«Uno, dos, Freddy (Krueger) viene por ti; tres, cuatro, cierra bien la puerta; cinco, seis, agarra un crucifijo; siete, ocho, no duermas aún; nueve, diez, nunca dormirás…» Se escuchaba en las aterradoras pesadillas de los adolescentes de la calle del Infierno.

La mayoría de las personas tienen pesadillas esporádicas, episodios intensos que causan ansiedad, con momentos aterradores y cuyos efectos permanecen aun estando despierto. Mientras otros tienen pesadillas con la suficiente frecuencia como para interrumpir seriamente el sueño e interferir con su calidad de vida. Las personas que experimentan pesadillas crónicas «generalmente indican angustia significativa o deterioro social, laboral u otras áreas importantes de la vida» dicen los investigadores. «Además, cuando se despiertan durante la noche debido a sus pesadillas, la calidad del sueño disminuye». Dado que no se entiende por completo por qué  el cerebro crea sueños mientras dormimos, tratar las pesadillas crónicas ha sido un desafío.

Aproximadamente, el 5% de las personas sufren pesadillas crónicas y debilitantes que arruinan la calidad del sueño. Si bien las pesadillas son comunes entre los niños, la mayoría las supera a los diez años. La falta de sueño también puede aumentar la ansiedad, lo que a su vez puede provocar insomnio y más pesadillas. Tal como se reportó en estudios recientes donde las pesadillas y los trastornos del sueño aumentaron durante la pandemia de SARS-CoV-2.

Un estudio publicado en la revista Current Biology, realizado con 36 pacientes diagnosticados con trastorno de pesadillas, mostró que una combinación de dos terapias simples: una terapia de ensayo en imaginación junto a la reactivación de la memoria dirigida (TMR) mediante un acorde musical, redujo la frecuencia de las pesadillas hasta tres meses después de la terapia. «Todo indica que este es un novedoso tratamiento para el trastorno de las pesadillas» indicaron los autores del trabajo. Los sujetos del estudio experimentaron pesadillas aterradoras que incluían matanzas masivas, personas que irrumpían en su casa para hacerles daño, abandonos familiares, etc. «Estos resultados también abren nuevas perspectivas para el tratamiento de otros trastornos, como el insomnio y el estrés postraumático”.

La terapia de ensayo en imaginación es una técnica cognitiva conductual en la que los sujetos intentan cambiar la historia negativa de sus pesadillas por un final más feliz, ensayando el escenario del sueño “reescrito” durante varios minutos cada día. Los pacientes recuerdan una pesadilla específica que ocurre con frecuencia y se les pide que la visualicen, concentrándose en cada detalle que puedan recordar. Como ejemplo, se puede imaginar una pesadilla en la que el paciente es perseguido por alguien en un bosque y no puede encontrar la salida. El paciente puede describir colores, olores, emociones, así como el contexto de la pesadilla. Luego, los investigadores instruyen a los pacientes para que cambien sus pesadillas a diferentes versiones con resultados más felices, imaginando diferentes posibilidades durante unos minutos antes de preguntarles cuál es el nuevo escenario. Para continuar con el ejemplo, pudiera aparecer una puerta durante la cacería humana. El soñador la abre y entra en un ambiente seguro y pacífico como su dormitorio. Luego, la puerta se bloquea para garantizar que el acechador ya no pueda alcanzarlo.

Sumado a lo anterior, los científicos modelaron su método a partir de la TMR, que utiliza un disparador específico asociado con el aprendizaje, generalmente un olor, para mejorar la consolidación de la memoria cuando se vuelve a aplicar el estímulo durante el sueño. Es un tratamiento muy efectivo, pero no funciona para todos.

En 2010, los científicos determinaron que reproducir sonidos mejoraba la asociación con ese estímulo mientras dormían. Con la esperanza de aumentar la tasa de éxito, los científicos agregaron el sonido de acordes de piano, generando una experiencia diurna positiva al crear un recuerdo agradable que los sujetos asociarían con el sonido. El objetivo era aumentar las posibilidades de que los pacientes, al escuchar el mismo sonido durante el sueño REM, experimentaran una narrativa positiva en lugar de una pesadilla. Los autores del artículo usaron el acorde de piano C69.

Los sujetos participaron en la terapia de ensayo de imágenes inicial en el laboratorio. Pero solo la mitad escuchó el sonido durante la sesión inicial de TMR. Más tarde, todos recibieron el sonido mientras dormían en casa a través de una diadema inalámbrica que detectaba automáticamente la aparición del sueño REM. El dispositivo reprodujo el sonido del piano cada 10 segundos.

Los resultados encontraron que ambos grupos experimentaron una disminución de las pesadillas, pero la mitad que recibió el sonido durante la sesión de TMR en el laboratorio, tuvo menos pesadillas y emociones de sueño más positivas durante dos semanas después de la sesión experimental y una disminución sostenida de las pesadillas hasta tres meses después, mencionaron los investigadores.

Estos hallazgos son muy prometedores tanto para el estudio del procesamiento emocional durante el sueño como para el desarrollo de nuevas terapias. Nancy Thompson y sus amigos habrían derrotado fácilmente a Krueger empleando acordes de jazz, de acuerdo con estos alentadores resultados de investigación.

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