El Gobierno brasileño declaró el estado de emergencia sanitaria en la reserva indígena Yanomami, la más grande de Brasil, ante la falta de atención médica a su población, que sufre casos de desnutrición infantil y malaria.
El presidente Lula, que visita la región este sábado para conocer el estado de los niños yanomami, creó además un comité nacional de coordinación para combatir la desasistencia a esa comunidad indígena, según fue publicado en una edición extra del Diario Oficial la noche del viernes.
La declaración de emergencia sanitaria la firmó la ministra de Salud, Nísia Trindade, quien montará además un centro de operaciones de emergencias en salud pública para «planear, organizar, coordinar y controlar» las medidas que se tomen para resolver la situación.
«Sumaremos todos los esfuerzos para garantizar la vida y superar esta crisis», afirmó este sábado el mandatario en sus redes sociales, mientras ponía rumbo al estado amazónico de Roraima, fronterizo con Venezuela, que alberga buena parte de la tierra Yanomami.
Al líder del Partido de los Trabajadores (PT) le acompañará la ministra de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, quien alertó sobre la crisis «humanitaria» y «sanitaria» que enfrentan los yanomami, también golpeados por la fuerte presencia de mineros informales, principalmente buscadores de oro.
«Es muy triste saber que indígenas, entre ellos 570 niños yanomami, murieron de hambre durante el último Gobierno» del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), denunció la ministra en su perfil de Twitter, quien calificó de «inadmisible» ver a sus «parientes morir de desnutrición».
La reserva indígena Yanomami es un vasto territorio de casi 10 millones de hectáreas y donde viven actualmente más de 30.400 personas, según datos oficiales.
En la década del noventa, los yanomami perdieron una quinta parte de su población por culpa de enfermedades importadas por mineros informales, cuyo trabajo intentó legalizar Bolsonaro, defensor de la explotación de los recursos naturales de la Amazonía.
Lula ha prometido que durante su mandato, que se extenderá hasta el 4 de enero de 2027, protegerá a los pueblos indígenas y acabará con la destrucción en la selva amazónica, que alcanzó niveles récord de deforestación con Bolsonaro en el poder.
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El Gobierno brasileño declaró el estado de emergencia sanitaria en la reserva indígena Yanomami, la más grande de Brasil, ante la falta de atención médica a su población, que sufre casos de desnutrición infantil y malaria.
El presidente Lula, que visita la región este sábado para conocer el estado de los niños yanomami, creó además un comité nacional de coordinación para combatir la desasistencia a esa comunidad indígena, según fue publicado en una edición extra del Diario Oficial la noche del viernes.
La declaración de emergencia sanitaria la firmó la ministra de Salud, Nísia Trindade, quien montará además un centro de operaciones de emergencias en salud pública para «planear, organizar, coordinar y controlar» las medidas que se tomen para resolver la situación.
«Sumaremos todos los esfuerzos para garantizar la vida y superar esta crisis», afirmó este sábado el mandatario en sus redes sociales, mientras ponía rumbo al estado amazónico de Roraima, fronterizo con Venezuela, que alberga buena parte de la tierra Yanomami.
Al líder del Partido de los Trabajadores (PT) le acompañará la ministra de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, quien alertó sobre la crisis «humanitaria» y «sanitaria» que enfrentan los yanomami, también golpeados por la fuerte presencia de mineros informales, principalmente buscadores de oro.
«Es muy triste saber que indígenas, entre ellos 570 niños yanomami, murieron de hambre durante el último Gobierno» del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), denunció la ministra en su perfil de Twitter, quien calificó de «inadmisible» ver a sus «parientes morir de desnutrición».
La reserva indígena Yanomami es un vasto territorio de casi 10 millones de hectáreas y donde viven actualmente más de 30.400 personas, según datos oficiales.
En la década del noventa, los yanomami perdieron una quinta parte de su población por culpa de enfermedades importadas por mineros informales, cuyo trabajo intentó legalizar Bolsonaro, defensor de la explotación de los recursos naturales de la Amazonía.
Lula ha prometido que durante su mandato, que se extenderá hasta el 4 de enero de 2027, protegerá a los pueblos indígenas y acabará con la destrucción en la selva amazónica, que alcanzó niveles récord de deforestación con Bolsonaro en el poder.