Escuelas de Baruta y El Hatillo ya están listas para abrir sus puertas el próximo 3 de octubre; algunas con infraestructuras en mejor estado que instituciones públicas de otros municipios del Área Metropolitana de Caracas. Sin embargo, docentes advierten que las fallas de servicios siguen siendo un problema para los centros educativos.
Aquellos que están ubicados en las zonas rurales son los más afectados. El alcalde hatillano, Elías Sayegh, denunció este 30 de septiembre que los apagones y bajones eléctricos han aumentado en sectores de Los Naranjos, Oripoto, Alto Hatillo, El Encantado y Caicaguana, donde los vecinos denuncian que también hay un deficiente suministro de agua potable.
Regreso a clases: escuelas de occidente están en pésimo estado, advierten docentes
«Estamos secos en Alto Hatillo. Los colegios buscan resolver con cisternas, porque ya hemos perdido demasiado tiempo en cuarentena. Los niños tienen que ver sus clases normales, pero, ¿cómo das clases sin agua en los baños? Todavía seguimos en pandemia. Esto es más de lo mismo de otros años», puntualizó Rebeca García, docente del municipio.
Por otro lado, las Brigadas comunitarias y militares (Bricomiles) anunciadas por el mandatario Nicolás Maduro en junio de este año se encuentran trabajando en escuelas como la Unidad Educativa Nacional Conopoima en El Hatillo, pero maestros indican que no se han acercado a las municipales, que en algunos casos fueron atendidas por la alcaldía. De acuerdo con Sayegh, fueron recuperadas cinco entre 2021 y 2022.
La Escuela Básica Municipal María May queda en lo alto del sector El Calvario de El Hatillo. La mayoría de los niños que estudian ahí, unos 300 según sus registros, vienen de los alrededores. Algunos viven en el municipio Baruta, a unos 17 kilómetros de distancia. Las profesoras indican que varios se han ido por la dificultad del transporte.
«Muchos provienen de familias vulnerables y por el problema del transporte no vuelven a la escuela. Aquí intentamos que nos dieran una bonificación por difícil acceso pero no ha sido posible hasta ahora», comentó la maestra Gloria Álvarez a Efecto Cocuyo.
El centro educativo fue recuperado por la alcaldía y reinaugurado en 2021. Abrió sus puertas en octubre, con el llamado a clases presenciales tras dos años de cuarentena por la pandemia del COVID-19. Sus muros exteriores aún tienen huellas del tiempo y la humedad, pero el interior de la institución se mantiene limpio y en buenas condiciones.
«Hoy pasamos la mañana sin luz. Hicimos el consejo de maestros así. Por tema de agua nunca suspendemos porque tenemos tanque. La alcaldía hizo un proyecto para la escuela, donde se recoge el agua de lluvia y la utilizamos para los baños. El agua potable nos las mandan por cisterna», dijo Sandy Ortega, directora del María May.
De acuerdo con la ONG Monitor Ciudad, por lo menos en Caracas, los hogares pasan alrededor de 109 horas a la semana con los grifos secos. En enero, Fausto Romero, presidente de la Asociación de Institutos Educativos Privados (Andiep), aseguró en Unión Radio que los planteles de este sector pagan entre 100 y 200 dólares para acceder al agua a través de cisternas. Las escuelas públicas deben acudir a las direcciones educativas de las alcaldías para abastecerse.
Los niños de El Calvario reconocen a sus maestras mientras estas bajan por la zona. Las saludan, abrazan sus piernas y les prometen ir el lunes 3 de octubre a recibir sus clases.
«Ya por aquí te conocen por tantos años que una ha trabajado. A veces yo salgo a las 8 de la noche por acá y me voy caminando hasta la entrada», contó Gloria. Vive en San Agustín del Sur, en el municipio Libertador de Caracas, a 25 kilómetros de distancia.
En el casco histórico de El Hatillo, donde las fallas de luz son continuas, la escuela municipal Juan Manuel Cajigal funcionará normalmente el lunes 3 de octubre. Es una estructura multicolor, que queda justo al lado de la dirección educativa del municipio. Actualmente su infraestructura está apta para el regreso a las aulas. No obstante, a docentes y padres les preocupa que la inestabilidad de la energía eléctrica.
El 15 de agosto de este año, los alcaldes Elías Sayegh y Darwin González, este último del municipio Baruta, señalaron que 8 de cada 10 denuncias que reciben las jurisdicciones se deben a fallas de electricidad y de suministro de agua, según datos de El Diario.
La Escuela Municipal Monseñor Lucas Castillo funciona frente a un cementerio, en La Trinidad, municipio Baruta. Para el 28 de septiembre todavía se encontraban realizando inscripciones. Su directora, Tania Bermúdez, indica que el lunes recibirá a sus 750 estudiantes, que es la matrícula del centro educativo.
«Lo que nosotros tenemos son cuestiones de pintura y alumbrado. Sin embargo, la escuela está preparada para comenzar. Eso sí, tenemos situaciones puntuales como filtración», apuntó Bermúdez.
Los servicios como agua y electricidad funcionan sin imprevistos, agregó la docente. No obstante, la línea telefónica Cantv lleva meses sin tono.
Bermúdez considera que Monseñor Lucas Castillo es una institución privilegiada. A un par de kilómetros, la Unidad Educativa Nacional Sorocaima es recuperada por las Bricomiles, luego de múltiples denuncias sobre las pésimas condiciones de sus espacios, que incluían techos dañados por las filtraciones y muros agrietados.
De acuerdo con el Ministerio de Información y Comunicación, para el 20 de septiembre las Brigadas habían recuperado 1.342 escuelas en la capital venezolana, pero no en todos comenzarán las clases el 3 de octubre porque algunas se mantienen en obras. En general, se estima que hay más de tres mil centros educativos solo en el Área Metropolitana caraqueña.
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Escuelas de Baruta y El Hatillo ya están listas para abrir sus puertas el próximo 3 de octubre; algunas con infraestructuras en mejor estado que instituciones públicas de otros municipios del Área Metropolitana de Caracas. Sin embargo, docentes advierten que las fallas de servicios siguen siendo un problema para los centros educativos.
Aquellos que están ubicados en las zonas rurales son los más afectados. El alcalde hatillano, Elías Sayegh, denunció este 30 de septiembre que los apagones y bajones eléctricos han aumentado en sectores de Los Naranjos, Oripoto, Alto Hatillo, El Encantado y Caicaguana, donde los vecinos denuncian que también hay un deficiente suministro de agua potable.
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«Estamos secos en Alto Hatillo. Los colegios buscan resolver con cisternas, porque ya hemos perdido demasiado tiempo en cuarentena. Los niños tienen que ver sus clases normales, pero, ¿cómo das clases sin agua en los baños? Todavía seguimos en pandemia. Esto es más de lo mismo de otros años», puntualizó Rebeca García, docente del municipio.
Por otro lado, las Brigadas comunitarias y militares (Bricomiles) anunciadas por el mandatario Nicolás Maduro en junio de este año se encuentran trabajando en escuelas como la Unidad Educativa Nacional Conopoima en El Hatillo, pero maestros indican que no se han acercado a las municipales, que en algunos casos fueron atendidas por la alcaldía. De acuerdo con Sayegh, fueron recuperadas cinco entre 2021 y 2022.
La Escuela Básica Municipal María May queda en lo alto del sector El Calvario de El Hatillo. La mayoría de los niños que estudian ahí, unos 300 según sus registros, vienen de los alrededores. Algunos viven en el municipio Baruta, a unos 17 kilómetros de distancia. Las profesoras indican que varios se han ido por la dificultad del transporte.
«Muchos provienen de familias vulnerables y por el problema del transporte no vuelven a la escuela. Aquí intentamos que nos dieran una bonificación por difícil acceso pero no ha sido posible hasta ahora», comentó la maestra Gloria Álvarez a Efecto Cocuyo.
El centro educativo fue recuperado por la alcaldía y reinaugurado en 2021. Abrió sus puertas en octubre, con el llamado a clases presenciales tras dos años de cuarentena por la pandemia del COVID-19. Sus muros exteriores aún tienen huellas del tiempo y la humedad, pero el interior de la institución se mantiene limpio y en buenas condiciones.
«Hoy pasamos la mañana sin luz. Hicimos el consejo de maestros así. Por tema de agua nunca suspendemos porque tenemos tanque. La alcaldía hizo un proyecto para la escuela, donde se recoge el agua de lluvia y la utilizamos para los baños. El agua potable nos las mandan por cisterna», dijo Sandy Ortega, directora del María May.
De acuerdo con la ONG Monitor Ciudad, por lo menos en Caracas, los hogares pasan alrededor de 109 horas a la semana con los grifos secos. En enero, Fausto Romero, presidente de la Asociación de Institutos Educativos Privados (Andiep), aseguró en Unión Radio que los planteles de este sector pagan entre 100 y 200 dólares para acceder al agua a través de cisternas. Las escuelas públicas deben acudir a las direcciones educativas de las alcaldías para abastecerse.
Los niños de El Calvario reconocen a sus maestras mientras estas bajan por la zona. Las saludan, abrazan sus piernas y les prometen ir el lunes 3 de octubre a recibir sus clases.
«Ya por aquí te conocen por tantos años que una ha trabajado. A veces yo salgo a las 8 de la noche por acá y me voy caminando hasta la entrada», contó Gloria. Vive en San Agustín del Sur, en el municipio Libertador de Caracas, a 25 kilómetros de distancia.
En el casco histórico de El Hatillo, donde las fallas de luz son continuas, la escuela municipal Juan Manuel Cajigal funcionará normalmente el lunes 3 de octubre. Es una estructura multicolor, que queda justo al lado de la dirección educativa del municipio. Actualmente su infraestructura está apta para el regreso a las aulas. No obstante, a docentes y padres les preocupa que la inestabilidad de la energía eléctrica.
El 15 de agosto de este año, los alcaldes Elías Sayegh y Darwin González, este último del municipio Baruta, señalaron que 8 de cada 10 denuncias que reciben las jurisdicciones se deben a fallas de electricidad y de suministro de agua, según datos de El Diario.
La Escuela Municipal Monseñor Lucas Castillo funciona frente a un cementerio, en La Trinidad, municipio Baruta. Para el 28 de septiembre todavía se encontraban realizando inscripciones. Su directora, Tania Bermúdez, indica que el lunes recibirá a sus 750 estudiantes, que es la matrícula del centro educativo.
«Lo que nosotros tenemos son cuestiones de pintura y alumbrado. Sin embargo, la escuela está preparada para comenzar. Eso sí, tenemos situaciones puntuales como filtración», apuntó Bermúdez.
Los servicios como agua y electricidad funcionan sin imprevistos, agregó la docente. No obstante, la línea telefónica Cantv lleva meses sin tono.
Bermúdez considera que Monseñor Lucas Castillo es una institución privilegiada. A un par de kilómetros, la Unidad Educativa Nacional Sorocaima es recuperada por las Bricomiles, luego de múltiples denuncias sobre las pésimas condiciones de sus espacios, que incluían techos dañados por las filtraciones y muros agrietados.
De acuerdo con el Ministerio de Información y Comunicación, para el 20 de septiembre las Brigadas habían recuperado 1.342 escuelas en la capital venezolana, pero no en todos comenzarán las clases el 3 de octubre porque algunas se mantienen en obras. En general, se estima que hay más de tres mil centros educativos solo en el Área Metropolitana caraqueña.