua por las lluvias de marzo y abril- tendrán que reubicarse a sitios más altos y alejados de las orillas”.
Sin embargo, este es un tema del que poco se ha hablado en el país.
Los efectos del cambio climático generarán migraciones climáticas o movimiento de personas de zonas de alto riesgo a zonas consolidadas o urbanas que “con la falta de atención va a tender al colapso de las infraestructuras de servicio”, como explicó a Efecto Cocuyo la arquitecta María Yelithza Colina, diplomada en Gestión Ambiental Urbana con enfoque en Cambio Climático.
Para Mavarez, es urgente la implementación de planes de mitigación y adaptación, pero también comenzar a hablar de forma realista sobre el tema y “preservar los recursos que ya tenemos y utilizar la tecnología en pro de la preservación”.
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Con una sensación térmica de, al menos, 60 grados celsius, los estados Zulia y los Andes, al occidente de Venezuela, serán una de las zonas más afectadas por los efectos del cambio climático en Venezuela, de acuerdo con proyecciones climáticas.
Ese fue uno de los temas centrales de la conferencia “El cambio climático y su efecto en Venezuela”, dictada por Osmar Mavarez, ingeniero agrónomo y profesor emérito de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ).
Mavarez, también especialista en riego y drenajes, enumeró uno por uno los efectos en curso y los que le esperan al país en los próximos años: aumento de la temperatura, elevación del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos, más un nuevo patrón de lluvias y migraciones internas.
“Imaginen tres grados más de temperatura más una sensación térmica de 60 °C, eso es lo que viene para estas zonas”, destaca el profesor Mavarez antes de profundizar en el dato.
El aumento del calor en el occidente venezolano vendrá dado por el crecimiento de la contaminación en el Lago de Maracaibo, lo que Mavarez describe como “espejo del estado”.
“Las aguas oscurecidas por materia orgánica (lemna, aguas negras y grises), productos tóxicos (petróleo y químicos) y plásticos aumentarán la absorción de la radiación solar y eso calentará el entorno con el vapor de agua”, explica.
La subida de temperatura también afecta y afectará al sector de la agricultura, por el estrés que sufren las plantas. Esto se verá reflejado en frutos más pequeños, baja polinización y fecundación; menos absorción de agua y nutrientes del suelo; y menos producción, rendimiento y calidad de las cosechas.
Mavarez basó su exposición en datos de instituciones como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc), la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina Nacional de Administración Atmosférica y Oceánica (NOAA), mismas que ya han alertado que nuestro país es uno de los más vulnerables ante el cambio climático.
Uno de los mayores efectos se sentirá por la elevación del nivel del mar, que en Venezuela afectará las zonas costeras, entre ellas: Zulia, Falcón, Delta Amacuro, Sucre y Nueva Esparta.
“Solo en Chichiriviche (Falcón) se perderán al menos 30 kilómetros cuadrados. Y para 2060, habrá unos 2500 kilómetros de costas caribeñas y tierras cultivables afectadas”, señala el profesor emérito.
Sobre proyecciones del nivel del mar, la organización Climate Central provee modelos que ilustran cómo estarán afectadas las zonas costeras en determinado año.
Por otra parte, la elevación del nivel del mar también trae consigo tormentas tropicales de mayor intensidad y con mayor penetración en las zonas costeras.
Un cambio en la distribución de ciclos producirá tormentas más fuertes, pero con intervalos más largos de tiempo entre ellas.
“Las regiones secas serán cada vez más secas y las regiones húmedas serán más húmedas”, resalta Mavarez.
Se estima que “por cada grado de calor, disminuirá el agua como recurso en un 20 %, lo que creará competencia, escasez y el crecimiento demográfico”.
De hecho, las lluvias intensas dejarán en alto riesgo de derrumbes a más del 40 % de la población cercana a valles fluviales, mientras que las crecientes de los ríos serán más caudalosas.
Según los datos citados por el profesor Mavarez, para 2060, más del 47 % del territorio venezolano experimentará condiciones semiáridas y subhúmedas; y 17 % tendrá menos de 4 meses lluviosos.
Asimismo, la presencia del fenómeno del Niño y la Niña se hará más frecuente y más extensa, como se ha experimentado este año.
Según la OMM, se estima que La Niña continúe hasta agosto; mientras otras predicciones a largo plazo del organismo estiman que podría persistir hasta 2023.
De acuerdo con Mavarez, una de las mayores migraciones será la de indígenas del Alto Orinoco y de la Alta Guajira, quienes “estarán más afectados por la pérdida de costas y sequía”.
Mientras que “los pobladores y agricultores de la zona Sur del Lago de Maracaibo -que actualmente sigue bajo el agua por las lluvias de marzo y abril- tendrán que reubicarse a sitios más altos y alejados de las orillas”.
Sin embargo, este es un tema del que poco se ha hablado en el país.
Los efectos del cambio climático generarán migraciones climáticas o movimiento de personas de zonas de alto riesgo a zonas consolidadas o urbanas que “con la falta de atención va a tender al colapso de las infraestructuras de servicio”, como explicó a Efecto Cocuyo la arquitecta María Yelithza Colina, diplomada en Gestión Ambiental Urbana con enfoque en Cambio Climático.
Para Mavarez, es urgente la implementación de planes de mitigación y adaptación, pero también comenzar a hablar de forma realista sobre el tema y “preservar los recursos que ya tenemos y utilizar la tecnología en pro de la preservación”.