Caracas.- Un grupo de venezolanos, clientes del banco Novus Bank con sede en Puerto Rico, introdujo un recurso de reconsideración ante la autoridad reguladora de Puerto Rico (la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras) debido a que tras una liquidación programada anunciada este año por esta entidad financiera perdieron parte de sus recursos, los cuales ahora les serán entregados en partes, con 30 % menos y a través de una compañía financiera en Estados Unidos.
Según explicó el abogado Carlos Calderón, uno de los defensores de los depositantes, en mayo de este año el banco, propiedad de venezolanos y con una cartera de clientes de mayoría también venezolana, acordó con la autoridad reguladora de Puerto Rico un plan de liquidación voluntario y convenido, y la permanencia de la licencia solo para ejecutar ese cierre. Este plan fue revisado nuevamente por este ente en octubre tras detectar irregularidades.
El ente regulador aseguró, en ese momento, que descubrió pagos de remuneraciones a directores y accionistas, así como transacciones no autorizadas que exponen a los depositantes y acreedores a daños, incluyendo posibles problemas de liquidez que afectan el plan acordado, según indica un comunicado de prensa citado en el recurso de reconsideración. Tras la querella, fue revocada la licencia y se aceptó la intervención de un síndico para ejecutar la liquidación. Posteriormente, la autoridad reguladora aprobó nuevamente el plan de pago.
La propuesta de pago realizada a los clientes establece distintos esquemas para grupos de depositantes, los cuales el mismo banco clasifica según las necesidades de los clientes y la liquidez del banco. En algunos casos se propuso el pago inmediato del 70 % de los fondos, opción válida para los depositantes solo por 10 días. Otra de las formas de pago que proponen es la aceptación de pagarés a un año, con posibilidad de extensión a otro año más, con una pérdida de 30 % de recursos de los clientes y con tasas de interés por debajo del mercado.
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El abogado destaca que la resolución del banco se asemeja a la aplicada en casos de quiebra, pese a que realiza una liquidación voluntaria. “No se trata de una quiebra, simplemente, cerraron porque no querían continuar operaciones, pero no se declararon en quiebra", aclaró Calderón a El Pitazo.
Además, cuestiona la potestad que asume la entidad financiera de evaluar las necesidades de sus clientes para ofrecer una opción de pago. “Atribuirse al síndico la facultad de determinar ‘las necesidades de sus depositantes’ es una expresión prepotente con y para quienes han visto retenidos sus dineros desde hace ya un largo tiempo en espera de la debida solución", dice parte del documento enviado a la autoridad regulatoria.
De acuerdo con el abogado Calderón, hay aproximadamente 7.500 personas afectadas por la resolución del Nodus Bank; sin embargo, hasta el momento solo 3 se unieron en la solicitud al ente regulador de Puerto Rico de reconsiderar el documento en el que se aprueba el plan de liquidación. Espera que en el corto plazo se puedan incorporar más personas a esta petición.
“Hay una resolución que ameritaba responder en un plazo determinado y con los pocos clientes que mandaron sus documentos enviamos la demanda el 15 de noviembre. Hay otros que se van sumando", dijo el abogado Carlos Calderón.
“Comenzar de nuevo"
Para la empresaria Adelaida Cedeño, la situación con el Nodus Bank implica “comenzar de nuevo", pues en esta entidad financiera quedó atrapado todo el capital de su empresa, con sede en Hong Kong.
“El impacto ha sido total. Tenemos un dinero de clientes, específicamente en mi caso tengo dos clientes cuyo dinero quedó atrapado. He tenido que aportar de mi cuenta personal un monto relevante para no quedar mal con el cliente. Además, tenemos que cubrir otra deuda", lamentó Cedeño.
En conversación con El Pitazo, explicó que cuando se presentó la situación tuvo que suplir con sus recursos parte de la factura de un proveedor. “Mi caso fue de 12.000 dólares y todavía tengo dinero atrapado ahí, pero imagino que hay casos peores", apuntó.
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Como consecuencia, la empresaria se vio en la obligación de paralizar sus operaciones, abrir de forma urgente una cuenta bancaria en Estados Unidos y crear una nueva empresa con un socio en este país para retomar sus actividades. “No es tanto el impacto de salir corriendo y abrir una empresa, sino que se queda un dinero que no es mío, mi reputación de 35 años queda cuestionada, he tenido que enviar informes y reportes del banco y dar una justificación porque, ¿de dónde saco más dinero? No tengo más", insistió.
La venezolana comentó que había vivido el cierre de otro banco en Puerto Rico cuatro años atrás; sin embargo, en esa oportunidad la institución anunció la cancelación de su licencia de operaciones, evaluó los casos de forma individual y realizó lotes de envíos de dinero. “Y el dinero fue recibido sin ningún problema. Yo no estoy al tanto de si hay algunos ahorristas que no lo recibieron, pero en mi caso personal recibí tanto de la empresa como el personal", relató.
Tras esa situación y por referencia de una persona con la que trabaja llegó al Nodus Bank, donde abrió las cuentas personal y jurídica en 2022. Este banco ya había atravesado problemas ese mismo año, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) le suspendió la corresponsalía y limitó sus operaciones. “El banco tuvo que cambiar de intermediarios. Estuvieron varios meses tratando de obtener alguna respuesta con intermediarios hasta que en marzo de 2023 ya nos dicen que tienen que cerrar", relató.
La poca empatía, falta de seriedad y desconsideración del Nodus Bank son las principales críticas de Cedeño a este proceso de liquidación. “Ni siquiera la persona encargada de la cuenta en Venezuela está al tanto de lo que pasa, porque yo la llamo y le mando mensaje, a veces contesta y a veces no. La última vez me dijo que se espera un comunicado del banco", dijo.
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