Los hechos ocurrieron entre el 8 y 11 de noviembre
Las y los activistas exigen justicia

En la última semana, dos mujeres transexuales fueron asesinadas en el país. Estas personas, una identificada por su nombre de origen Jorge Eliecer Guerrero o como “la Gocha” y la otra por su nombre de Pablo Rodrigo Xavier Grancé Hidalgo, fueron víctimas de transfemicidios en las ciudades de Caracas y Maracay, respectivamente.

La Gocha, como se hacía llamar la estilista de profesión, quien vivía en el barrio Zamora de la parroquia El Valle, en Caracas, fue asesinada con más de 40 puñaladas en el tórax dentro de su vivienda. Mientras que, a 120 kilómetros de la capital del país, en la ciudad de Maracay, el cuerpo de Grancé Hidalgo fue hallado sin vida cerca de la torre Sindoni, en la avenida Bolívar.

Estos brutales crímenes se cometieron el 8 y 11 de noviembre; las autoridades aún no tienen identificados a los asesinos, pero las organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer (Lgbtiq+) exigen justicia y alertan sobre las vulnerabilidades de ser mujer trans en un país como Venezuela.

Yendri Velásquez, representante del Observatorio Venezolano de Violencia Lgbtiq+, aseguró en una entrevista con Efecto Cocuyo que hasta este 15 de noviembre suman cuatro asesinatos a mujeres trans en Venezuela, en lo que va de 2023.

Señalo que la cifra es un subregistro y se debe a la poca cobertura que existen en el país sobre estos temas y a la inexistencia de cifras oficiales por parte del Estado con respecto a violencia y específicamente a la dirigida en contra de esa comunidad.

El activista advirtió que se están pasando por alto asesinatos de personas trans, pero como en Venezuela no se reconoce su identidad, pasan como homicidios comunes.

Qué han dicho las autoridades

Desde la organización le siguen la pista a los casos que investiga la Fiscalía especializada en violencia contra la comunidad Lgbtiq+ en el país. Por el momento las autoridades no han dado detalles de los casos.

“En Venezuela las autoridades no producen comunicados en general con respecto a la violencia Lgbtiq+ fóbica, cosa que lo hace incluso cómplice y silentes de la violencia que vivimos y la discriminación que vivimos por razones de orientación sexual e identidad o expresión de género”, aseguró.

Velásquez pidió a las autoridades que, ante el asesinato de mujeres trans en el país, se garanticen un proceso de investigación que cuente con una perspectiva de género y de derechos humanos y que no esté orientado a revictimización de las mujeres trans, sino que esté orientado a resguardar su dignidad humana y garantizar el acceso a la justicia y el castigo debido a quienes cometieron el delito.

El defensor de los derechos Lgbtiq+ en Venezuela pidió que se le garantice medidas reparatorias a los familiares y amigos de las víctimas y que se promuevan campañas de prevención.

“En otros países se han dado caso que han sido muy sonados en el ámbito público y el Estado ha tomado como oportunidad para iniciar campañas de prevención, de promoción de derechos, de concientización y prevención de la violencia; lamentablemente en Venezuela el Estado no aplica esto”, dijo.

Esperanza de vida de 35 años

La esperanza de vida de una mujer trans en Latinoamérica es de 35 años de edad, pero una recopilación de asesinatos que viene haciendo el Observatorio de Violencia Lgbtiq+, desde el año 2008, revela que en Venezuela el promedio es similar al de otros países de la región, pero han encontrado muchos casos donde las edades oscilan entre los 30 y 32 años de edad.

“Es muy lamentable porque es una edad muy temprana en las personas trans, específicamente las mujeres, que están perdiendo su vida en actos profundamente violentos”, agregó Velásquez.

El activista indicó que comunidad Lgbtiq está en absoluto peligro en este momento por varias razones, una de las principales es el aumento de los discursos de odio basados en prejuicios que además cuentan con el respaldo de algunas instituciones del Estado.

 “Ese respaldo lo vemos cuando hay una alianza gubernamental con grupos evangélicos, que hay que aclarar que no todas las personas creyentes de estas iglesias, pero sin grupo radical, que está teniendo un discurso discriminatorio y el primer paso dentro de la escalada violencia son estos discursos. Los discursos de odio de hoy son los asesinatos de mañana”, advirtió.

El defensor de derechos humanos dijo estar preocupado y por eso desde la organización que representa han denunciado estos hechos que vulneran al colectivo Lgbtiq+.

Agregó que en el país no existe un marco regulatorio que proteja a las personas Lgbtiq+ y que garanticen el acceso a la justicia; tampoco existen políticas públicas por parte del Gobierno que estén orientadas a la prevención de la violencia.

“Hay que empezar a prevenir y cómo se previene, empezando a educar, haciendo campañas de prevención y concientización, de educación, esto es fundamental para poder desmontar los prejuicios que existen en la sociedad. Es necesario asumir una política seria e integral con perspectiva de derecho humano y de género”, reiteró.

Me dedico al periodismo con enfoque en derechos humanos. Hago cobertura sobre violencia en un país con pocas garantías