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Intercambios y donaciones: padres venezolanos buscan opciones para adquirir útiles y uniformes 

LA HUMANIDAD · 7 SEPTIEMBRE, 2022 22:10

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Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

Foto por Mairet Chourio (@mairetchourio)

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Padres y representantes venezolanos buscan reducir gastos en útiles y uniformes mientras se acerca cada vez más el inicio del nuevo año escolar, en octubre de 2022. Las alternativas para economizar son variadas: van desde comprar ropa usada, realizar intercambios o conseguir donaciones, considerando que costear prendas y materiales nuevos no es una opción para algunos. 

En Venezuela, el salario mínimo se ubica en 130 bolívares o 16 dólares, por lo que una familia necesitaría  diez sueldos para comprar la totalidad de una sola lista escolar según el recorrido realizado por Efecto Cocuyo el 6 de septiembre. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida 2021 (Encovi 2021) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), el 94,5% de los venezolanos viven en condición de pobreza. De ese porcentaje, el 76,6 % se encuentra en pobreza extrema.

Por otro lado, el Ministerio de Educación afirma que en el país hay una matrícula de educación básica de 8,7 millones de estudiantes. No hay cifras oficiales que aclaren cuántos de ellos acceden a materiales escolares antes de que inicien las clases. 

«Cuando tienes más de un niño en casa, te toca resolver. Antes uno se preocupaba porque todo fuese nuevo, recién sacado de una tienda y recorrías los boulevares para eso. Pero ahora hay que decidir entre comprar comida y comprarles las cosas de la escuela. Yo pienso que lo importante no es que sea nuevo, sino que ellos tengan con qué ir a estudiar», dijo Maritza Moreno, enfermera de profesión y madre de dos estudiantes de cuarto y sexto grado de primaria. 

Organizaciones que ayudan

La crisis económica ha golpeado gravemente al sector educativo venezolano. En 2019, la diputada de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, Bolivia Suárez, declaró que 91% de los planteles a nivel nacional no tenía útiles escolares en buenas condiciones.

Debido a la grave situación, escuelas como las adscritas a la red de Fe y Alegría reciben donaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a comienzos del año escolar. En octubre 2021, el organismo dotó de útiles a los niños del colegio Jesús Maestro, ubicado en la Zona 10 de José Félix Ribas de Petare.

En general, cuando se acerca el inicio de clases, asociaciones y ONG prestan apoyo a los centros educativos y las familias. Es el caso de Zona de Descarga, que también opera en Petare, en el municipio Sucre del Área Metropolitana de Caracas. 

«Estuvimos analizando la realidad que vivimos en nuestros barrios, el tema del incremento del dólar ha afectado muchísimo. Nosotros recibimos una donación para 510 niños de Petare que van a recibir lo primordial: tres cuadernos, una caja de lápices, una caja de creyones, juego de escuadras, sacapuntas y borra», dijo Jaime Pérez, cofundador de la organización, a Efecto Cocuyo

La Fundación Educando Niños Felices, otra ONG activa en la capital venezolana, recolecta uniformes en su centro de acopio, ubicado en la avenida Venezuela con calle Mohedano, El Rosal, al este caraqueño. 

Hogar Bambi también entregará útiles escolares. De hecho, la campaña de recolección ya comenzó a través de sus redes sociales. De igual forma, La Fundación de Amigos del Niño que Amerita Protección (Fundana) inició su propia recolecta de fondos para útiles 2022 que puede encontrarse en su página web

Recurrir a redes sociales 

Las redes sociales sirven como plataformas de ventas y trueques para distintas personas. En WhasApp y Telegram se organizan grupos en los que padres y representantes intercambian camisas, suéteres en buen estado y hasta zapatos. Ocurre sobre todo entre los miembros de una misma comunidad. 

Así mismo, en Facebook e Instagram, usuarios ofrecen útiles a partir de 0,50 dólares y uniformes a precios más económicos que en las tiendas. Incluso camisas para preescolar desde dos dólares, pantalones en cuatro dólares y zapatos en ocho dólares. 

Combos de dos dólares y medio que incluyen libreta, lápiz, sacapuntas y goma de borrar son comunes. Igualmente, vendedores piden a los clientes las listas escolares y las cotizan a costos que están por debajo de los que se consiguen en las ferias instaladas en las calles. 

«Empecé a vender útiles por Facebook desde hace un año. Yo me vine de Colombia y me traje varias cosas para la venta. Lápices, cuadernos, pinturitas. El año pasado no vendí mucho, estoy ahora saliendo de ese inventario. Hay gente que compra y se le lleva hasta una estación de metro céntrica. Es porque es más barato. Yo vendo cuatro libretas por dos dólares, por ejemplo», comentó Eyvelyn Gómez, comerciante informal. 

No obstante, padres advierten que la calidad de los materiales va acorde con el precio y que algunos pueden no ser duraderos.

«Una compra una caja de colores en dos dólares y debe saber que no van a colorear mucho o se pueden partir. La calidad siempre cuesta», puntualizó Moreno. 

Otros, como Gladys Marcano en Minas de Baruta, reutilizan cuadernos, portalápices, resmas y colores que quedaron de años anteriores. También heredan la ropa a hermanos o primos, para reutilizarla. 

«Mi niña salió de tercer año y la dejé rayarse una sola camisa de las tres que tenía, porque la hermana viene para primer año y esas le sirven mientras tanto. No estamos como para botar la ropa», explicó a Efecto Cocuyo

El mercado de la ropa de segunda mano

Comprar uniformes usados no es una práctica reciente en Venezuela. En la capital, algunas tiendas de ropa de segunda mano los ofrecen a precios bajos. Por ejemplo, una chemise en tres dólares mientras que nueva puede costar de cinco a ocho dólares en ferias de Chacaito o Plaza Caracas.

En la zona colonial de Petare, al este de la ciudad, han aparecido comercios que a principios de septiembre venden prendas escolares como monos, suéteres y faldas. Sin embargo, no cuentan con un inventario amplio, por lo que es necesario preguntar a las dependientas para hallar las piezas. En Sabana Grande, la estación Teatro y La Candelaria también se consiguen estos negocios, aunque no se dedican exclusivamente a comercializar uniformes. 

«Preguntas si tienen un pantalón o una camisa azul de liceo, por ejemplo, y ellos te lo buscan. La cosa es que si no sirve la talla, entonces tienes que ir a otro lado. No es como las tiendas de cosas nuevas que tienen hasta cinco tallas diferentes», indicó Rosa González, ama de casa. 

Varios padres optan por mandar a confeccionar los uniformes de sus hijos. En el centro de Caracas, un metro y medio de tela cuesta en promedio cinco dólares y las costureras suelen cobrar entre tres y cuatro dólares por trabajo en el sitio. 

«A veces te sale mejor comprar un poquito de tela y mandar a hacer unas dos camisas. Por ejemplo, puedes gastar ocho dólares en las franelas de un niño chiquito, cuando en las tiendas comprarlas te sale en doce dólares. Es cuestión de organizarse», comentó González. 

El poco acceso a útiles vacía las aulas

Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje) alertó el 6 de julio de 2022 que no hay cifras oficiales sobre la deserción estudiantil en Venezuela. La Unidad Democrática del Sector Educativo (Udse) advirtió a finales del año pasado que la cifra se ubicó en un 23,7 % en el contexto del año escolar 2020 – 2021. 

Organizaciones y docentes indican que la situación es alarmante. Agregan que los niños, niñas y adolescentes en zonas vulnerables dejan de ir a las escuelas por fallas en servicios públicos y una precaria alimentación, pero también por falta de uniformes y útiles para estudiar. 

«Se ha venido hablando del tema del uniforme, de flexibilizar eso. Hoy en día los padres que viven en sectores populares que tienen un promedio de tres o cuatro niños no pueden cubrir el uniforme. Hay una deserción escolar muy grande, porque si no tienen para los útiles o la ropa no tienen para comer. Existe una inversión grandísima que pesa en los hombros de los padres», puntualizó Jaime Pérez. 

El balance anual de Cecodap, titulado Estudiar entre ruinas, resalta las brechas existentes en el sistema educativo venezolano, notoria especialmente en colegios públicos. 

«Lo que caracteriza el retorno a clases presenciales es una profunda desigualdad entre los niños con escuelas con condiciones y oportunidades y aquellos que no las tienen. La brecha educativa es muy profunda: las familias van a la deriva», dijo Carlos Trapani, coordinador del servicio jurídico de la organización. 

LA HUMANIDAD · 7 SEPTIEMBRE, 2022

Intercambios y donaciones: padres venezolanos buscan opciones para adquirir útiles y uniformes 

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara
Foto por Mairet Chourio (@mairetchourio)

Padres y representantes venezolanos buscan reducir gastos en útiles y uniformes mientras se acerca cada vez más el inicio del nuevo año escolar, en octubre de 2022. Las alternativas para economizar son variadas: van desde comprar ropa usada, realizar intercambios o conseguir donaciones, considerando que costear prendas y materiales nuevos no es una opción para algunos. 

En Venezuela, el salario mínimo se ubica en 130 bolívares o 16 dólares, por lo que una familia necesitaría  diez sueldos para comprar la totalidad de una sola lista escolar según el recorrido realizado por Efecto Cocuyo el 6 de septiembre. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida 2021 (Encovi 2021) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), el 94,5% de los venezolanos viven en condición de pobreza. De ese porcentaje, el 76,6 % se encuentra en pobreza extrema.

Por otro lado, el Ministerio de Educación afirma que en el país hay una matrícula de educación básica de 8,7 millones de estudiantes. No hay cifras oficiales que aclaren cuántos de ellos acceden a materiales escolares antes de que inicien las clases. 

«Cuando tienes más de un niño en casa, te toca resolver. Antes uno se preocupaba porque todo fuese nuevo, recién sacado de una tienda y recorrías los boulevares para eso. Pero ahora hay que decidir entre comprar comida y comprarles las cosas de la escuela. Yo pienso que lo importante no es que sea nuevo, sino que ellos tengan con qué ir a estudiar», dijo Maritza Moreno, enfermera de profesión y madre de dos estudiantes de cuarto y sexto grado de primaria. 

Organizaciones que ayudan

La crisis económica ha golpeado gravemente al sector educativo venezolano. En 2019, la diputada de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, Bolivia Suárez, declaró que 91% de los planteles a nivel nacional no tenía útiles escolares en buenas condiciones.

Debido a la grave situación, escuelas como las adscritas a la red de Fe y Alegría reciben donaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a comienzos del año escolar. En octubre 2021, el organismo dotó de útiles a los niños del colegio Jesús Maestro, ubicado en la Zona 10 de José Félix Ribas de Petare.

En general, cuando se acerca el inicio de clases, asociaciones y ONG prestan apoyo a los centros educativos y las familias. Es el caso de Zona de Descarga, que también opera en Petare, en el municipio Sucre del Área Metropolitana de Caracas. 

«Estuvimos analizando la realidad que vivimos en nuestros barrios, el tema del incremento del dólar ha afectado muchísimo. Nosotros recibimos una donación para 510 niños de Petare que van a recibir lo primordial: tres cuadernos, una caja de lápices, una caja de creyones, juego de escuadras, sacapuntas y borra», dijo Jaime Pérez, cofundador de la organización, a Efecto Cocuyo

La Fundación Educando Niños Felices, otra ONG activa en la capital venezolana, recolecta uniformes en su centro de acopio, ubicado en la avenida Venezuela con calle Mohedano, El Rosal, al este caraqueño. 

Hogar Bambi también entregará útiles escolares. De hecho, la campaña de recolección ya comenzó a través de sus redes sociales. De igual forma, La Fundación de Amigos del Niño que Amerita Protección (Fundana) inició su propia recolecta de fondos para útiles 2022 que puede encontrarse en su página web

Recurrir a redes sociales 

Las redes sociales sirven como plataformas de ventas y trueques para distintas personas. En WhasApp y Telegram se organizan grupos en los que padres y representantes intercambian camisas, suéteres en buen estado y hasta zapatos. Ocurre sobre todo entre los miembros de una misma comunidad. 

Así mismo, en Facebook e Instagram, usuarios ofrecen útiles a partir de 0,50 dólares y uniformes a precios más económicos que en las tiendas. Incluso camisas para preescolar desde dos dólares, pantalones en cuatro dólares y zapatos en ocho dólares. 

Combos de dos dólares y medio que incluyen libreta, lápiz, sacapuntas y goma de borrar son comunes. Igualmente, vendedores piden a los clientes las listas escolares y las cotizan a costos que están por debajo de los que se consiguen en las ferias instaladas en las calles. 

«Empecé a vender útiles por Facebook desde hace un año. Yo me vine de Colombia y me traje varias cosas para la venta. Lápices, cuadernos, pinturitas. El año pasado no vendí mucho, estoy ahora saliendo de ese inventario. Hay gente que compra y se le lleva hasta una estación de metro céntrica. Es porque es más barato. Yo vendo cuatro libretas por dos dólares, por ejemplo», comentó Eyvelyn Gómez, comerciante informal. 

No obstante, padres advierten que la calidad de los materiales va acorde con el precio y que algunos pueden no ser duraderos.

«Una compra una caja de colores en dos dólares y debe saber que no van a colorear mucho o se pueden partir. La calidad siempre cuesta», puntualizó Moreno. 

Otros, como Gladys Marcano en Minas de Baruta, reutilizan cuadernos, portalápices, resmas y colores que quedaron de años anteriores. También heredan la ropa a hermanos o primos, para reutilizarla. 

«Mi niña salió de tercer año y la dejé rayarse una sola camisa de las tres que tenía, porque la hermana viene para primer año y esas le sirven mientras tanto. No estamos como para botar la ropa», explicó a Efecto Cocuyo

El mercado de la ropa de segunda mano

Comprar uniformes usados no es una práctica reciente en Venezuela. En la capital, algunas tiendas de ropa de segunda mano los ofrecen a precios bajos. Por ejemplo, una chemise en tres dólares mientras que nueva puede costar de cinco a ocho dólares en ferias de Chacaito o Plaza Caracas.

En la zona colonial de Petare, al este de la ciudad, han aparecido comercios que a principios de septiembre venden prendas escolares como monos, suéteres y faldas. Sin embargo, no cuentan con un inventario amplio, por lo que es necesario preguntar a las dependientas para hallar las piezas. En Sabana Grande, la estación Teatro y La Candelaria también se consiguen estos negocios, aunque no se dedican exclusivamente a comercializar uniformes. 

«Preguntas si tienen un pantalón o una camisa azul de liceo, por ejemplo, y ellos te lo buscan. La cosa es que si no sirve la talla, entonces tienes que ir a otro lado. No es como las tiendas de cosas nuevas que tienen hasta cinco tallas diferentes», indicó Rosa González, ama de casa. 

Varios padres optan por mandar a confeccionar los uniformes de sus hijos. En el centro de Caracas, un metro y medio de tela cuesta en promedio cinco dólares y las costureras suelen cobrar entre tres y cuatro dólares por trabajo en el sitio. 

«A veces te sale mejor comprar un poquito de tela y mandar a hacer unas dos camisas. Por ejemplo, puedes gastar ocho dólares en las franelas de un niño chiquito, cuando en las tiendas comprarlas te sale en doce dólares. Es cuestión de organizarse», comentó González. 

El poco acceso a útiles vacía las aulas

Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje) alertó el 6 de julio de 2022 que no hay cifras oficiales sobre la deserción estudiantil en Venezuela. La Unidad Democrática del Sector Educativo (Udse) advirtió a finales del año pasado que la cifra se ubicó en un 23,7 % en el contexto del año escolar 2020 – 2021. 

Organizaciones y docentes indican que la situación es alarmante. Agregan que los niños, niñas y adolescentes en zonas vulnerables dejan de ir a las escuelas por fallas en servicios públicos y una precaria alimentación, pero también por falta de uniformes y útiles para estudiar. 

«Se ha venido hablando del tema del uniforme, de flexibilizar eso. Hoy en día los padres que viven en sectores populares que tienen un promedio de tres o cuatro niños no pueden cubrir el uniforme. Hay una deserción escolar muy grande, porque si no tienen para los útiles o la ropa no tienen para comer. Existe una inversión grandísima que pesa en los hombros de los padres», puntualizó Jaime Pérez. 

El balance anual de Cecodap, titulado Estudiar entre ruinas, resalta las brechas existentes en el sistema educativo venezolano, notoria especialmente en colegios públicos. 

«Lo que caracteriza el retorno a clases presenciales es una profunda desigualdad entre los niños con escuelas con condiciones y oportunidades y aquellos que no las tienen. La brecha educativa es muy profunda: las familias van a la deriva», dijo Carlos Trapani, coordinador del servicio jurídico de la organización. 

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