Estado invisibiliza suicidio infantil por falta de políticas y cifras, advierte Cecodap

El suicidio se ha convertido en una nueva pandemia en Venezuela, asegura Marisol Ramírez, vicepresidenta de Psicólogos sin Fronteras (PSF) en el país y coordinadora del programa Acompañando en el Dolor. No obstante, el tema está lejos de ser considerado un problema de salud pública por el Estado venezolano.

Este 10 de septiembre se celebra por vigésimo año el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y en el territorio nacional siguen sin existir políticas efectivas, protocolos estatales ni campañas de concientización. Ramírez afirma que en la organización reciben en promedio cuatro casos de ideación suicida a la semana.

“Fundamentalmente tiene que ver con el sufrimiento social sostenido que hemos vivido en el país y que antes de la pandemia tenía unas características. Después de la pandemia seguimos teniendo unos números evidentes de deterioro y vulnerabilidad, esto ha enmarcado el sufrimiento. Hay claras muestras de desesperanza, perdida de la fe y La confianza”, dijo Ramírez a Efecto Cocuyo, vía telefónica.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), anualmente más de 703.000 personas se quitan la vida a nivel global, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. El organismo informa que el suicidio es la tercera causa de deceso entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas.

En Venezuela, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) registró 256 muertes autoinfligidas entre enero y julio de 2023. De acuerdo con sus datos, la lista es encabezada por el estado Mérida con 13,7% de los casos. Le siguen Aragua (9.8%), Zulia (8.2), Barinas (7.0%), Portuguesa (7.0%), Trujillo (7.0%) y Falcón (6.3%).

“Concretamente, el suicidio se ha convertido en una nueva pandemia para nosotros. Así la vemos. Hay que desmitificar, el suicidio no es una enfermedad psicológica, sino una reacción. La ideación suicida es el resultado de un cúmulo de situaciones de alta vulnerabilidad y alta inseguridad que venimos enfrentando desde hace siete años”, apuntó Ramírez.

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La crisis impacta

La OPS insiste en que es necesario identificar los factores de riesgo y de protección para abordar el suicidio en una sociedad. Elementos claves van desde los sistemas sanitarios hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, etc.

“Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica”, apunta la organización.

Para Ramírez, un factor en Venezuela es que el país se ha convertido en un país de “contrastes nada reales” que continúa viviendo una crisis humanitaria compleja:

“Vemos lo que está pasando en Caracas, entonces encontramos zonas que no tienen nada que envidiarle a otras urbes desarrolladas. Pero esa no es la realidad. Estos contrastes, al ciudadano de a pie que no tiene acceso a este tipo de cosas, le genera una gran contrariedad, porque al final se ubica muy lejos de poder tener todo eso”, dijo la psicóloga.

En marzo de 2023, la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) presentó los resultados de una encuesta nacional que retrata un total de 14 dimensiones psicosociales en la población. La investigación arrojó que 90% de la población siente preocupación ante la situación nacional

“(…) 79% afirmó sentir rabia por saber a dónde ha llegado Venezuela y a 73% le entristece pensar en el futuro de la nación. Cuatro de cada 10 aseguraron que, con frecuencia, su estado de ánimo se ha ido deteriorando por estas razones. En promedio, el venezolano tiene un nivel medio de afecto negativo.”, indicó la Ucab en una nota de prensa.

Así mismo, seis de cada 10 personas (64%) admitieron que su principal fuente de estrés son los problemas económicos.

Qué pasa en Mérida

Gustavo Páez, coordinador del OVV en Mérida, explicó a Efecto Cocuyo en julio, que en la entidad se han generado condiciones de vulnerabilidad tanto económicas como sociales que, sumado a las diferentes afectaciones de salud mental (depresión, ansiedad y traumas), podría explicar por qué el estado acumula el 14 % de los suicidios en todo el país.

Ramírez señala que los estados del occidente habitualmente son los que sufren mayores afectaciones debido a servicios públicos deficientes (electricidad, agua, gas y conexión a Internet), el desabastecimiento e incluso a desastres relacionados con el mal clima, que terminan por diezmar los medios de producción y perturbar el manejo estructural del sitio.

“Si hiciéramos una retrospectiva más profunda, encontramos que los estados andinos han sido más proclives a este tipo de situaciones. No nos podemos olvidar de la geografía emocional, la montaña favorece esos procesos de introspección. Pero quedarnos ahí sería una visión muy simplista”, puntualizó la vicepresidenta de Psicólogos sin Fronteras.

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¿Qué se necesita?

Para Psicólogos sin Fronteras es fundamental atender el problema del suicidio en Venezuela comenzando por un trabajo de educación emocional.

“Hay que desmitificar todo el tema de la salud mental. Las personas que en este momento están deprimidas, tristes y angustiadas no son enfermas. Es producto, son respuestas, consecuencias de lo que hemos estado viviendo”, apunta Ramírez.

Añadió que se deben habilitar espacios para que la gente conozca y se encuentre, porque genera confianza y permite entender que hay que buscar ayuda profesional.

“Lo que siempre insisto es que hay una necesidad de hacer un tema de conversación común lo que está pasando con la salud mental del venezolano. Generar espacios y conversar sobre las buenas prácticas de cuidado. No puede haber construcción de bienestar si no hay bienestar emocional personal”, comentó.

Agregó que desconoce si en los hospitales existen protocolos para tratar a personas que hayan intentado acabar con su vida. Reportó que algunos centros médicos del país rechazan a aquellos pacientes referidos de organizaciones no gubernamentales y expresó que aún queda mucho camino por recorrer en el sector salud.

“Tenemos grandes problemas cuando referimos a los hospitales a los pacientes. Les han negado la atención psiquiátrica porque vienen de una ONG, porque vienen referidos no los atienden. ¿Cuál es el protocolo para ellos? El paciente tendría que entrar por la emergencia del hospital para poder optar ser atendido”, puntualizó.