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José Félix Maíz, uno de los cinco hombres procedentes de La Vega y encarcelado en julio de 2021 por presuntamente estar relacionado a bandas armadas en la populosa parroquia de Caracas, murió este martes 31 de enero, en prisión. 

El Comité por los Derechos del Pueblo de La Vega informó sobre la muerte de Maíz a través de un comunicado. Denuncia que el Estado violó la libertad, la justicia y la salud del joven fallecido. 

Maíz habría sufrido un paro respiratorio. 

“Este Comité tiene muy claro que la muerte de José Félix es consecuencia de factores estructurales que reproducen la desigualdad en nuestra sociedad; es consecuencia del clasismo y el racismo”, se lee en el comunicado. 

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El joven estaba hospitalizado desde el pasado viernes 20 de enero en el hospital  “Dr. Domingo Luciani”. El Comité señala que su deterioro de salud estuvo vinculado a las terribles condiciones de reclusión en la que se encontraba. 

Maíz estaba detenido en el Centro de Detención Policial de San Agustín, de Caracas, mientras seguía a la espera de la última audiencia de juicio en su contra.

Qué ocurrió con José Félix Maíz

Cuando José Félix Maíz iba a comprar un paquete de arroz, en el barrio Los Mangos de La Vega, fue sorprendido por una comisión policial que inmediatamente le exigió su documentación. El hombre de 35 años le entregó la cédula de identidad a las autoridades y a pesar que no tenía registros penales en el Sistema Integrado de Información Policial (Sipol) los funcionarios le pusieron una capucha y lo montaron en la patrulla policial.

A Maíz lo trasladaron a un comando policial en La Dolorita, Petare. Allí le sembraron unos armamentos y los funcionarios querían que el hombre se tomara una foto con una pistola, pero él se negó y fue torturado, según aseguró Ana Brito, familiar del detenido, durante una protesta que se llevó a cabo en la redoma La India en julio de 2022.

A Maíz le pidieron 5 mil dólares a cambio de su libertad, pero él no tenía recursos para pagar esa exorbitante suma de dinero. “Si yo tuviera esa plata no hubiera salido a comprar ese arroz”, le dijo el hombre a los funcionarios.

Fue condenado a seis años de prisión, pero su defensa apeló y esperaban que el detenido fuera puesto en libertad.

Para visitarlo su familia tenía que pagar 5 dólares y solo podían hablar con él durante 10 minutos. En la celda donde estaba recluido Maíz convivían hasta 60 personas y sus necesidades fisiológicas las tenían que hacer en bolsas.

Lea el comunicado completo aquí.