El Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (Igtf), que se cobra a los pagos con divisas, tiene un efecto directo sobre el precio final de los alimentos y demás productos nacionales. La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) detalló que este impacto varía en función del sector económico, pero se trata de mucho más que la tasa de 3 % que paga el consumidor al momento de estar en la caja.
«Con este impuesto hubo mucha confusión y su efecto no solo es el 3% que paga el consumidor. Aguas abajo, la aplicación de este impuesto representa entre 12 % y 18 %, más en el precio de los productos nacionales», explicó Luigi Pisella, presidente de Conindustria, durante una rueda de prensa para la presentación de la encuesta trimestral hecha a los productores nacionales afiliados al gremio.
Pisella utilizó un ejemplo de la producción de un zapato en el país para explicar cómo cada eslabón de la cadena industrial suma un 3 % adicional a los costos en la compra de las materias primas, gracias a este impuesto a los pagos con divisas que empezó a cobrarse en el país desde el pasado 28 de marzo.
Los industriales aprovecharon para volver a pedirle a la administración de Nicolás Maduro y a la Asamblea Nacional que revalúen la tasa actual de este Igtf. Para el gremio, una tasa de 2 % en el caso de los pagos con bolívares y de 3 % para los pagos con dólares, se trata de unas alícuotas muy altas para una economía que apenas comienza a empujar su recuperación.
El presidente de Conindustria recordó, además, que buena parte de los pagos entre las distintas empresas nacionales se hacen en dólares, porque la mayor parte de la economía venezolana se mueve en la moneda estadounidense tras cuatro años de hiperinflación.
En las proyecciones que manejan los industriales “dos tercios de la economía está en dólares y cambiarse no va a ser sencillo”. Los bolívares circulantes en el país estarían por el orden de 1.100 millones de dólares, mientras que el efectivo en dólares se mueve entre 2.200 y 2.500 millones de dólares, aparte de otros 1.200 millones de dólares que están depositados en moneda extranjera dentro de la banca nacional.
Pisella también aprovechó la rueda de prensa para detallar que los decretos más recientes sobre los productos importados “van en el camino adecuado”.
Un total de 1.260 productos fueron excluidos de los listados que les exoneraba del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y también de los aranceles de importación que se cobran al momento de la nacionalización de los productos importados. Esto supone 28 % del total de 4.465 productos que empezaron a contar con estos privilegios desde mediados del año 2018, cuando el Gobierno se propuso reabastecer los anaqueles nacionales con la importación de toda clase de productos.
“Los incentivos fueron para la importación de productos terminados y ahora queremos que la industria nacional también se sienta atendida. No estamos produciendo más por la falta de consumo, pero en la medida que incrementemos la producción nos haremos más competitivos frente a los productos importados” argumentó Pisella.
La competencia desequilibrada con los productos importados que llegan a Venezuela sin tener que pagar la nacionalización ni el IVA, de hecho, ocupa el cuarto lugar entre las preocupaciones para más de la mitad (54 %) de los industriales encuestados, de acuerdo con la «Encuesta de Coyuntura Industrial del I Trimestre 2022″.
En el primer lugar se encuentra la baja demanda nacional (71 %), mientras que luego le siguen la falta de financiamiento bancario para los industriales (71 %) y los excesivos tributos (64 %).
Aunque en la encuesta no apareció entre los primeros puestos, los retrasos en los despachos del diésel en algunas regiones del país son una angustia más que los industriales comenzaron a expresar durante este primer trimestre del año.
Foto principal: Cámara Venezolana de Calzados (Cavecal)
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El Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (Igtf), que se cobra a los pagos con divisas, tiene un efecto directo sobre el precio final de los alimentos y demás productos nacionales. La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) detalló que este impacto varía en función del sector económico, pero se trata de mucho más que la tasa de 3 % que paga el consumidor al momento de estar en la caja.
«Con este impuesto hubo mucha confusión y su efecto no solo es el 3% que paga el consumidor. Aguas abajo, la aplicación de este impuesto representa entre 12 % y 18 %, más en el precio de los productos nacionales», explicó Luigi Pisella, presidente de Conindustria, durante una rueda de prensa para la presentación de la encuesta trimestral hecha a los productores nacionales afiliados al gremio.
Pisella utilizó un ejemplo de la producción de un zapato en el país para explicar cómo cada eslabón de la cadena industrial suma un 3 % adicional a los costos en la compra de las materias primas, gracias a este impuesto a los pagos con divisas que empezó a cobrarse en el país desde el pasado 28 de marzo.
Los industriales aprovecharon para volver a pedirle a la administración de Nicolás Maduro y a la Asamblea Nacional que revalúen la tasa actual de este Igtf. Para el gremio, una tasa de 2 % en el caso de los pagos con bolívares y de 3 % para los pagos con dólares, se trata de unas alícuotas muy altas para una economía que apenas comienza a empujar su recuperación.
El presidente de Conindustria recordó, además, que buena parte de los pagos entre las distintas empresas nacionales se hacen en dólares, porque la mayor parte de la economía venezolana se mueve en la moneda estadounidense tras cuatro años de hiperinflación.
En las proyecciones que manejan los industriales “dos tercios de la economía está en dólares y cambiarse no va a ser sencillo”. Los bolívares circulantes en el país estarían por el orden de 1.100 millones de dólares, mientras que el efectivo en dólares se mueve entre 2.200 y 2.500 millones de dólares, aparte de otros 1.200 millones de dólares que están depositados en moneda extranjera dentro de la banca nacional.
Pisella también aprovechó la rueda de prensa para detallar que los decretos más recientes sobre los productos importados “van en el camino adecuado”.
Un total de 1.260 productos fueron excluidos de los listados que les exoneraba del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y también de los aranceles de importación que se cobran al momento de la nacionalización de los productos importados. Esto supone 28 % del total de 4.465 productos que empezaron a contar con estos privilegios desde mediados del año 2018, cuando el Gobierno se propuso reabastecer los anaqueles nacionales con la importación de toda clase de productos.
“Los incentivos fueron para la importación de productos terminados y ahora queremos que la industria nacional también se sienta atendida. No estamos produciendo más por la falta de consumo, pero en la medida que incrementemos la producción nos haremos más competitivos frente a los productos importados” argumentó Pisella.
La competencia desequilibrada con los productos importados que llegan a Venezuela sin tener que pagar la nacionalización ni el IVA, de hecho, ocupa el cuarto lugar entre las preocupaciones para más de la mitad (54 %) de los industriales encuestados, de acuerdo con la «Encuesta de Coyuntura Industrial del I Trimestre 2022″.
En el primer lugar se encuentra la baja demanda nacional (71 %), mientras que luego le siguen la falta de financiamiento bancario para los industriales (71 %) y los excesivos tributos (64 %).
Aunque en la encuesta no apareció entre los primeros puestos, los retrasos en los despachos del diésel en algunas regiones del país son una angustia más que los industriales comenzaron a expresar durante este primer trimestre del año.
Foto principal: Cámara Venezolana de Calzados (Cavecal)