Ubicado en la urbanización Los Chorros, detrás de las puertas de metal de lo que parece un estacionamiento residencial, está desde hace casi cuarenta años el Centro Uruguayo-Venezolano, conocido por todos como el Club Uruguayo.
Un espacio abierto al aire libre, donde se daban citas familiares, amigos y colegas para bailar tango, degustar la oferta gastronómica cargada de proteínas o simplemente para conversar del último libro o escándalo político.
Sin embargo, por motivos relacionados a la pandemia de COVID-19 estuvo cerrado durante varios meses. Pero, este viernes 30 de septiembre abre de nuevo sus puertas el emblemático restaurante La Carreta, mientras que esperan reiniciar las actividades sociales y culturales más adelante en el mes de octubre.
Hamlet Tabarez, miembro de la directiva del centro social, afirmó que el proceso de reapertura ha sido muy difícil, pero agradecen haber contado con la ayuda de compatriotas y hermanos venezolanos.
El emblemático lugar de reuniones familiares, de amigos y colegas, que se conocía por su exquisito menú de carnes uruguayas es recordado por incluir ciertos guiños a la gastronomía venezolana.
Milanesas y cervezas eran las opciones predilectas en una carta que solía tener precios accesibles, en “un buen lugar para comer asado”.
Para su reinicio de actividades, La Carreta estará a cargo de una familia de uruguayos “quienes saben que en el Centro Uruguayo se trata de mantener los costos accesibles y los platos de la mejor calidad”, afirma Tabarez.
El directivo dice que son muchas las personas que han hecho un esfuerzo enorme para que el centro renazca.
Tabarez afirma que aunque el centro nunca dejó de funcionar, es ahora cuando pretenden reiniciar con normalidad.
Calificándolo como el fogón de Uruguay en Venezuela, el directivo extiende una invitación a los uruguayos y venezolanos que deseen acercarse a disfrutar del tango, el asado, los tamboriles y el fútbol.
“Este centro fue creado para mantener vivas las tradiciones de nuestro país y estrechar lazos de amistad en Venezuela” dice Tabarez.
Además, el uruguayo afirma que él y su comunidad agradecen a los venezolanos por haber sido solidarios cuando hubo necesidad: “Nos recibieron con las puertas abiertas”.
El Centro Uruguayo Venezolano fue fundado en 1983, luego de que un grupo de migrantes uruguayos se reuniera constantemente en la ciudad de Caracas, pero sin un espacio propio.
Después de 25 años pagando el alquiler de su sede actual, Tabarez cuenta que lograron reunir los recursos necesarios para comprar el lugar.
La agrupación de la Murga de Caracas, un conjunto de música que solía tener el Centro, recitaba el siguiente verso en muestra del cariño de los miembros a Venezuela:
Venezuela y Uruguay,
y en el medio vos y yo.
Yo en el mate con los bizcochos,
vos la arepa y un marrón.
Yo la murga y el candombe,
vos la gaita y el tambor.
Yo te llevo una ventaja porque me vine a esta tierra donde naciste vos
y ahora, ahora yo tengo dos patrias,
aquí, en mi corazón.
Gracias Venezuela
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Ubicado en la urbanización Los Chorros, detrás de las puertas de metal de lo que parece un estacionamiento residencial, está desde hace casi cuarenta años el Centro Uruguayo-Venezolano, conocido por todos como el Club Uruguayo.
Un espacio abierto al aire libre, donde se daban citas familiares, amigos y colegas para bailar tango, degustar la oferta gastronómica cargada de proteínas o simplemente para conversar del último libro o escándalo político.
Sin embargo, por motivos relacionados a la pandemia de COVID-19 estuvo cerrado durante varios meses. Pero, este viernes 30 de septiembre abre de nuevo sus puertas el emblemático restaurante La Carreta, mientras que esperan reiniciar las actividades sociales y culturales más adelante en el mes de octubre.
Hamlet Tabarez, miembro de la directiva del centro social, afirmó que el proceso de reapertura ha sido muy difícil, pero agradecen haber contado con la ayuda de compatriotas y hermanos venezolanos.
El emblemático lugar de reuniones familiares, de amigos y colegas, que se conocía por su exquisito menú de carnes uruguayas es recordado por incluir ciertos guiños a la gastronomía venezolana.
Milanesas y cervezas eran las opciones predilectas en una carta que solía tener precios accesibles, en “un buen lugar para comer asado”.
Para su reinicio de actividades, La Carreta estará a cargo de una familia de uruguayos “quienes saben que en el Centro Uruguayo se trata de mantener los costos accesibles y los platos de la mejor calidad”, afirma Tabarez.
El directivo dice que son muchas las personas que han hecho un esfuerzo enorme para que el centro renazca.
Tabarez afirma que aunque el centro nunca dejó de funcionar, es ahora cuando pretenden reiniciar con normalidad.
Calificándolo como el fogón de Uruguay en Venezuela, el directivo extiende una invitación a los uruguayos y venezolanos que deseen acercarse a disfrutar del tango, el asado, los tamboriles y el fútbol.
“Este centro fue creado para mantener vivas las tradiciones de nuestro país y estrechar lazos de amistad en Venezuela” dice Tabarez.
Además, el uruguayo afirma que él y su comunidad agradecen a los venezolanos por haber sido solidarios cuando hubo necesidad: “Nos recibieron con las puertas abiertas”.
El Centro Uruguayo Venezolano fue fundado en 1983, luego de que un grupo de migrantes uruguayos se reuniera constantemente en la ciudad de Caracas, pero sin un espacio propio.
Después de 25 años pagando el alquiler de su sede actual, Tabarez cuenta que lograron reunir los recursos necesarios para comprar el lugar.
La agrupación de la Murga de Caracas, un conjunto de música que solía tener el Centro, recitaba el siguiente verso en muestra del cariño de los miembros a Venezuela:
Venezuela y Uruguay,
y en el medio vos y yo.
Yo en el mate con los bizcochos,
vos la arepa y un marrón.
Yo la murga y el candombe,
vos la gaita y el tambor.
Yo te llevo una ventaja porque me vine a esta tierra donde naciste vos
y ahora, ahora yo tengo dos patrias,
aquí, en mi corazón.
Gracias Venezuela