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Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos), la Universidad de Exeter (Inglaterra) y el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania) identificaron 27 ciclos de retroalimentación climática que aceleran y aumentan el calentamiento global y podrían modificar las condiciones meteorológicas del planeta de forma permanente.

Se trata, como lo define la Oficina Nacional de Administración Atmosférica y Oceánica (Noaa), de reacciones en cadena que aceleran o ralentizan una tendencia al calentamiento de la Tierra.

A través de la revista One Earth, los expertos presentaron una revisión minuciosa de 41 de estos ciclos o bucles divididos en dos categorías (20 físicos y 21 biológicos), de los cuales 27 están acelerando las temperaturas y solo siete están “amortiguando” o actuando para estabilizar el sistema climático.

Hay que actuar de inmediato

Un ejemplo de ciclo de retroalimentación climática es el calentamiento del Ártico: se derrite el hielo marino y, paralelamente, aumenta el calentamiento debido a que el agua de mar no refleja la radiación sino que la absorbe.

Según los autores, algunos de estos ciclos –como la desaparición de los bosques y el permafrost que se descongela– son muy preocupantes, ya que implica más emisiones de dióxido de carbono y metano.

Asimismo, indican en el estudio, dichos ciclos podrían no estar plenamente incorporados en los modelos climáticos que conocemos, por lo que los planes de reducción de emisiones podrían no limitar de forma adecuada el calentamiento en el futuro.

También, los expertos consideran que las interacciones entre estos ciclos de retroalimentación climática podrían provocar un cambio permanente del estado climático actual a otro incontrolable.

“Estas interconexiones hacen que sea difícil predecir los impactos precisos del cambio climático. (…) En el peor de los casos, si los ciclos de amplificación son lo suficientemente fuertes, el resultado probablemente sea un cambio climático trágico que supere cualquier cosa que los humanos puedan controlar”, explicó William Ripple, profesor de ecología en la Universidad Estatal de Oregon y autor principal del estudio, a CNN.

Además de pedir reducciones “inmediatas y masivas”, los investigadores también pidieron más investigación para identificar, cuantificar e integrar la miríada de retroalimentaciones.

“Es demasiado tarde para prevenir por completo el dolor del cambio climático, ya que los impactos severos ya se están sintiendo, pero si podemos tener una mejor comprensión de los ciclos de retroalimentación y hacer los cambios transformadores necesarios pronto mientras priorizamos las necesidades humanas básicas, aún podría haber tiempo. para limitar el daño”, concluye el estudio.