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Cuando la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) decidió construir el llamado techo verde, el primer objetivo era evitar la compra de un sistema de aire acondicionado para el edificio de postgrado y el segundo era convertir el espacio en un aula abierta sobre ecología. Tres años después, puede decirse que se lograron ambas metas.

El techo verde es una instalación de 430 metros cuadrados que cuenta con 7 jardineras y 9 tipos de plantas diferentes, que fue inaugurado en noviembre de 2019. La estructura está acompañada de unos caminos y unos bancos pensados para las visitas guiadas y las clases de ecología. Aparte de los 30 paneles solares y un generador eólico que se sumaron al área en mayo de 2021.

“Nos dimos cuenta que era un espacio para educar y sensibilizar. Alrededor de 500 alumnos del campus completaron allí su formación ecológica y hemos recibido más de 4.000 visitantes, a pesar de que estuvo un año y medio sin recibir a nadie por la pandemia (del COVID-19)” relató Joaquín Benítez, director de Sustentabilidad Ambiental de la Ucab, en entrevista con Efecto Cocuyo.

El espacio se encuentra en el campus de Montalbán de la Ucab | Foto: Manuel Sardá (Cortesía de la Ucab)

Estos espacios del techo verde son una de las visitas programadas en la cátedra de “Ecología, Ambiente y Sustentabilidad”, que es obligatoria y transversal para todas las carreras dictadas en el campus universitario ubicado en el oeste caraqueño.

El techo verde de la Ucab se utiliza, además, como el aula central en una certificación técnica de los parques fotovoltaicos y eólicos. Los estudiantes aprenden a medir la orientación de los paneles solares, conocen las baterías, analizan el funcionamiento del sistema y hacen sus prácticas de mantenimiento de los paneles fotovoltaicos.

Menor temperatura en las aulas 

La red de paneles solares instalados en el techo verde de la Ucab tiene una capacidad total de 5.400 vatios (W) de energía eléctrica, a razón de 180 vatios por cada panel instalado. Mientras que el generador eólico produce 1.500 vatios, lo que brinda 6.900 vatios en total.  

Al sistema también hay que sumarle las seis baterías que permiten despachar hasta 2.000 vatios por hora, para un total de 12.000 vatios de almacenamiento.

Esta energía limpia es la que permite alimentar la iluminación, el computador, la pantalla educativa y el proyector de videos de dos de los salones de postgrado. Aunque, dentro de poco, también se utilizará para alimentar un sistema automatizado de riego para las plantas del techo verde.

El mayor aprovechamiento de los paneles solares de la Ucab, sin embargo, no está asociado a su potencial para el consumo diario de electricidad en la universidad.

“Los módulos fotovoltaicos no están, realmente, en la forma más eficiente. Fueron instalados para que arquitectónica y pedagógicamente pudieran ser aprovechados. Ellos capturan energía, pero hay una incidencia de sombra en el panel. Este ajuste es un proyecto para otro momento” aseguró el ingeniero Luis Ramírez, quien es doctor en ciencias y energías alternativas y profesor de la Ucab, en entrevista para Efecto Cocuyo.

La construcción de este espacio ecológico supuso una inversión alrededor de 30.000 dólares y su gran resultado es que permitió bajar la temperatura de los salones de postgrado en 6 grados centígrados. Las aulas podían alcanzar a una temperatura promedio de 30 °C en el pico del mediodía a la tarde, pero ahora disfrutan de una media entre 24 °C y 25 °C en la franja horaria más calurosa.  

El techo verde consiguió bajar la temperatura de los salones de postgrado y producir un cúmulo de energía limpia en Caracas, aunque su efecto más esperanzador es justo la cantidad de personas, empresas y organismos que se acercaron a pedir asesoría para instalar sus propias redes de energías limpias en otras partes de Venezuela.

Foto principal: Ucab | Manuel Sardá