El comedor 31 de Alimenta la Solidaridad llegó al barrio 24 de marzo, de Petare

La versión petareña de Alimenta la Solidaridad inauguró su comedor número 31 en una zona popular de La Bombilla y con él llegó a los 160 en todo el país en donde son alimentados unos 2.300 niños de zonas populares

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Alimenta la Solidaridad Petare ya impacta a 2.300 niños en todo el país y espera poder multiplicar su cifra antes de cerrar el año 2019 | Foto: Ronald Peña

Miranda.- A partir de este viernes, 4 de octubre, 40 niños del barrio 24 de Marzo del sector La Bombilla, en Petare, van a contar con un almuerzo seguro durante cinco días de la semana. Una ayuda que es ampliamente valorado por los vecinos de esta comunidad en la que la mayoría de las mujeres tienen niños menores de tres años y dependen de la distribución irregular de las cajas de comida del programa del Estado.

Magalis Campos, líder vecinal de la zona y encargada de este espacio, asegura que esta es una comunidad donde realmente se necesitan apoyos de este tipo. “Ojalá que esto se multiplique porque esta es una zona bien vulnerable donde hay hambre, hay pobreza, hay de todo y estas cosas de verdad que hacen falta", dijo.

Andrés Schloeter, quien encabeza este proyecto de alimentación para niños del municipio Sucre, relató como personas de todas partes del mundo se han sumado a la causa de la nutrición de los pequeños que habitan barrios caraqueños y han enviado recursos desde países como Japón y hasta Estados Unidos y toda América Latina para sostener estos comedores.

El exconcejal de Sucre destacó que estas iniciativas se concretan gracias a la solidaridad de los líderes comunitarios que abren las puertas de sus hogares y otorgan espacios para que en ellos funcionen los comederos. “Es un sueño hecho realidad que a pesar de la dura crisis que estamos pasando, a pesar de las dificultades y lo complicada que se ha vuelto la vida en Venezuela, nosotros nos estamos uniendo aportando cada quien un granito de arena para enfrentar esta situación", apuntó.

Alejandra Martínez, gerente general del programa Alimenta la Solidaridad Petare, destacó que el de 24 de Marzo es el comedor 31 del proyecto y el número 160 en todo el país |
Foto: Ronald Peña

En la inauguración del espacio al que bautizaron con el nombre “María Luisa Casal", también estuvieron presentes activistas comunitarios como Anthony Fernández, un joven emprendedor del 24 de Marzo que dedicó sus palabras a quien inspiró el nombre del comedor y dijo que “Para mí es un honor llegar y encontrar aquí el nombre de una persona que ha hecho tanto por nuestra comunidad". El egresado de la escuela Jenaro Aguirre Elorriaga, fundada por esta hermana, agradeció a todos los que hicieron posible la ayuda a los niños.


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Alejandra Martínez, gerente general del programa Alimenta la Solidaridad Petare, destacó que el de 24 de Marzo es el comedor 31 del proyecto y el número 160 en todo el país. Además, explicó que en este y en los próximos comedores por abrir se concentran en que al menos 50% de los niños inscritos tengan entre uno y cinco años para garantizar su alimentación en el periodo más importante para su desarrollo.

Alimenta la Solidaridad Petare ya impacta a 2.300 niños en todo el país y espera poder multiplicar su cifra antes de cerrar el año 2019. Las madres como Nayrobis Quintana lo agradecen. Ella tiene dos niños de dos y cinco años de edad que ahora tendrán un almuerzo garantizado con los nutrientes adecuados para que crezcan con buena salud.

A partir de este viernes, 4 de octubre, 40 niños del barrio 24 de Marzo del sector La Bombilla, en Petare, van a contar con un almuerzo seguro | Foto: Ronald Peña

“Ellos hicieron un censo en el barrio, fueron a mi casa y pesaron y midieron a los niños para seleccionarlos. Ahora esto es una ayuda porque en la casa solo mi esposo trabaja y ellas siempre comen porque hacemos el esfuerzo, pero nosotros a veces no", contó la señora Quintana.

En la apertura del comedor, los niños comieron arroz con pollo y un trozo de torta que disfrutaron entre juegos, bailes y la alegría de las madres y vecinos voluntarios que cocinaron y aportaron algo para que la iniciativa se hiciera realidad en el barrio.

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