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El régimen de Daniel Ortega rompió relaciones diplomáticas con la Santa Sede luego de que el papa Francisco calificara como una “dictadura” al gobierno de Nicaragua.

Fuentes diplomáticas confirmaron al Confidencial, medio nicaragüense, que la representante de Ortega ante la Santa Sede comunicó “verbalmente” la ruptura de relaciones en la secretaría de Estado del Vaticano, en Roma, por las declaraciones del máximo representante de la Iglesia católica.

El papa elogió al obispo Rolando José Álvarez, quien se negó al destierro, motivo por el que lo encarcelaron en una celda de máxima seguridad en el sistema penitenciario de La Modelo, en Managua, tras ser ilegalmente condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por supuestos delitos considerados “traición a la patria».

De Álvarez el pontífice argentino dijo: “Es un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.

A inicios de febrero, el régimen orteguista expulsó del país a 222 opositores a quienes calificó de traidores de la patria y los despojó de su nacionalidad.

El medio de comunicación nicaragüense informó que, a partir de ahora, Nicaragua ingresará a un reducido grupo de 13 países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, cuatro de ellos tienen Gobiernos comunistas —Vietnam, Corea del Norte, China y Laos— y ocho son musulmanes —Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudí—, el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.

Persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua

De acuerdo con la fuente diplomática en Roma, al representante de la Nunciatura en Managua “le dieron una semana para irse del país”.

Monseñor Mbaye Diouf, secretario de la Nunciatura, está al frente de la misión diplomática vaticana —en calidad de encargado de negocios— desde inicios de marzo del año pasado, luego que la dictadura expulsó de facto al nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.

La policía nicaragüense, bajo el mando de Ortega, ha cerrado emisoras católicas, profanado iglesias, expulsado monjas de la orden Misioneras de la Caridad, de la madre Teresa de Calcuta, prohibido procesiones, encarcelado y condenado a un obispo, desterrado y declarado “apátridas” a ocho sacerdotes.

Qué dice Ortega de la Iglesia católica

Además, Ortega ha llamado “terroristas” y “golpistas” a los obispos nicaragüenses, a quienes también ha acusado —sin pruebas— de ser cómplices de fuerzas internas y de grupos internacionales que, a su juicio, “actúan en Nicaragua para derrocarlo”.

La situación en ese país centroamericano se deterioró desde 2018, cuando las protestas contra el gobierno las reprimieron con fuerza. Entonces comenzó la persecución a la oposición, activistas de derechos humanos, políticos, empresarios, estudiantes, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil e iglesias.