El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva volverá a gobernar Brasil al ganar la segunda vuelta en una reñida votación, en la que se impuso al actual mandatario Jair Bolsonaro.
Con el 98,77% del escrutinio, Lula suma el 50,82% de los votos por el 49,18% de Bolsonaro. Como ocurrió en la primera vuelta, a principios de este mes, el actual presidente obtuvo una ventaja inicial que luego recuperó su rival, algo que se repitió este domingo 30 de octubre.
El proceso transcurrió con tranquilidad, salvo la queja del Tribunal Superior Electoral por la instalación de puestos policiales en las carreteras durante las primeras horas del día.
Ante esto, el titular del TSE, Alexandre de Moraes, convocó al director de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, para que le explicase el motivo de estas operaciones, a pesar de que la autoridad electoral había prohibido previamente cualquier acción policial que dificultara el transporte de electores.
Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, ya había ganado la primera vuelta, el 2 de octubre, con el 48,4 % de los votos válidos, pero, como no obtuvo más de la mitad de los sufragios, tuvo que medirse este domingo en el balotaje con el líder ultraderechista, que recibió el 45,2 %.
Bolsonaro, un exmilitar de derecha, aspiraba la reeleción presidencial, ante un Lula, fue sindicalista que ya fue presidente entre los años 2003 a 2011, en una carrera que estuvo marcada por las acusaciones de corrupción en su contra, su estadía en la cárcel y la posterior eliminación de los cargos, que le permitieron volver a aspirar a la presidencia.
El candidato del presidente Jair Bolsonaro derrotó este domingo en las urnas al de Luiz Inácio Lula da Silva en el estado de Sao Paulo y asumirá la gobernación del estado más rico y poblado del país a partir del 1 de enero.
El exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas, uno de los hombres fuertes de Bolsonaro, se impuso en el mayor colegio electoral con un 55,34 % de los votos, frente al 44,66 % que obtuvo el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, ahijado político de Lula.
Al confirmarse la elección de Gomes de Freitas, Bolsonaro iba por detrás en el recuento, con un 49,34 % frente al 50,66 % de Lula, con un 95 % escrutado.
Tanto Bolsonaro como Lula centraron parte de su campaña en Sao Paulo con el fin de respaldar a sus abanderados en un territorio clave, que concentra 44 millones de habitantes, una población ligeramente inferior a la de países como España, y por alrededor del 30 % del PIB del país.
Ingeniero de profesión y funcionario público de carrera, Gomes de Freitas asumió la cartera de Infraestructura en 2019, donde centró su gestión en la conclusión de obras inacabadas y al fomento de los ferrocarriles.
El presidente electo de Brasil criticó al líder opositor venezolano, Juan Guaidó, en una entrevista que ofreció el pasado 20 de octubre.
«Es increíble que la embajadora de Venezuela» en Brasil «sea la embajadora designada por Guaidó«, María Teresa Belandria, que «no representa a Venezuela, ni a Guaidó, que ya no es nada en Venezuela«, señaló Lula en una rueda de prensa en un hotel de Río de Janeiro.
Bolsonaro, que rompió relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, reconocía como representantes diplomáticos a los enviados por Guaidó y aprobados por la Asamblea Nacional de 2015, que tenía mayoría opositora.
Con información de Efe
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Con el 98,77% del escrutinio, Lula suma el 50,82% de los votos por el 49,18% de Bolsonaro. Como ocurrió en la primera vuelta, a principios de este mes, el actual presidente obtuvo una ventaja inicial que luego recuperó su rival, algo que se repitió este domingo 30 de octubre.
El proceso transcurrió con tranquilidad, salvo la queja del Tribunal Superior Electoral por la instalación de puestos policiales en las carreteras durante las primeras horas del día.
Ante esto, el titular del TSE, Alexandre de Moraes, convocó al director de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, para que le explicase el motivo de estas operaciones, a pesar de que la autoridad electoral había prohibido previamente cualquier acción policial que dificultara el transporte de electores.
Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, ya había ganado la primera vuelta, el 2 de octubre, con el 48,4 % de los votos válidos, pero, como no obtuvo más de la mitad de los sufragios, tuvo que medirse este domingo en el balotaje con el líder ultraderechista, que recibió el 45,2 %.
Bolsonaro, un exmilitar de derecha, aspiraba la reeleción presidencial, ante un Lula, fue sindicalista que ya fue presidente entre los años 2003 a 2011, en una carrera que estuvo marcada por las acusaciones de corrupción en su contra, su estadía en la cárcel y la posterior eliminación de los cargos, que le permitieron volver a aspirar a la presidencia.
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El exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas, uno de los hombres fuertes de Bolsonaro, se impuso en el mayor colegio electoral con un 55,34 % de los votos, frente al 44,66 % que obtuvo el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, ahijado político de Lula.
Al confirmarse la elección de Gomes de Freitas, Bolsonaro iba por detrás en el recuento, con un 49,34 % frente al 50,66 % de Lula, con un 95 % escrutado.
Tanto Bolsonaro como Lula centraron parte de su campaña en Sao Paulo con el fin de respaldar a sus abanderados en un territorio clave, que concentra 44 millones de habitantes, una población ligeramente inferior a la de países como España, y por alrededor del 30 % del PIB del país.
Ingeniero de profesión y funcionario público de carrera, Gomes de Freitas asumió la cartera de Infraestructura en 2019, donde centró su gestión en la conclusión de obras inacabadas y al fomento de los ferrocarriles.
El presidente electo de Brasil criticó al líder opositor venezolano, Juan Guaidó, en una entrevista que ofreció el pasado 20 de octubre.
«Es increíble que la embajadora de Venezuela» en Brasil «sea la embajadora designada por Guaidó«, María Teresa Belandria, que «no representa a Venezuela, ni a Guaidó, que ya no es nada en Venezuela«, señaló Lula en una rueda de prensa en un hotel de Río de Janeiro.
Bolsonaro, que rompió relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, reconocía como representantes diplomáticos a los enviados por Guaidó y aprobados por la Asamblea Nacional de 2015, que tenía mayoría opositora.
Con información de Efe