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Mabel Sarmiento | @mabelsarmiento
Foto por Mairet ChourioEl Frente amplio y unido en defensa de los pensionados y jubilados (Ufajup) entregó ante el despacho de la Nunciatura Apostólica, representante de la Iglesia Católica en el país, una carta en la que le piden colaboración directa para paliar algunas de las situaciones por las que atraviesa esta población.
El documento, respaldado por firmas de la dirigencia, destaca el estado de indigencia e indefensión en el que se encuentran los adultos mayores, vulnerados aun más por la crisis humanitaria.
Señala que las personas que dedicaron toda vida a la Administración Pública se mueren de inanición en las puertas de los hospitales, al no recibir ayuda médica a tiempo y por no tener recursos económicos para la alimentación o para comprar medicinas.
A todo esto suma la migración forzada de millones de venezolanos que también los afecta, la xenofobia y la discriminación a la que se enfrentan, la depresión que sufren y, por ende, los trastornos mentales de muchos de los abuelos.
«Nos es imperativa la ayuda de una institución como la suya, pues su experiencia en el mundo nos dice que podemos, con su orientación y colaboración directa, poder paliar algunas de las situaciones del sector menos desfavorecido y más vulnerable del país.
«Nuestra Constitución obliga al Estado venezolano a cumplir con una serie de beneficios socio-económicas que deberían tener los jubilados, pensionados y los sobrevivientes, que vienen siendo obviadas, y es lo nos inclina a solicitar una reunión con ustedes para mostrar documentos y pruebas», se lee en la misiva.
Este lunes, 31 de mayo, de nuevo la calle fue el escenario para que los jubilados expresaran su malestar. Ese día reclamaron el bono recreacional, de 85 días, que deben pagarles cada 29 de mayo, de acuerdo a la convención colectiva.
Los adultos mayores se concentraron en la plaza La Moneda, cerca del Banco Central de Venezuela, en la parroquia Altagracia, para hacer visible la crisis por la que atraviesan.
Ángela Fermín, 58 años, expresó que no pueden dejar de exigir mejores condiciones, «pues todo esto es una burla, juegan con los ancianos, estamos viviendo en la miseria. Por eso hay que salir a la calle. No tenemos garantía de salud, en ningún lado podemos ir para que nos atiendan dignamente».
Dijo que si sus hijas no estuvieran en otro país, ella no pudiera sobrevivir. «Ellas me mantienen porque esta pensión es una miseria», dijo mientras sus compañeros gritaban que querían el pago ya del bono recreacional.
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El Frente amplio y unido en defensa de los pensionados y jubilados (Ufajup) entregó ante el despacho de la Nunciatura Apostólica, representante de la Iglesia Católica en el país, una carta en la que le piden colaboración directa para paliar algunas de las situaciones por las que atraviesa esta población.
El documento, respaldado por firmas de la dirigencia, destaca el estado de indigencia e indefensión en el que se encuentran los adultos mayores, vulnerados aun más por la crisis humanitaria.
Señala que las personas que dedicaron toda vida a la Administración Pública se mueren de inanición en las puertas de los hospitales, al no recibir ayuda médica a tiempo y por no tener recursos económicos para la alimentación o para comprar medicinas.
A todo esto suma la migración forzada de millones de venezolanos que también los afecta, la xenofobia y la discriminación a la que se enfrentan, la depresión que sufren y, por ende, los trastornos mentales de muchos de los abuelos.
«Nos es imperativa la ayuda de una institución como la suya, pues su experiencia en el mundo nos dice que podemos, con su orientación y colaboración directa, poder paliar algunas de las situaciones del sector menos desfavorecido y más vulnerable del país.
«Nuestra Constitución obliga al Estado venezolano a cumplir con una serie de beneficios socio-económicas que deberían tener los jubilados, pensionados y los sobrevivientes, que vienen siendo obviadas, y es lo nos inclina a solicitar una reunión con ustedes para mostrar documentos y pruebas», se lee en la misiva.
Este lunes, 31 de mayo, de nuevo la calle fue el escenario para que los jubilados expresaran su malestar. Ese día reclamaron el bono recreacional, de 85 días, que deben pagarles cada 29 de mayo, de acuerdo a la convención colectiva.
Los adultos mayores se concentraron en la plaza La Moneda, cerca del Banco Central de Venezuela, en la parroquia Altagracia, para hacer visible la crisis por la que atraviesan.
Ángela Fermín, 58 años, expresó que no pueden dejar de exigir mejores condiciones, «pues todo esto es una burla, juegan con los ancianos, estamos viviendo en la miseria. Por eso hay que salir a la calle. No tenemos garantía de salud, en ningún lado podemos ir para que nos atiendan dignamente».
Dijo que si sus hijas no estuvieran en otro país, ella no pudiera sobrevivir. «Ellas me mantienen porque esta pensión es una miseria», dijo mientras sus compañeros gritaban que querían el pago ya del bono recreacional.