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Pandemia de COVID-19 no ha terminado luego de 3 años, recuerda la OPS

CORONAVIRUS · 9 MARZO, 2023 16:24

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Mariana Souquett Gil | @nanasouquett


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La región de América concentró 25% del total de casos de COVID-19 y casi 43% de todas las muertes a nivel mundial durante los primeros tres años de emergencia global, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que llamó a los países a no bajar la guardia al considerar que la pandemia todavía no llega a su fin.

En su primera conferencia de prensa como nuevo director de la OPS, Jarbas Barbosa destacó que América fue una de las regiones más afectadas en tres años de pandemia debido al impacto negativo producido sobre la salud, las personas y la economía. 

Barbosa afirmó que aunque la región está en una situación mejor en comparación con 2022, con entre 20 y 30 veces menos incidencia de COVID-19, aún no está totalmente fuera de peligro, pues el riesgo de nuevas variantes es real. 

«Todo puede cambiar si tenemos una nueva variante. Es muy importante considerar que la pandemia todavía no ha terminado. También es muy importante mantener una vigilancia que pueda informar de manera muy precisa lo que está pasando en cada uno de los países, incluso al interior de los países: saber lo que pasa en cada provincia, estado, ciudad», expresó. 

Desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en América Latina el 26 de febrero del 2020 en Brasil, toda la región tuvo más de 190 millones de casos y más de 2,9 millones de muertes. Pero en la actualidad, el número de pruebas diagnósticas ha disminuido, por lo cual la organización llama a mantener el monitoreo y reporte de esta información. 

«El COVID-19 sigue entre nosotros y el virus aún tiene que asentarse en un patrón predecible«, dijo Barbosa al añadir que en el último mes se han registrado 1,5 millones de nuevos casos en la región y 17 mil muertes. «No podemos bajar la guardia, tenemos que aprender a vivir con este virus». 

Qué pasó en tres años de pandemia

De acuerdo con el máximo representante de la OPS, una de las consecuencias positivas de la pandemia fue la creación de la Red de Vigilancia Genómica de COVID-19, que permitió la carga de más de 580 mil secuencias en bases de datos mundiales, la cual puede utilizarse para hacer seguimiento a otros patógenos. 

«Esta red es un activo que permite a los países monitorear el virus que causa COVID-19, el SARS-CoV-2, pero también otros patógenos con potencial pandémico, incluida la influenza aviar. Ese es un legado importante de la pandemia que fortalece la capacidad de la región de detectar una nueva variante de manera rápida y también de monitorear las otras amenazas que tenemos en el sector salud», añadió. 

Igualmente llamó a seguir implementando programas de vacunación, pues la región tiene el segundo nivel más alto de cobertura de vacunación anticovid en el mundo (con 71% de cobertura), pero todavía hay millones de personas que no han tenido acceso a la quinta dosis de la vacuna. 

Otros de los desafíos que deja la pandemia son la necesidad de incrementar el gasto e inversión en los servicios de salud, de fortalecer la detección y tratamiento de enfermedades como tuberculosis y VIH, al igual que vacunar contra polio y otras enfermedades inmunoprevenibles.

«Después de tres años, la pandemia nos ha dado una oportunidad única para colocar la salud en el centro de una agenda de desarrollo sostenible», indicó.

«Tenemos las herramientas para ponerle fin a la pandemia de COVID-19 pero tenemos que seguir trabajando si queremos tener un control completo y parar la transmisión en el futuro». 

Si quieres saber más sobre este tema, lee también:

CORONAVIRUS · 9 MARZO, 2023

Pandemia de COVID-19 no ha terminado luego de 3 años, recuerda la OPS

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

La región de América concentró 25% del total de casos de COVID-19 y casi 43% de todas las muertes a nivel mundial durante los primeros tres años de emergencia global, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que llamó a los países a no bajar la guardia al considerar que la pandemia todavía no llega a su fin.

En su primera conferencia de prensa como nuevo director de la OPS, Jarbas Barbosa destacó que América fue una de las regiones más afectadas en tres años de pandemia debido al impacto negativo producido sobre la salud, las personas y la economía. 

Barbosa afirmó que aunque la región está en una situación mejor en comparación con 2022, con entre 20 y 30 veces menos incidencia de COVID-19, aún no está totalmente fuera de peligro, pues el riesgo de nuevas variantes es real. 

«Todo puede cambiar si tenemos una nueva variante. Es muy importante considerar que la pandemia todavía no ha terminado. También es muy importante mantener una vigilancia que pueda informar de manera muy precisa lo que está pasando en cada uno de los países, incluso al interior de los países: saber lo que pasa en cada provincia, estado, ciudad», expresó. 

Desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en América Latina el 26 de febrero del 2020 en Brasil, toda la región tuvo más de 190 millones de casos y más de 2,9 millones de muertes. Pero en la actualidad, el número de pruebas diagnósticas ha disminuido, por lo cual la organización llama a mantener el monitoreo y reporte de esta información. 

«El COVID-19 sigue entre nosotros y el virus aún tiene que asentarse en un patrón predecible«, dijo Barbosa al añadir que en el último mes se han registrado 1,5 millones de nuevos casos en la región y 17 mil muertes. «No podemos bajar la guardia, tenemos que aprender a vivir con este virus». 

Qué pasó en tres años de pandemia

De acuerdo con el máximo representante de la OPS, una de las consecuencias positivas de la pandemia fue la creación de la Red de Vigilancia Genómica de COVID-19, que permitió la carga de más de 580 mil secuencias en bases de datos mundiales, la cual puede utilizarse para hacer seguimiento a otros patógenos. 

«Esta red es un activo que permite a los países monitorear el virus que causa COVID-19, el SARS-CoV-2, pero también otros patógenos con potencial pandémico, incluida la influenza aviar. Ese es un legado importante de la pandemia que fortalece la capacidad de la región de detectar una nueva variante de manera rápida y también de monitorear las otras amenazas que tenemos en el sector salud», añadió. 

Igualmente llamó a seguir implementando programas de vacunación, pues la región tiene el segundo nivel más alto de cobertura de vacunación anticovid en el mundo (con 71% de cobertura), pero todavía hay millones de personas que no han tenido acceso a la quinta dosis de la vacuna. 

Otros de los desafíos que deja la pandemia son la necesidad de incrementar el gasto e inversión en los servicios de salud, de fortalecer la detección y tratamiento de enfermedades como tuberculosis y VIH, al igual que vacunar contra polio y otras enfermedades inmunoprevenibles.

«Después de tres años, la pandemia nos ha dado una oportunidad única para colocar la salud en el centro de una agenda de desarrollo sostenible», indicó.

«Tenemos las herramientas para ponerle fin a la pandemia de COVID-19 pero tenemos que seguir trabajando si queremos tener un control completo y parar la transmisión en el futuro». 

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