La ONG venezolana Clima21 advirtió este martes sobre el «deterioro continuo» de todos los ecosistemas costeros del país caribeño y aseguró que en el Gobierno no hay «la voluntad ni la capacidad» de actuar frente a esta situación.
La organización difundió un informe en el que aseguró que «las alteraciones o perturbaciones más importantes a lo largo de la costa venezolana son los derrames petroleros, la contaminación por aguas servidas y desechos sólidos, la presencia de especies invasoras y la extracción insostenible de la diversidad biológica».
Para el estudio, Clima21 dividió las costas venezolanas en 6 y aseguró que, en todas, las principales amenazas son los efectos de la crisis climática, la presencia de metales pesados en al menos 3 zonas del país, la creciente presencia de microplásticos en los sedimentos costeros y la ausencia de consideraciones ambientales en el diseño de las políticas.
Lo que hay en el lago de Maracaibo, un ecosistema resiliente
Así, la ONG destacó que en la costa noroccidental y centrooccidental de los estados Zulia, Falcón, Yaracuy y Carabobo la degradación ambiental es generada, principalmente, por la contaminación derivada de la industria petrolera.
En la región costera central -Carabobo, Aragua, La Guaira y Miranda-, la contaminación viene dada por «por residuos sólidos, aguas no tratadas y ausencia de criterios para la gestión costera» en cuanto a planes para la pesca y el turismo.
Ante la situación, la organización instó al Gobierno venezolano a promover «una política nacional de conservación y uso sostenible de los ecosistemas costeros».
Igualmente, solicitó al Estado venezolano ser garante del cumplimiento de las normas constitucionales y legales de conservación de estas áreas «y no un promotor de su destrucción».
El pasado 13 de junio, la ONG venezolana Fundaredes alertó que en el país existe una «grave emergencia ambiental» que afecta a «muchos» parques nacionales y que pone «en riesgo» la flora y la fauna de estos espacios.
Más recientemente, advirtió también que «más de 1.200 hectáreas de selva virgen» en el estado Bolívar, en el sur de Venezuela, «han sido destruidas» como consecuencia de la explotación minera en la zona denominada por el Gobierno como Arco Minero del Orinoco, de la que esta región forma parte.
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La organización difundió un informe en el que aseguró que «las alteraciones o perturbaciones más importantes a lo largo de la costa venezolana son los derrames petroleros, la contaminación por aguas servidas y desechos sólidos, la presencia de especies invasoras y la extracción insostenible de la diversidad biológica».
Para el estudio, Clima21 dividió las costas venezolanas en 6 y aseguró que, en todas, las principales amenazas son los efectos de la crisis climática, la presencia de metales pesados en al menos 3 zonas del país, la creciente presencia de microplásticos en los sedimentos costeros y la ausencia de consideraciones ambientales en el diseño de las políticas.
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Así, la ONG destacó que en la costa noroccidental y centrooccidental de los estados Zulia, Falcón, Yaracuy y Carabobo la degradación ambiental es generada, principalmente, por la contaminación derivada de la industria petrolera.
En la región costera central -Carabobo, Aragua, La Guaira y Miranda-, la contaminación viene dada por «por residuos sólidos, aguas no tratadas y ausencia de criterios para la gestión costera» en cuanto a planes para la pesca y el turismo.
Ante la situación, la organización instó al Gobierno venezolano a promover «una política nacional de conservación y uso sostenible de los ecosistemas costeros».
Igualmente, solicitó al Estado venezolano ser garante del cumplimiento de las normas constitucionales y legales de conservación de estas áreas «y no un promotor de su destrucción».
El pasado 13 de junio, la ONG venezolana Fundaredes alertó que en el país existe una «grave emergencia ambiental» que afecta a «muchos» parques nacionales y que pone «en riesgo» la flora y la fauna de estos espacios.
Más recientemente, advirtió también que «más de 1.200 hectáreas de selva virgen» en el estado Bolívar, en el sur de Venezuela, «han sido destruidas» como consecuencia de la explotación minera en la zona denominada por el Gobierno como Arco Minero del Orinoco, de la que esta región forma parte.