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El asesinato del líder indígena y guardia territorial Virgilio Trujillo cumplió una semana.

A Trujillo Arana le dispararon en varias oportunidades. Una versión dice que lo lanzaron de un vehículo con las manos atadas y después le dispararon hasta acabar con su vida. Esto ocurrió en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas al sur del país.

Los únicos dos pronunciamiento oficiales se dieron el martes 5 de julio. El primero fue el del director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico.

Aseguró que fue «un crimen atroz» y que detrás había grupos «narcotraficantes y paramilitares».

Trujillo Arana tenía 38 años y fue uno de los pioneros en formar las guardias territoriales indígenas, grupos dedicados a luchar por la defensa de sus tierras y condenar la minería ilegal en sus territorios ancestrales.

Le dispararon desde un vehículo

La versión de Rico habla de que a Trujillo Arana lo mataron “delincuentes que se trasladaban a bordo de un vehículo y dispararon en su contra”. No habló de torturas, como dijo el observatorio de derechos indígenas Kapé Kapé ni tampoco de responsables específicos.

El director del Cicpc anunció que el organismo envió una comisión nacional para apoyar las investigaciones del asesinato del líder indígena.

Ese mismo día, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, coincidió con Rico en Twitter sobre el reforzamiento de las averiguaciones.

«He ordenado reforzar los equipos de trabajo y ampliar la investigación para dar con los agresores y ponerlos a orden de la justicia, como garantía de paz del pueblo amazonense», escribió sobre el caso de Virgilio Trujillo.

Lea más en: Virgilio Trujillo Arana: el centinela del río Sipapo

Mayor contundencia

El director de Kapé Kapé, Armando Obdola, demandó una actuación con contundencia del Estado a favor de las comunidades indígenas y en contra de los grupos irregulares colombianos, que han desplazado de sus tierras a las poblaciones aborígenas.

En declaraciones a Efecto Cocuyo dijo que con la minería extractivista llega la violencia, la muerte y la contaminación de ríos y tierras, lo que perjudica a las poblaciones aborígenes en el sur de Venezuela.

«Cuando asesinan a un indígena dentro de espacios de extracción minera con grupos irregulares, se está acrecentando la violencia por la presencia de estos grupos y la entrada avasallante y el posicionamiento de estas estructuras en territorios indígenas», advirtió.

El Observatorio para la defensa de la vida (Odevida) habló de 32 asesinatos de líderes indígenas entre 2013 y 2021, al condenar este crimen.

«Odevida ha registrado que entre 2013 y 2021, 32 líderes indígenas y ambientales líderes fueron asesinados, 21 de ellos asesinados por sicarios mineros o miembros de organizaciones guerrilleras colombianas, y 11 por efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb)».

Peligrosa tendencia

El director del Grupo de Trabajo de Asuntos Indígenas de la Universidad de los Andes (ULA), Vladimir Aguilar, aseguró que aunque no se puede hablar de un patrón, este crimen es un mal precedente.

“No es un patrón todavía, pero puede convertirse en una peligrosa tendencia, sino se actúa de manera inmediata en medidas de protección a los líderes indígenas de las organizaciones de base y defensores de la selva. Para hablar de un patrón es porque es sistemático y reiterado cosa que aún no es el caso”, explicó Aguilar, quien es docente universitario, abogado especialista en derechos indígenas y politólogo.

Hasta ahora no ha habido nuevos pronunciamientos por el asesinato del líder indígena piaroa (Uwottüja). Solo se conoce que un equipo de la Dirección de Investigaciones de Homicidios del Cicpc está en territorio amazonense para determinar quién o quiénes están detrás de su asesinato.

El día del homicidio, Trujillo Arana sostuvo una reunión con miembros de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (Orpia), donde habló de los temas sobre su trabajo como líder territorial.

Se cree que al salir de esa reunión lo secuestraron. Lo que no está claro es que si los delincuentes lo lanzaron del vehículo y le dispararon o el lugar fue donde liberaron el cadáver.