El gobernante Nicolás Maduro sostuvo una videoconferencia junto a otros mandatarios del mundo con el presidente reelecto de la República Popular China, Xi Jinping, en lo que fue una reunión política para afianzar lazos entre el Partido Comunista chino y organizaciones políticas de varios países.
Xi Jinping prometió que su partido se dedicará a fomentar el intercambio de experiencias y la cooperación entre las organizaciones políticas que son partidos de gobiernos y a profundizar relaciones, con miras a una red global por el diálogo que promueva la cercanía entre los pueblos, la resolución de conflictos y emprender juntos un camino hacia la modernización en un futuro compartido.
«Los países en vías de desarrollo, tienen el derecho y la capacidad de explorar con autonomía, el camino de la modernización con características propias, basándose en la realidad autóctona. Debemos persistir en el desarrollo del Estado sobre nuestras propias fuerzas (…) Hay que trabajar conjuntamente para promover el sistema de gobernanza global, en avance de un rumbo más justo y razonable», sostuvo.
El mandatario chino instó a los países desarrollados a ayudar a otros a seguir ese camino y avanzar.
Maduro agradeció la iniciativa, llamó a la conciencia, unión, capacidad política, liderazgo y al diálogo entre los países y especialmente a construir una comunidad que permita crear modelos alternativos al capitalismo «salvaje y neoliberal».
«A crear modelos alternativos al hegemonicismo, al chantaje económico, al intento de imponer a través de la coerción, el chantaje de la agresión, imponerle a nuestro pueblo su dominación», expresó en alusión a las sanciones internacionales contra su gobierno y otras gestiones como la de Nicaragua.
Durante su intervención desde Miraflores, Maduro aseguró que los «tiempos de los imperios se acabaron» y que llegó la hora de la articulación de un nuevo mundo, basado en la integración de los pueblos opuestos a potencias como Estados Unidos.
«En el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) estamos de pie victoriosos y avanzando en los caminos de independencia de la paz. Cuente usted presidente Xi Jinping, con todo el apoyo de nuestro pueblo y del Psuv, en el empeño de construir una civilización donde quepamos todos y donde tomemos el camino del desarrollo e igualdad de las naciones», agregó.
China como principal prestamista junto a Rusia son las potencias aliadas al gobierno de Maduro además de otros países como Irán y Turquía y que le han servido de ayuda para evadir en parte las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, Canadá y naciones de la Unión Europea.
A finales de 2019 el monto de la deuda de Venezuela con China ascendía a más de 16.000 millones de dólares en préstamos recibidos a través de dos grandes fondos creados entre ambos países, sin contar lo que se adeuda por otros créditos.
Además de Maduro, en el «diálogo de alto nivel» participaron otros gobernantes como el de Suráfrica Cyril Ramaphosa, de Serbia, Aleksandar Vučić, de Mongolia, Ukhnaagiin Khürelsükh y Nicaragua, Daniel Ortega, entre otros.
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Xi Jinping prometió que su partido se dedicará a fomentar el intercambio de experiencias y la cooperación entre las organizaciones políticas que son partidos de gobiernos y a profundizar relaciones, con miras a una red global por el diálogo que promueva la cercanía entre los pueblos, la resolución de conflictos y emprender juntos un camino hacia la modernización en un futuro compartido.
«Los países en vías de desarrollo, tienen el derecho y la capacidad de explorar con autonomía, el camino de la modernización con características propias, basándose en la realidad autóctona. Debemos persistir en el desarrollo del Estado sobre nuestras propias fuerzas (…) Hay que trabajar conjuntamente para promover el sistema de gobernanza global, en avance de un rumbo más justo y razonable», sostuvo.
El mandatario chino instó a los países desarrollados a ayudar a otros a seguir ese camino y avanzar.
Maduro agradeció la iniciativa, llamó a la conciencia, unión, capacidad política, liderazgo y al diálogo entre los países y especialmente a construir una comunidad que permita crear modelos alternativos al capitalismo «salvaje y neoliberal».
«A crear modelos alternativos al hegemonicismo, al chantaje económico, al intento de imponer a través de la coerción, el chantaje de la agresión, imponerle a nuestro pueblo su dominación», expresó en alusión a las sanciones internacionales contra su gobierno y otras gestiones como la de Nicaragua.
Durante su intervención desde Miraflores, Maduro aseguró que los «tiempos de los imperios se acabaron» y que llegó la hora de la articulación de un nuevo mundo, basado en la integración de los pueblos opuestos a potencias como Estados Unidos.
«En el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) estamos de pie victoriosos y avanzando en los caminos de independencia de la paz. Cuente usted presidente Xi Jinping, con todo el apoyo de nuestro pueblo y del Psuv, en el empeño de construir una civilización donde quepamos todos y donde tomemos el camino del desarrollo e igualdad de las naciones», agregó.
China como principal prestamista junto a Rusia son las potencias aliadas al gobierno de Maduro además de otros países como Irán y Turquía y que le han servido de ayuda para evadir en parte las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, Canadá y naciones de la Unión Europea.
A finales de 2019 el monto de la deuda de Venezuela con China ascendía a más de 16.000 millones de dólares en préstamos recibidos a través de dos grandes fondos creados entre ambos países, sin contar lo que se adeuda por otros créditos.
Además de Maduro, en el «diálogo de alto nivel» participaron otros gobernantes como el de Suráfrica Cyril Ramaphosa, de Serbia, Aleksandar Vučić, de Mongolia, Ukhnaagiin Khürelsükh y Nicaragua, Daniel Ortega, entre otros.