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Nazareno de San Pablo retoma su procesión y misas de madrugada este Miércoles Santo

LA HUMANIDAD · 4 ABRIL, 2023 21:52

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Manuel Tomillo C. | @ManuelTomilloC


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Con 12 misas a lo largo de más de 15 horas, la Basílica de Santa Teresa, del centro de Caracas, se prepara para recibir este Miércoles Santo a miles de devotos del Nazareno de San Pablo, que este año podrán venerar su imagen desde la madrugada de este 5 de abril, luego de tres años de restricciones por la pandemia de COVID-19.

Explica el padre Armelim De Sousa, párroco de la Basílica Santa Teresa, que la primera homilía será a las 12 de la medianoche de este miércoles y que luego de ella se realizarán servicios cada hora y media, con la participación de sacerdotes invitados de otros templos de Caracas y que la Misa Central se hará a las 4:30 de la tarde, oficiada por el cardenal Baltazar Porras en la plaza Diego Ibarra, cercana a la iglesia que desde 1881 resguarda la figura de Cristo con la cruz.

«Luego a las 6:00 p. m. se saldrá en procesión hacia los alrededores de la plaza, con la imagen del Nazareno de San Pablo y recorrerá buena parte del centro de Caracas. El Nazareno y sus devotos caminarán por las esquinas de Cruz Verde, avenida Lecuna, Velásquez, Cipreses, Miracielos, Reducto, avenida Baralt, plaza Miranda, esquina San Pablo, Teatro Municipal y La Palma hasta volver a Santa Teresa», indicó De Sousa.

Historia de fe

Si hay una devoción a la que el caraqueño es fiel es al milagroso Nazareno de San Pablo. Tiene una cofradía que se remonta a los tiempos coloniales y no hace sino crecer cada año.

El día más concurrido para el templo donde reside es el Miércoles Santo, en el que las misas se suceden hora por hora y la gente acude por cientos de miles desde la madrugada hasta que finaliza la Semana Mayor.

Su lugar es Santa Teresa, en pleno corazón del centro de la capital. Una majestuosa edificación del más puro estilo colonial, donde es constantemente visitada esta imagen de Jesucristo, con la cruz al hombro y vestimenta morada, la cual imitan todos aquellos que llegan hasta él pagando promesas. 

La basílica fue construida por el entonces presidente de Venezuela, el general Antonio Guzmán Blanco, quien era para nada creyente -y fue duro con la Iglesia, expulsando a diestra y siniestra, cerrando seminarios y colegios católicos- pero sí su mujer, Ana Teresa, en atención a la cual recibió el nombre el conocido templo.

Una de las historias anexas a la tradición de esta imagen cuenta que, habiendo el escultor terminado su obra, tuvo una visión en la que Jesús se le habría aparecido, preguntándole “¿dónde me has visto, que tan perfecto me has hecho?”.

A su llegada a Caracas, la imagen fue llevada a la Capilla de San Pablo, de la que eventualmente recibió su nombre, y que fue derribada 1880 durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, quien edificó en su lugar el Teatro Nacional.

Basílica de Santa Teresa y Santa Ana,  en el centro de Caracas, que guarda la imagen del Nazareno de San Pablo
Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, en el centro de Caracas, que guarda la imagen del Nazareno de San Pablo

Pocos años después del arribo de la imagen a la ciudad, en 1597 según algunos registros (otros dirían que el hecho data de mediados del siglo XVII), una peste azotó la ciudad (algunos archivos dicen que se trataba de “vómito negro”, otros que de escorbuto, y algunos simplemente de viruela), por lo que la imagen, que ya gozaba de una sitial de honor en la devoción popular, fue sacada en rogativa. Durante la procesión, la imagen se enredó en un limonero y un racimo de limones quedó pendiendo de la corona de espinas del Nazareno, mientras que otros cayeron al suelo.

Los devotos recogieron los frutos, y los dieron como medicina a los enfermos, quienes sanaron al poco tiempo.

La imagen, consagrada el 4 de julio de 1674 por Fray González de Acuña, fue trasladada a la Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, también construida bajo el mandato de Antonio Guzmán Blanco.

Desde entonces, los fieles asisten todos los miércoles santos a la procesión –de unas tres o cuatro horas de duración- vestidos con una túnica de color violeta, a modo de tributo al Nazareno. Días antes de la procesión del Miércoles Santo, la imagen es adornada con cinco mil orquídeas, la flor nacional venezolana.

Con información de Arquidiócesis de Caracas y Aleteia

 

 

LA HUMANIDAD · 4 ABRIL, 2023

Nazareno de San Pablo retoma su procesión y misas de madrugada este Miércoles Santo

Texto por Manuel Tomillo C. | @ManuelTomilloC

Con 12 misas a lo largo de más de 15 horas, la Basílica de Santa Teresa, del centro de Caracas, se prepara para recibir este Miércoles Santo a miles de devotos del Nazareno de San Pablo, que este año podrán venerar su imagen desde la madrugada de este 5 de abril, luego de tres años de restricciones por la pandemia de COVID-19.

Explica el padre Armelim De Sousa, párroco de la Basílica Santa Teresa, que la primera homilía será a las 12 de la medianoche de este miércoles y que luego de ella se realizarán servicios cada hora y media, con la participación de sacerdotes invitados de otros templos de Caracas y que la Misa Central se hará a las 4:30 de la tarde, oficiada por el cardenal Baltazar Porras en la plaza Diego Ibarra, cercana a la iglesia que desde 1881 resguarda la figura de Cristo con la cruz.

«Luego a las 6:00 p. m. se saldrá en procesión hacia los alrededores de la plaza, con la imagen del Nazareno de San Pablo y recorrerá buena parte del centro de Caracas. El Nazareno y sus devotos caminarán por las esquinas de Cruz Verde, avenida Lecuna, Velásquez, Cipreses, Miracielos, Reducto, avenida Baralt, plaza Miranda, esquina San Pablo, Teatro Municipal y La Palma hasta volver a Santa Teresa», indicó De Sousa.

Historia de fe

Si hay una devoción a la que el caraqueño es fiel es al milagroso Nazareno de San Pablo. Tiene una cofradía que se remonta a los tiempos coloniales y no hace sino crecer cada año.

El día más concurrido para el templo donde reside es el Miércoles Santo, en el que las misas se suceden hora por hora y la gente acude por cientos de miles desde la madrugada hasta que finaliza la Semana Mayor.

Su lugar es Santa Teresa, en pleno corazón del centro de la capital. Una majestuosa edificación del más puro estilo colonial, donde es constantemente visitada esta imagen de Jesucristo, con la cruz al hombro y vestimenta morada, la cual imitan todos aquellos que llegan hasta él pagando promesas. 

La basílica fue construida por el entonces presidente de Venezuela, el general Antonio Guzmán Blanco, quien era para nada creyente -y fue duro con la Iglesia, expulsando a diestra y siniestra, cerrando seminarios y colegios católicos- pero sí su mujer, Ana Teresa, en atención a la cual recibió el nombre el conocido templo.

Una de las historias anexas a la tradición de esta imagen cuenta que, habiendo el escultor terminado su obra, tuvo una visión en la que Jesús se le habría aparecido, preguntándole “¿dónde me has visto, que tan perfecto me has hecho?”.

A su llegada a Caracas, la imagen fue llevada a la Capilla de San Pablo, de la que eventualmente recibió su nombre, y que fue derribada 1880 durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, quien edificó en su lugar el Teatro Nacional.

Basílica de Santa Teresa y Santa Ana,  en el centro de Caracas, que guarda la imagen del Nazareno de San Pablo
Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, en el centro de Caracas, que guarda la imagen del Nazareno de San Pablo

Pocos años después del arribo de la imagen a la ciudad, en 1597 según algunos registros (otros dirían que el hecho data de mediados del siglo XVII), una peste azotó la ciudad (algunos archivos dicen que se trataba de “vómito negro”, otros que de escorbuto, y algunos simplemente de viruela), por lo que la imagen, que ya gozaba de una sitial de honor en la devoción popular, fue sacada en rogativa. Durante la procesión, la imagen se enredó en un limonero y un racimo de limones quedó pendiendo de la corona de espinas del Nazareno, mientras que otros cayeron al suelo.

Los devotos recogieron los frutos, y los dieron como medicina a los enfermos, quienes sanaron al poco tiempo.

La imagen, consagrada el 4 de julio de 1674 por Fray González de Acuña, fue trasladada a la Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, también construida bajo el mandato de Antonio Guzmán Blanco.

Desde entonces, los fieles asisten todos los miércoles santos a la procesión –de unas tres o cuatro horas de duración- vestidos con una túnica de color violeta, a modo de tributo al Nazareno. Días antes de la procesión del Miércoles Santo, la imagen es adornada con cinco mil orquídeas, la flor nacional venezolana.

Con información de Arquidiócesis de Caracas y Aleteia

 

 

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