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El dólar afecta a comerciantes en El Cementerio, Catia, Sabana Grande y Chacao

ECONOMÍA · 11 ENERO, 2023 18:01

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Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo


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QUÉ INDIGNANTE
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Los vendedores ambulantes que habían tomado el bulevar de Catia, al oeste de Caracas, para promocionar sus mercancías ya no están. La caminería luce con pocas tiendas abiertas y pocos clientes se pasean por uno de los principales centros de comercios del oeste capitalino.

“Buenos días, cuánto cuesta ese par de zapatos”; es una de las preguntas que diariamente escucha Surisma Torres, una vendedora de una tienda de ropa deportiva que se encuentra en el bulevar, pero lamentablemente la conversación con los clientes es muy corta cuando la vendedora le indica el precio del producto.

“¡Mira, este calzado cuesta 30 dólares! Cuando les digo el precio se van porque no les alcanza”, comenta Torres. 

 Durante el mes de diciembre los 2 kilómetros de caminería que componen todo el bulevar de Catia, desde la avenida España, estaban repletox de vendedores ambulantes con sus tarantines, en los que ofrecían camisas, pantalones, juguetes, frutas y pirotecnia.

Miles de personas llenaban el bulevar para adquirir sus estrenos de navidad o para comprar los ingredientes típicos para las cenas que se realizan en la temporada decembrina; pero a pesar de la multitud, muchos comerciantes creen que el último trimestre de 2022 fue uno de los peores, si se les compara con años anteriores.

Te puede interesar: Buhoneros de Sabana Grande: El rollo es que el gobierno te reubica donde no te ven

Hillary Oliveros, tiene casi un año trabajando en una de las tiendas que se encuentran en el bulevar de Catia y aunque señala que hubo mucha gente en las calles, las ventas no cumplieron las expectativas durante los últimos tres meses del año 2022.

En la tienda donde es encargada Oliveros vio mejores ganancias desde el 15 hasta el 24 de diciembre, después las ventas cayeron hasta este miércoles 11 de enero, cuando la tienda lucía completamente vacía.

“Empezando diciembre fue muy, pero muy malo; del 15 para allá sí se vendió, pero no mucho; podíamos hacer 700 dólares al día. Empezamos a trabajar nuevamente el 3 de enero, pero se ha vendido muy poco. Este mes la tienda ha ganado entre 100 y 200 dólares por día; eso es perdida para el tamaño del negocio”, comenta.  

Además de lidiar con las bajas ventas, la vendedora explica que el constante aumento del dólar paralelo les afectó, a pesar de que en el establecimiento donde trabajan tienen establecida la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV).

“La gente se quejaba cuando le dábamos el vuelto a precio BCV, porque muchas veces no teníamos sencillo o billetes de 1 dólar para dar el cambio, pero no podíamos dar el vuelto con el dólar paralelo cuando nosotros trabajamos con la tasa impuesta por el Gobierno”, explica.

Oliveros cuenta que durante las fechas cercanas a navidad las personas pedían rebajas, aunque se podía encontrar camisas en cinco dólares. “Hubo gente que regateó mucho y el jefe tuvo que bajar algunos productos para poder vender”, dice.

La situación no es distinta para Yusmely Pérez, quien tiene casi dos años trabajando en el bulevar de Catia como vendedora de una tienda. Al igual que su colega, afirma que las ventas en el local donde labora se incrementaron la semana del 12 de diciembre hasta el 25 de ese mes.

“Tuvieron que colocar la mercancía en 20 % de descuento porque la gente pedía que todo estuviera más barato y a pesar que se realizó la rebaja las personas seguían regateando para conseguir todo más barato”, explicó la vendedora.

Pérez indicó que la última semana de diciembre fue una de las peores para el comercio, porque no se vendió casi nada, y las primeras dos semanas de enero la situación parece repetirse, ya que, al igual que otras tiendas del bulevar, donde ella labora no había más que trabajadores dentro del establecimiento.

“La mayoría de las ventas que hicimos fueron en bolívares, pero que tristeza que todo esté así de vacío”, se lamentó la vendedora mientras organizaba parte de la mercancía.

En El Cementerio no fue igual que años anteriores

El mercado de El Cementerio es uno de los lugares donde muchos comerciantes de las regiones del país compran para surtir sus negocios. Este 2022 no fue la excepción, pero las ventas nunca se podrán comparar con los mejores años de este mercado popular, ubicado en la parroquia Santa Rosalía de Caracas.

Los pasillos del mercado La Hormiga lucían solos, eran pocos los clientes que se encontraban de compras. Muchos de los negocios estaban cerrados, pero otros vendedores aprovecharon para abrir sus santamarias.

En uno de los pasillos se encontraba Samir Caguana, un vendedor de ropa deportiva. El joven organizaba su mercancía para aprovechar a los pocos clientes que vienen a comprar ropa para ir a la playa.

Caguana explica que sus ventas no fueron malas, pero que jamás la compararía con las ganancias obtenidas en los años anteriores a la pandemia por COVID-19.

“La gente se quejaba por los precios en los pantalones. Nosotros tuvimos pérdidas, porque teníamos que aceptar el dólar a la tasa del Banco Central, pero nuestros proveedores no entienden eso”.

El vendedor decidió abrir su negocio la semana pasada esperando que las ventas se incrementen en las fechas cercanas a la temporada de carnaval.

“La gente compra chores de playa y cosas económicas; las cosas caras no se venden tan rápido. Esperemos que las ventas se incrementen”, dijo.

En su negocio oferta dos shores deportivos por cinco dólares estadounidenses.

Para Isac Marcatón las ventas en su negocio en uno de los pasillos de el mercado La Hormiga estuvieron “más o menos”. El comerciante, con más de 6 años trabajando en el mercado, explica que la situación está difícil para muchas personas en el país-

 “Algo pudimos vender, pero no como quisimos”, se quejó.

El comerciante añade que la situación empeoró después de la pandemia porque la gente compra más comida que ropa.

“La semana del 24 (diciembre) se vendió mucho, mientras que la del 31 fue muy poco”, lamenta.

Al igual que en otros comercios del país, las subidas diarias del dólar afectaron a los vendedores de esta zona, ya que era casi imposible mantener los precios en los productos. “Los proveedores aceptan es el paralelo”.

En Sabana Grande también reportaron perdidas

Al igual que en Catia, el bulevar de Sabana Grande, uno de los lugares donde más se mueve la economía comercial de la ciudad, se encuentra despejado. Los cientos de vendedores ambulantes que hace semanas abarrotaron el bulevar ya no ofrecen sus productos.

Hace una semana la mayoría de los comerciantes de tiendas y mercados que rodean el bulevar iniciaron sus labores, pero la mayoría de los negocios se encontraban con muy pocos clientes, a excepción de algunos restaurantes o de las populares cadenas de farmacia.

Aunque la música alegre y a alto volumen que sale del interior de las tiendas, son pocas las personas que se acercan a preguntar los precios de los productos, y las que lo hacen se van cuando escuchan el valor de la mercancía.

Yelitza Itriago, encargada de una de las tiendas ubicadas en el bulevar, con más de 20 años de experiencia, explica que las subidas del dólar afectaron las ventas durante la temporada decembrina.

“Las ventas no estuvieron nada buena y eso que yo tengo solo mercancía de 10 dólares; fue muy rudo para comerciantes y buhoneros”, dice.

Itriago informó que los clientes se quejaban de los precios y la mayoría buscaba remates.

“Decían: ‘no me lo puedes dejar en 7 u 8 dólares’. En algunos momentos tuve que acceder a eso, para poder vender”, dice.

Desde hace 25 años Trina Palencia es la dueña de un local comercial en el que vende ropa femenina, en el bulevar de Sabana Grande.

Las ventas no fueron la que esperaron, porque las variaciones de los precios del dólar afectaron su negocio.

“No te vamos a decir que estuvieron malas, pero aquí no hubo ventas (…) La gente pedía descuentos, que le vendiéramos a Banco Central; pero cómo lo vendemos así, si eso no está regularizado con las otras páginas. El BCV tiene precios por debajo; cómo me estabilizo si yo compro al paralelo. Eso afectó las ventas; cada vez que el dólar se disparaba las ventas se frenaban, no hubo ventas como antes de la pandemia, que aunque todo era difícil no era como ahora”, afirma.

Palencia sostiene que abrió su negocio la primera semana del mes de enero, porque desde su experiencia los primeros días de cada año son los mejores, ya que después del 15, cuando comienzan las clases, el comercio baja.

En Chacao hubo buenas ventas las últimas semanas de diciembre

“Se vendió, pero no como antes”; esta es una de las frases que más repetían los comerciantes entrevistados por Efecto Cocuyo en el centro comercial Merpoeste, ubicado en el municipio Chacao, al este de Caracas.

Chacao es una de las parroquias más seguras de la capital venezolana y muchos compradores prefieren hacer las compras en este municipio para evitar ser víctimas de la delincuencia.

“Yo vivo en San Bernardino y prefiero comprar acá, porque puedo andar con mis bolsas tranquila, aunque de este lado de la ciudad las cosas suelen ser un poco más caras”, comentó Luisana Salas, una joven que se encontraba probándose un calzado en Merpoeste.

Un vendedor, identificado como Sandoval, explicó que en el negocio donde labora tenían altas expectativas de ventas, porque en diciembre de 2021 al negocio no les fue mal; pero este 2022, aunque no sufrieron pérdidas, no les fue tan bien como en años pasados.

“La venta bajó, pero en el mes de diciembre nos fue bien, aunque no fue lo que se esperaba. Las mayores ventas se registraron en los últimos días cercanos a las fechas importantes”, dijo.

Debido a la inestabilidad del dólar, en el negocio donde trabaja se vieron obligados a no aceptar pagos en bolívares; pero una semana después de haber tomado la drástica medida tuvieron que recular y comenzar a aceptar la moneda venezolana, porque muchos clientes solo podían pagar en bolívares.

“Eso nos generó muchas pérdidas”, dijo.

Con una alfombra verde que simula el césped y ropa de la marca Shein se ambienta el negocio donde trabaja Jessica Echeverría; a pesar de la calidad en los productos que ofrece, las ventas no fueron tan buenas como en otros años.

Al igual que en otros puntos comerciales de la ciudad las personas que venían a comprar pedían descuentos y los únicos días más movidos fueron los cercanos a la Navidad y al año nuevo.

Aunque el negocio abrió sus puertas nuevamente el pasado 5 de enero las ventas han estado muy flojas. «Las ventas han estado fatales, se venden entre tres y cuatro piezas diarias”, dijo.

ECONOMÍA · 11 ENERO, 2023

El dólar afecta a comerciantes en El Cementerio, Catia, Sabana Grande y Chacao

Texto por Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo

Los vendedores ambulantes que habían tomado el bulevar de Catia, al oeste de Caracas, para promocionar sus mercancías ya no están. La caminería luce con pocas tiendas abiertas y pocos clientes se pasean por uno de los principales centros de comercios del oeste capitalino.

“Buenos días, cuánto cuesta ese par de zapatos”; es una de las preguntas que diariamente escucha Surisma Torres, una vendedora de una tienda de ropa deportiva que se encuentra en el bulevar, pero lamentablemente la conversación con los clientes es muy corta cuando la vendedora le indica el precio del producto.

“¡Mira, este calzado cuesta 30 dólares! Cuando les digo el precio se van porque no les alcanza”, comenta Torres. 

 Durante el mes de diciembre los 2 kilómetros de caminería que componen todo el bulevar de Catia, desde la avenida España, estaban repletox de vendedores ambulantes con sus tarantines, en los que ofrecían camisas, pantalones, juguetes, frutas y pirotecnia.

Miles de personas llenaban el bulevar para adquirir sus estrenos de navidad o para comprar los ingredientes típicos para las cenas que se realizan en la temporada decembrina; pero a pesar de la multitud, muchos comerciantes creen que el último trimestre de 2022 fue uno de los peores, si se les compara con años anteriores.

Te puede interesar: Buhoneros de Sabana Grande: El rollo es que el gobierno te reubica donde no te ven

Hillary Oliveros, tiene casi un año trabajando en una de las tiendas que se encuentran en el bulevar de Catia y aunque señala que hubo mucha gente en las calles, las ventas no cumplieron las expectativas durante los últimos tres meses del año 2022.

En la tienda donde es encargada Oliveros vio mejores ganancias desde el 15 hasta el 24 de diciembre, después las ventas cayeron hasta este miércoles 11 de enero, cuando la tienda lucía completamente vacía.

“Empezando diciembre fue muy, pero muy malo; del 15 para allá sí se vendió, pero no mucho; podíamos hacer 700 dólares al día. Empezamos a trabajar nuevamente el 3 de enero, pero se ha vendido muy poco. Este mes la tienda ha ganado entre 100 y 200 dólares por día; eso es perdida para el tamaño del negocio”, comenta.  

Además de lidiar con las bajas ventas, la vendedora explica que el constante aumento del dólar paralelo les afectó, a pesar de que en el establecimiento donde trabajan tienen establecida la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV).

“La gente se quejaba cuando le dábamos el vuelto a precio BCV, porque muchas veces no teníamos sencillo o billetes de 1 dólar para dar el cambio, pero no podíamos dar el vuelto con el dólar paralelo cuando nosotros trabajamos con la tasa impuesta por el Gobierno”, explica.

Oliveros cuenta que durante las fechas cercanas a navidad las personas pedían rebajas, aunque se podía encontrar camisas en cinco dólares. “Hubo gente que regateó mucho y el jefe tuvo que bajar algunos productos para poder vender”, dice.

La situación no es distinta para Yusmely Pérez, quien tiene casi dos años trabajando en el bulevar de Catia como vendedora de una tienda. Al igual que su colega, afirma que las ventas en el local donde labora se incrementaron la semana del 12 de diciembre hasta el 25 de ese mes.

“Tuvieron que colocar la mercancía en 20 % de descuento porque la gente pedía que todo estuviera más barato y a pesar que se realizó la rebaja las personas seguían regateando para conseguir todo más barato”, explicó la vendedora.

Pérez indicó que la última semana de diciembre fue una de las peores para el comercio, porque no se vendió casi nada, y las primeras dos semanas de enero la situación parece repetirse, ya que, al igual que otras tiendas del bulevar, donde ella labora no había más que trabajadores dentro del establecimiento.

“La mayoría de las ventas que hicimos fueron en bolívares, pero que tristeza que todo esté así de vacío”, se lamentó la vendedora mientras organizaba parte de la mercancía.

En El Cementerio no fue igual que años anteriores

El mercado de El Cementerio es uno de los lugares donde muchos comerciantes de las regiones del país compran para surtir sus negocios. Este 2022 no fue la excepción, pero las ventas nunca se podrán comparar con los mejores años de este mercado popular, ubicado en la parroquia Santa Rosalía de Caracas.

Los pasillos del mercado La Hormiga lucían solos, eran pocos los clientes que se encontraban de compras. Muchos de los negocios estaban cerrados, pero otros vendedores aprovecharon para abrir sus santamarias.

En uno de los pasillos se encontraba Samir Caguana, un vendedor de ropa deportiva. El joven organizaba su mercancía para aprovechar a los pocos clientes que vienen a comprar ropa para ir a la playa.

Caguana explica que sus ventas no fueron malas, pero que jamás la compararía con las ganancias obtenidas en los años anteriores a la pandemia por COVID-19.

“La gente se quejaba por los precios en los pantalones. Nosotros tuvimos pérdidas, porque teníamos que aceptar el dólar a la tasa del Banco Central, pero nuestros proveedores no entienden eso”.

El vendedor decidió abrir su negocio la semana pasada esperando que las ventas se incrementen en las fechas cercanas a la temporada de carnaval.

“La gente compra chores de playa y cosas económicas; las cosas caras no se venden tan rápido. Esperemos que las ventas se incrementen”, dijo.

En su negocio oferta dos shores deportivos por cinco dólares estadounidenses.

Para Isac Marcatón las ventas en su negocio en uno de los pasillos de el mercado La Hormiga estuvieron “más o menos”. El comerciante, con más de 6 años trabajando en el mercado, explica que la situación está difícil para muchas personas en el país-

 “Algo pudimos vender, pero no como quisimos”, se quejó.

El comerciante añade que la situación empeoró después de la pandemia porque la gente compra más comida que ropa.

“La semana del 24 (diciembre) se vendió mucho, mientras que la del 31 fue muy poco”, lamenta.

Al igual que en otros comercios del país, las subidas diarias del dólar afectaron a los vendedores de esta zona, ya que era casi imposible mantener los precios en los productos. “Los proveedores aceptan es el paralelo”.

En Sabana Grande también reportaron perdidas

Al igual que en Catia, el bulevar de Sabana Grande, uno de los lugares donde más se mueve la economía comercial de la ciudad, se encuentra despejado. Los cientos de vendedores ambulantes que hace semanas abarrotaron el bulevar ya no ofrecen sus productos.

Hace una semana la mayoría de los comerciantes de tiendas y mercados que rodean el bulevar iniciaron sus labores, pero la mayoría de los negocios se encontraban con muy pocos clientes, a excepción de algunos restaurantes o de las populares cadenas de farmacia.

Aunque la música alegre y a alto volumen que sale del interior de las tiendas, son pocas las personas que se acercan a preguntar los precios de los productos, y las que lo hacen se van cuando escuchan el valor de la mercancía.

Yelitza Itriago, encargada de una de las tiendas ubicadas en el bulevar, con más de 20 años de experiencia, explica que las subidas del dólar afectaron las ventas durante la temporada decembrina.

“Las ventas no estuvieron nada buena y eso que yo tengo solo mercancía de 10 dólares; fue muy rudo para comerciantes y buhoneros”, dice.

Itriago informó que los clientes se quejaban de los precios y la mayoría buscaba remates.

“Decían: ‘no me lo puedes dejar en 7 u 8 dólares’. En algunos momentos tuve que acceder a eso, para poder vender”, dice.

Desde hace 25 años Trina Palencia es la dueña de un local comercial en el que vende ropa femenina, en el bulevar de Sabana Grande.

Las ventas no fueron la que esperaron, porque las variaciones de los precios del dólar afectaron su negocio.

“No te vamos a decir que estuvieron malas, pero aquí no hubo ventas (…) La gente pedía descuentos, que le vendiéramos a Banco Central; pero cómo lo vendemos así, si eso no está regularizado con las otras páginas. El BCV tiene precios por debajo; cómo me estabilizo si yo compro al paralelo. Eso afectó las ventas; cada vez que el dólar se disparaba las ventas se frenaban, no hubo ventas como antes de la pandemia, que aunque todo era difícil no era como ahora”, afirma.

Palencia sostiene que abrió su negocio la primera semana del mes de enero, porque desde su experiencia los primeros días de cada año son los mejores, ya que después del 15, cuando comienzan las clases, el comercio baja.

En Chacao hubo buenas ventas las últimas semanas de diciembre

“Se vendió, pero no como antes”; esta es una de las frases que más repetían los comerciantes entrevistados por Efecto Cocuyo en el centro comercial Merpoeste, ubicado en el municipio Chacao, al este de Caracas.

Chacao es una de las parroquias más seguras de la capital venezolana y muchos compradores prefieren hacer las compras en este municipio para evitar ser víctimas de la delincuencia.

“Yo vivo en San Bernardino y prefiero comprar acá, porque puedo andar con mis bolsas tranquila, aunque de este lado de la ciudad las cosas suelen ser un poco más caras”, comentó Luisana Salas, una joven que se encontraba probándose un calzado en Merpoeste.

Un vendedor, identificado como Sandoval, explicó que en el negocio donde labora tenían altas expectativas de ventas, porque en diciembre de 2021 al negocio no les fue mal; pero este 2022, aunque no sufrieron pérdidas, no les fue tan bien como en años pasados.

“La venta bajó, pero en el mes de diciembre nos fue bien, aunque no fue lo que se esperaba. Las mayores ventas se registraron en los últimos días cercanos a las fechas importantes”, dijo.

Debido a la inestabilidad del dólar, en el negocio donde trabaja se vieron obligados a no aceptar pagos en bolívares; pero una semana después de haber tomado la drástica medida tuvieron que recular y comenzar a aceptar la moneda venezolana, porque muchos clientes solo podían pagar en bolívares.

“Eso nos generó muchas pérdidas”, dijo.

Con una alfombra verde que simula el césped y ropa de la marca Shein se ambienta el negocio donde trabaja Jessica Echeverría; a pesar de la calidad en los productos que ofrece, las ventas no fueron tan buenas como en otros años.

Al igual que en otros puntos comerciales de la ciudad las personas que venían a comprar pedían descuentos y los únicos días más movidos fueron los cercanos a la Navidad y al año nuevo.

Aunque el negocio abrió sus puertas nuevamente el pasado 5 de enero las ventas han estado muy flojas. «Las ventas han estado fatales, se venden entre tres y cuatro piezas diarias”, dijo.

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