Este artículo fue publicado originalmente el 6 de mayo de 2024.
Un estudio publicado en la revista Nature Aging sobre tejido cerebral humano, ha develado diferencias significativas en el comportamiento de las células inmunitarias en cerebros afectados por la enfermedad de Alzheimer, en comparación con cerebros sanos, lo que sugiere una nueva contribución para el tratamiento.
La investigación determinó que la microglía, células inmunitarias que juegan un papel crucial en la preservación de la salud cerebral, al eliminar los residuos y mantener la función cerebral normal, generaban un estado preinflamatorio con mayor frecuencia en los cerebros de personas con Alzheimer, lo que disminuía su capacidad protectora.
Las microglías son células versátiles que pueden cambiar de forma para engullir invasores e impurezas, también “poda” las sinapsis, ayudando a moldear los circuitos para un correcto funcionamiento cerebral. Sin embargo, su papel en el Alzheimer es menos claro. En personas con esta enfermedad neurodegenerativa, algunas microglías reaccionan con excesiva fuerza, lo que puede causar una inflamación que contribuye a la muerte de las células cerebrales.
A pesar de los esfuerzos incansables y la dedicación de la comunidad científica, los ensayos clínicos de medicamentos antiinflamatorios para el Alzheimer, no han logrado demostrar efectos significativos hasta la fecha. Esta realidad pone de manifiesto la complejidad de la enfermedad y la necesidad de explorar nuevas vías de investigación.
Atención en las microglías
En este contexto, un equipo de neurocientíficos decidió centrar su atención en las microglías, las células inmunitarias innatas del cerebro, con el objetivo de entender mejor su papel en la enfermedad de Alzheimer. Para ello, llevaron a cabo un estudio exhaustivo de la actividad genética de la microglía utilizando muestras de autopsias cerebrales. Estas muestras, que provenían de donantes de investigación, incluían 12 cerebros de personas que habían padecido Alzheimer y 10 cerebros de controles sanos.
Mediante el uso de una innovadora técnica para mejorar la secuenciación de ARN de un solo núcleo, el equipo de investigación logró identificar con gran detalle diez grupos distintos de microglía en el tejido cerebral. Estos grupos se diferenciaron entre sí por un conjunto único de expresiones genéticas, que dictan las funciones de las células.
Se descubrieron tres grupos que no se habían observado anteriormente, y uno de ellos era más prevalente en personas con la enfermedad de Alzheimer. Por ello se considera que este tipo particular de microglía tiene genes activos, que están involucrados en procesos inflamatorios y de muerte celular.
Esto implica que las células tienen una mayor tendencia a producir moléculas inflamatorias que pueden dañar las células cerebrales y posiblemente contribuir a la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Además, se observó que los tipos de microglía en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer eran menos propensos a desempeñar un papel protector. Esto compromete su capacidad para eliminar eficazmente las células muertas y los residuos, así como promover un envejecimiento cerebral.
Esperanza
Los científicos postularon que la microglía puede cambiar de tipo con el tiempo. Por lo tanto, no podemos simplemente observar el cerebro de una persona y determinar con certeza qué tipo de microglía posee. El seguimiento de los cambios que ocurren en las microglías con el tiempo podría proporcionar una mejor comprensión de cómo contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
“En este momento, no podemos afirmar si las microglías son las causantes de la patología o si la patología está provocando que estas microglías alteren su comportamiento”, señalaron los autores del reciente estudio.
Aunque esta investigación aún se encuentra en sus primeras etapas, está avanzando la comprensión del papel de estas células en la enfermedad de Alzheimer y sugiere que ciertos grupos de microglía podrían ser objetos de estudio para posibles nuevos tratamientos. El equipo de investigación tiene la esperanza de que su trabajo conduzca al desarrollo de nuevas terapias, que puedan mejorar la vida de las personas con la enfermedad de Alzheimer.
“Con los perfiles genéticos de estas microglías ya establecidos, estamos en una posición para explorar con precisión sus funciones y esperamos identificar maneras de alterar sus comportamientos, que podrían estar influyendo en la enfermedad de Alzheimer”, indicaron los investigadores.
“Si logramos entender a fondo sus funciones, podríamos intervenir en su comportamiento con tratamientos que pudieran prevenir o desacelerar la progresión de esta enfermedad”, agregaron.
En resumen, este estudio nos recuerda que cada nuevo descubrimiento nos acerca un paso más a desentrañar los misterios de la enfermedad de Alzheimer. A medida que continuamos explorando el intrincado paisaje de las microglías y su papel en la enfermedad, cada pieza del rompecabezas que encajamos nos acerca a nuestro objetivo final: encontrar una cura para esta devastadora enfermedad.
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