Alrededor de la dignidad, la amistad, la política y la ingeniería

En reconocimiento al pionero de la ingeniería mecánica en la Universidad de los Andes (ULA)

La Universidad autónoma venezolana, no sólo ha sintetizado sentimientos, realidades y aspiraciones. También ha sido brújula y nervio del país toda vez que sus aulas y laboratorios han sido punto de encuentro para que, de sus debates, hayan surgido criterios y atenciones que han coadyuvado con la construcción de la actual Venezuela.

Ciertamente así ha sido, indistintamente de las diferencias que han caracterizado la dinámica política, las controversias inducidas por la infraestructura y el urbanismo adoptado. Así como también la movilidad de su sociedad y la idiosincrasia del talento humano que activa cada organización o empresa local, regional o nacional.

Contar la historia de la Universidad venezolana, es referir o confesar la vida de quienes han sido responsables de las decisiones que han encaminado su desarrollo y fortalecimiento. O sea, quienes han fungido de bordones, puntales o pilotes sobre los cuales su crecimiento se ha instituido.

Ejemplos en esa línea de referencia, no son del todo profusos. Aunque los que sí calzan con la definición de tan exclusiva categoría de desarrollo humano, suelen resaltar con la mesura que la modestia hilvanó sus actitudes. 

Es el caso de quien vale destacar como académico de valía. De hecho, esta disertación busca reconocerlo como “punta de lanza” del proceso de crecimiento y desarrollo de la Universidad de Los Andes. 

Un caso de obligada referencia

Varias décadas luego de haberse creado la Facultad de Ingeniería, en respuesta a la necesidad que inducía la industrialización que, entrado los años 60 del siglo XX, comenzaba a copar algunos espacios abandonados por los cambios que nuevos paradigmas matemáticos y de producción azuzaban la armazón de nuevas realidades.

La Universidad de Los Andes entendió la inminencia de acoplarse con el desarrollo implícito y explícito que rezaba todo pronunciamiento que comprometía el desarrollo económico, político y social de Venezuela.  

Fue luego de 1970, exactamente 1974, cuando la Universidad de Los Andes, emprendió una importante decisión. Así entonces decidió la creación de ampliar el ámbito conceptual de los fundamentos cognitivos que formalizaban los programas de formación del ingeniero. En consecuencia, se determinó la creación de las escuelas de ingeniería química, de sistemas y mecánica. 

Y la ingeniería cambió su concepto

En efecto, así sucedió. La nueva institucionalización del concepto de ingeniería, condujo a que el debut de la Escuela de Ingeniería Mecánica, deviniera en la proyección de propuestas al resto de universidades nacionales que vieron en la recién formalizada escuela universitaria, un referente válido.

Es decir, la posibilidad de poner en práctica propuestas que afianzaran exigencias en materia ingenieril. Así surgió la formulación de propuestas en ingeniería de mantenimiento tecnológico que comenzaron a demandar industrias nacionales e internacionales. Ello de la mano intelectual de profesores captados por el pionero de la principiante escuela de Ingeniería-ULA, el profesor Néstor José Youseff Márquez

Ideales convertidos en proyectos

Aunque tan notables particularidades, no fueron fortuitas. Tuvo un motivador. Fue la persona a quien la Universidad de Los Andes había encargado la gruesa responsabilidad de formalizar los estudios de Ingeniería Mecánica. Se trató del ingeniero mecánico, Néstor José Youseff Márquez, quien para entonces actuaba como docente en la Universidad del Zulia. Nacido en Turmero-Edo. Aragua (1932), egresado de la Universidad Central de Venezuela en 1962. Y postgraduado en la Universidad de Pittsburgh (Pitt) Pensilvania-EE.UU. 

Su llamado realizado por el Consejo Universitario, ULA, fue recibido con beneplácito. De entrada, aceptó sujetarse a las realidades que las dificultades del momento imponían. Sin embargo, en cuestión de un año, el profesor Youseff había logrado potenciar la Facultad de Ingeniería a tal punto que la estructuró con un excelente plantel de profesores procedentes de universidades de Latinoamérica, tanto como de universidades nacionales. Aunque sin duda es propio asentir que la ULA dispuso de calificados docentes-investigadores. Todos, adelantados a la época.

Seguro, el profesor Youseff como buen docente pensó que el mejoramiento académico, incluye fundamentalmente el de profesores. Su parecer coincidía con el pensamiento de José Miguel Monagas quien refería que “profesores eficientes en lo científico y pedagógico, suponen estudiantes de nivel académico satisfactorio. No al revés” (Rosales, Pedro: Ideas educativas de José Miguel Monagas. Mérida 1991. Fundación JMM)

La labor universitaria del Profesor Youseff Márquez elevó la producción académica de la ULA. Tanto, que calificó en el primer lugar del ranking latinoamericano como la Facultad de Ingeniería con los mejores indicadores en investigación, extensión y docencia, lugar éste que mantuvo más allá de 2005. 

No podría dudarse que el profesor Youseff supo advertir los retos a los que se enfrentaría el siglo XXI. Era su naturaleza de docente, lo que le impulsó a antelar su visión relacionada con la idea que lo destacó como preceptor, maestro y amigo. Aún más, lo hacía pensando en su concepto de “sociedad del conocimiento” el cual debatía y defendía a la luz de cualquier ambiente donde su palabra resonara. Razón suficiente para vivir la educación desde su conciencia. E igualmente, desde adentro del proceso de formación universitaria recibido. Y que hoy continúa haciéndolo.

Forjando el legado que surgió de ideas propias

Esos resultados alcanzados por la ULA, fueron fiel expresión del trabajo académico del profesor Youseff Márquez quien, con motivo de celebrarse el quincuagésimo aniversario de la fundación de la Escuela de Ingeniería Mecánica-ULA, fue centro de un merecido reconocimiento que no sólo honra su condición y vivencia profesoral y humana. También, a quienes fueron sus alumnos. Igualmente a profesores-compañeros del proceso de creación y arraigo de la institución ulandina (Nicolás Bellorín, JDomingo Nava, Ricardo Morillo) 

Su labor como director-fundador de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la ULA, contribuyó a democratizar la calidad de la educación de tan exigente carrera universitaria. Youseff Márquez, realmente, enseñó a aprender ingeniería mecánica

¿Pero qué decir del entregado profesor? Quizás, de Néstor José Youseff Márquez podría escribirse sobre la perseverancia que potenció su identidad y concordancia. Y que hizo con base en el tenor de valores trascendentes que vigorizaron su formación como venezolano en tiempos en que los corazones de aquella juventud luchadora y tenaz, giraban sobre sí mismos. Y que en la persona de Youseff Márquez, fueron verdades que cimentaron su vida.

Para cerrar esta disertación, en homenaje a un verdadero maestro, Néstos José Youseff Máequez, cabe el aforismo de José Miguel Monagas, quien puntualizaba que “el docente universitario se aproxima a su autenticidad en la proporción en que el saber que domina está enriquecido con un aporte cultural cuya autoría le pertenece” (Ídem). Y en la persona del educador  Néstor Youseff Márquez, tan calificador privilegio, ha sido honrado a plenitud.

El desideratum que caracteriza la vena docente del profesor Youseff Márquez, se encuentra en la simbiosis que en su vida ha construido, que ha sido, alrededor de la dignidad, la amistad, la política y la ingeniería

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