Guanare.- Humberto Ramírez, un hombre de 61 años, padece de COVID-19 y está internado en el Hospital Universitario Miguel Oraá (Humo) en Guanare. Su enfermedad se agrava por Guillain-Barré, un síndrome que ocurre por una afección en la que el sistema inmunológico ataca los nervios. Esta puede producirse por una infección bacteriana o viral aguda.
Lo grave que le ocurre a Humberto Ramírez no es su diagnóstico ni sus cuidados médicos sino la falta de un ventilador mecánico que el propio hospital le niega, pese a las diligencias hechas por sus familiares. El paciente fue recluido en el centro asistencial público el pasado 1 de septiembre. Fue referido desde el hospital Arnoldo Gabaldón del municipio Guanarito, al sur del estado Portuguesa.
De acuerdo con la denuncia de su pariente Alexander Olivero, desde el mismo día de su ingreso al hospital, el primer centro centinela para el tratamiento del COVID-19 de la entidad, la familia de Ramírez ha solicitado con urgencia al director Ernesto Pacheco el equipo de respiración artificial, pero este alega que los ventiladores de la sala de aislamiento fueron reubicados en neonatología, cuidados intensivos y trauma shock, dadas las carencias en esas salas.
«Tenemos mucho tiempo sin pacientes en sala COVID-19, por eso dispusimos de ellos . Es nuestra responsabilidad salvar la vida de pacientes en esas otras áreas», explicó Pacheco en una nota de voz enviada a la familia de Ramírez, y que fue entregada a El Pitazo este lunes 5 de septiembre.
La explicación del director del Humo es, como mínimo, contradictoria para María Oropeza y Santos Mendoza, dirigentes sociales de Guanare que acompañan a la familia Ramírez en su reclamo. «Claro que hay ventiladores mecánicos: los niegan o se los robaron«, acusan.
Inversión para el Humo
En efecto, una nota de prensa oficial publicada por el portal web de la estatal Venezolana de Televisión el 18 de febrero de 2020 señala que con una inversión de más de 13.000 millones de bolívares, el gobernador Rafael Calles rehabilitó y equipó la emergencia para adultos del Humo.
En esa ocasión, se anunció que se instalaron monitores multiparámetros, negatoscopio, analizador de gases arteriales, carro de paro con desfibrilador, aspirador de flemas, electrocardiógrafo, ventiladores mecánicos estacionarios y ventiladores de traslado, entre otros equipos necesarios para estabilizar a pacientes en estado crítico.
Un mes después, el 15 de marzo de ese mismo año, el gobernador Calles anunció también la inauguración de la sala COVID-19 en el Humo con una dotación completa de equipos para emergencias respiratorias.
El 12 agosto de 2021 el Gobierno dio a conocer otra dotación para rehabilitación respiratoria y psicológica a pacientes egresados de la sala COVID. Fue puesta en servicio una sala contigua a la de aislamiento para la atención integral del paciente que haya superado la fase aguda de infección.
«Esta cuenta con equipos de apoyo respiratorio dotados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) , dijo en esa oportunidad la autoridad única de salud, José Gregorio Aldana.
A la espera de que el Humo resuelva lo del ventilador mecánico, la familia de Ramírez ha emprendido una campaña por redes sociales para lograr el equipo. «Es una urgencia y no podemos esperar mucho tiempo. Con este petitorio solicitamos solidaridad y denunciamos la arbitrariedad del Hospital Universitario Miguel Oraá«, destacó Yolanda Rojas, la esposa del afectado.
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