El presidente de Rusia, Vladímir Putin, negó este miércoles la presencia militar rusa en la central ucraniana de Zaporiyia denunciada por el informe de la agencia nuclear de la ONU, aunque ordenó también a la agencia atómica rusa, Rosatom, que proponga medidas para garantizar la seguridad de la planta.
«He visto en el informe que dice que el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) considera necesario retirar equipos militares del recinto de la planta. Pero en el territorio de la planta no hay equipos militares», dijo Putin durante su intervención en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.
Putin se mostró dispuesto a invitar a la planta bajo control ruso a la prensa europea y estadounidense para que lo comprueben personalmente.
Al mismo tiempo, aseguró que se fía del informe presentado la víspera ante el Consejo de Seguridad de la ONU por el director general del OIEA, Rafael Grossi, quien visitó la planta la pasada semana.
Grossi llamó a crear una zona de seguridad en torno a la planta, y también pidió la retirada del equipamiento militar ruso y el restablecimiento de la comunicación con la agencia atómica ucraniana, Energoatom.
«El OIEA es una organización internacional responsable. Su jefe es una persona muy profesional», subrayó Putin.
Al mismo tiempo, denunció que EEUU y los países europeos presionan a la agencia de Naciones Unidas, por lo que no pueden decir «abiertamente que los disparos proceden del lado ucraniano».
«Es algo evidente», apuntó.
En cuanto a las acusaciones mutuas de ataques contra la planta por parte de Moscú y Kiev, las tachó de «mentira podrida».
«Controlamos la planta. Allí están desplegados nuestros militares. ¿Qué pasa? ¿Nos estamos disparando a nosotros mismos?», señaló.
Además, aseguró que los militares rusos han encontrado esquirlas de los sistemas de misiles estadounidenses Himars y otro armamento occidental.
«¿Crea eso una amenaza o no? Por supuesto que la crea», señaló.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, apoyó la desmilitarización de la planta y elogió el informe presentado por Grossi, días después de criticar al OIEA por no exigir la retirada de las tropas rusas.
El papa: «¡Hoy estamos viviendo una guerra mundial, detengámonos por favor!»
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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, negó este miércoles la presencia militar rusa en la central ucraniana de Zaporiyia denunciada por el informe de la agencia nuclear de la ONU, aunque ordenó también a la agencia atómica rusa, Rosatom, que proponga medidas para garantizar la seguridad de la planta.
«He visto en el informe que dice que el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) considera necesario retirar equipos militares del recinto de la planta. Pero en el territorio de la planta no hay equipos militares», dijo Putin durante su intervención en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.
Putin se mostró dispuesto a invitar a la planta bajo control ruso a la prensa europea y estadounidense para que lo comprueben personalmente.
Al mismo tiempo, aseguró que se fía del informe presentado la víspera ante el Consejo de Seguridad de la ONU por el director general del OIEA, Rafael Grossi, quien visitó la planta la pasada semana.
Grossi llamó a crear una zona de seguridad en torno a la planta, y también pidió la retirada del equipamiento militar ruso y el restablecimiento de la comunicación con la agencia atómica ucraniana, Energoatom.
«El OIEA es una organización internacional responsable. Su jefe es una persona muy profesional», subrayó Putin.
Al mismo tiempo, denunció que EEUU y los países europeos presionan a la agencia de Naciones Unidas, por lo que no pueden decir «abiertamente que los disparos proceden del lado ucraniano».
«Es algo evidente», apuntó.
En cuanto a las acusaciones mutuas de ataques contra la planta por parte de Moscú y Kiev, las tachó de «mentira podrida».
«Controlamos la planta. Allí están desplegados nuestros militares. ¿Qué pasa? ¿Nos estamos disparando a nosotros mismos?», señaló.
Además, aseguró que los militares rusos han encontrado esquirlas de los sistemas de misiles estadounidenses Himars y otro armamento occidental.
«¿Crea eso una amenaza o no? Por supuesto que la crea», señaló.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, apoyó la desmilitarización de la planta y elogió el informe presentado por Grossi, días después de criticar al OIEA por no exigir la retirada de las tropas rusas.