
México posee una sólida tradición de arte popular cuyos orígenes
se remontan a su pasado Mesoamericano, hace más de 2000 años.
Hoy día, en todos los pueblos, ciudades y aldeas de México, los
indígenas y los mestizos—personas de herencia indígena y
no-indígena—continúan practicando un arte que refleja sus
arraigadas tradiciones ancestrales. Ceremonial y profano,
paródico y caprichoso, este arte refleja sus valores y las
formas de vida de sus comunidades. Este sitio web celebra esta perdurable
tradición con esta muestra de más de 500 obras de arte
realizadas por 181 de los artistas populares mexicanos más
importantes de la actualidad. El vasto panorama de cerámicas,
trabajos en cuero, tejidos, trabajos en metal, esculturas y
otras obras artísticas es una muestra de la
inmensa riqueza en arte popular que poseen los distintos grupos
culturales de la sociedad mexicana.
Las piezas se agrupan en nueve categorías, de acuerdo con las
materias primas utilizadas para su creación: barro, madera,
piedra, tejidos, metal, papel, cuero, fibras vegetales y otros
materiales. Durante su recorrido por el catalogo, recuerde que
detrás de cada objeto hay un artista con un nombre,
representante de una tradición colectiva que refleja la
capacidad creativa y la vitalidad sin fin del pueblo mexicano.
El arte popular está profundamente arraigado en la vida
cultural, social y económica de México. Conlleva un profundo
sentido de comunidad, y simboliza las formas de ser, vivir,
creer y trabajar desarrolladas por los mexicanos a lo largo de
su historia. Para entender el arte popular hay que apreciar
primero su tierra y su gente.
Como parte de América del Norte, México es tierra de
desiertos, selvas tropicales, volcanes y costas. El país abarca
800,000 millas cuadradas (2 millones de kilómetros cuadrados),
casi tres veces la superficie de Texas. Cerca del 61% de la
población de México, estimada en 97.5 millones de habitantes,
vive en zonas urbanas. Sólo el área de la Ciudad de México tiene
200 millones de habitantes. Aproximadamente un 14% vive en
regiones semiurbanas. Alrededor de un 25% vive en zonas rurales,
dedicado al cultivo de maíz y trigo en tierras áridas, difíciles
de trabajar.
Con regiones áridas en el norte, zonas húmedas y cálidas en el
sur, y áreas frías o moderadas en las regiones montañosas,
México ha sido bendecido con una diversidad de climas, suelos y
vegetaciones que brindan una abundancia de materias primas para
obras de arte popular.
Tal como la tierra, la gente de México también es muy diversa.
Las poblaciones indígenas, radicadas principalmente en la zona
central y del sureste, alcanzan los 10.5 millones de habitantes.
Divididas en 56 grupos étnicos, tienen sus propias identidades
culturales y sociales. Muchos hablan sus propios idiomas. Los
mestizos componen dos tercios de la población. En su conjunto,
estas poblaciones entregan la energía creadora de la que se
nutre el arte popular actual.
Las
culturas Olmeca, Zapoteca, Tolteca, Maya, Mixteca, entre otras
de la antigua Mesoamérica, crearon un verdadero acervo artístico
de efigies, vasijas y esculturas, representativos de cada uno de
esos mundos. Después la conquista de México en el siglo XVI, los
colonizadores españoles aportaron sus propias tradiciones
artísticas al Nuevo Mundo. Entre 1521 y 1821, período de la
dominación española, se incorporaron otras técnicas y estéticas
originarias de Europa y del mundo árabe. También arribaron
motivos asiáticos, como consecuencia del comercio entre España y
Filipinas. La fusión de todas estas aportaciones culturales
originó las tradiciones del arte popular que se presenta en este
catalogo.
Muchos de los grandes maestros de nuestro tiempo dedican todo
su tiempo a la creación de sus obras de arte, ya sea en sus hogares como en
talleres. Algunos trabajan sólo parte del tiempo y producen piezas para las
celebraciones de sus comunidades exclusivamente. Todos capturan en sus piezas un
destello de genialidad, una idea talentosa o una noción inspirada. Además,
añaden destreza, excelencia técnica, extraordinaria sensibilidad estética y
versatilidad. Desde la selección y el procesamiento de las materias primas hasta
el añadido de los toques decorativos al acabado, los grandes maestros del arte
popular hacen todo por sí mismos. ¿El resultado?
Un género artístico singular. |