Esta semana se ha dado por fin el tan esperado anuncio: la oposición venezolana tendrá un proceso de elecciones primarias el 22 de octubre de este año, con cronograma previo que servirá de hoja de ruta para las diferentes opciones de candidatos que se presenten. Esta noticia aparece en un momento político muy particular asociado a una desconexión generalizada del país con su liderazgo político. Vale decir, una despolitización masiva alentada por la crisis multidimensional que sacude a la nación y por los intensos debates públicos llevados a cabo por las redes sociales, respecto a la finalización del denominado gobierno interino.
La agenda política ha estado absolutamente desmarcada de la agenda pública. Mientras los insultos y las descalificaciones han caracterizado la actuación de los líderes políticos durante las últimas semanas, la ciudadanía ha marchado por otros rumbos más relacionados con su cotidianidad y los problemas que enfrentan para sobrellevar la existencia. Esto había provocado una severa despolitización de la sociedad con efectos perversos en lo que se refiere al interés colectivo por los asuntos públicos. Pero ahora, con el anuncio efectuado entramos en modo “electoral” y esto puede ir cambiando durante las próximas semanas.
Las elecciones primarias pueden concentrar un espacio importante en la atención de la gente en la política. Más allá de las polémicas durísimas que vamos a tener entre los candidatos y los partidos en los próximos meses, también habrá oportunidad para escuchar propuestas, acciones, debates sobre la realidad del país y lo que puede venir. También se evaluará con rudeza al gobierno presidido por Nicolás Maduro y el Psuv comenzará también a alentar sus operaciones estratégicas para desacreditar el proceso, seguir fragmentado al planeta opositor e intentar garantizar la reelección. Es decir, la atmósfera se cargará de política.
El país necesita con urgencia repolitizarse. Es algo verdaderamente prioritario si deseamos pensar y actuar hacia la búsqueda de un horizonte común como República para las próximas décadas. Superar la crisis y reconectarse con el mundo financiero global va a requerir a una población activada en los asuntos públicos y en la toma de decisiones. Las primarias pueden servir de marco a una reapertura de la discusión pública en el país y sobre todo, a una movilización general que rompa el estatus de desmotivación y despolitización que hemos tenido hasta ahora. Obviamente, la transparencia será clave para regenerar la confianza del electorado.
Es importante destacar que luce muy necesario pasar de simples electores a «activadores» de la política en tanto y cuanto, ésta dignifique al ciudadano, a las instituciones y al país en general. Ser «políticos» no significa ser partidistas. Los partidos son necesarios como interlocutores de la sociedad pero la política va más allá de ellos como instituciones civiles. Venezuela -con este proceso de elecciones primarias- tiene la gran oportunidad de volver a la senda de la participación política para generar las grandes transformaciones que sentarán las bases de otro país, muy diferente al que tenemos actualmente; más unido y menos fragmentado. Vencer la antipolítica es un desafío previo a los grandes cambios en la economía del país.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: Datincorp: revelando la ruta en Venezuela
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Esta semana se ha dado por fin el tan esperado anuncio: la oposición venezolana tendrá un proceso de elecciones primarias el 22 de octubre de este año, con cronograma previo que servirá de hoja de ruta para las diferentes opciones de candidatos que se presenten. Esta noticia aparece en un momento político muy particular asociado a una desconexión generalizada del país con su liderazgo político. Vale decir, una despolitización masiva alentada por la crisis multidimensional que sacude a la nación y por los intensos debates públicos llevados a cabo por las redes sociales, respecto a la finalización del denominado gobierno interino.
La agenda política ha estado absolutamente desmarcada de la agenda pública. Mientras los insultos y las descalificaciones han caracterizado la actuación de los líderes políticos durante las últimas semanas, la ciudadanía ha marchado por otros rumbos más relacionados con su cotidianidad y los problemas que enfrentan para sobrellevar la existencia. Esto había provocado una severa despolitización de la sociedad con efectos perversos en lo que se refiere al interés colectivo por los asuntos públicos. Pero ahora, con el anuncio efectuado entramos en modo “electoral” y esto puede ir cambiando durante las próximas semanas.
Las elecciones primarias pueden concentrar un espacio importante en la atención de la gente en la política. Más allá de las polémicas durísimas que vamos a tener entre los candidatos y los partidos en los próximos meses, también habrá oportunidad para escuchar propuestas, acciones, debates sobre la realidad del país y lo que puede venir. También se evaluará con rudeza al gobierno presidido por Nicolás Maduro y el Psuv comenzará también a alentar sus operaciones estratégicas para desacreditar el proceso, seguir fragmentado al planeta opositor e intentar garantizar la reelección. Es decir, la atmósfera se cargará de política.
El país necesita con urgencia repolitizarse. Es algo verdaderamente prioritario si deseamos pensar y actuar hacia la búsqueda de un horizonte común como República para las próximas décadas. Superar la crisis y reconectarse con el mundo financiero global va a requerir a una población activada en los asuntos públicos y en la toma de decisiones. Las primarias pueden servir de marco a una reapertura de la discusión pública en el país y sobre todo, a una movilización general que rompa el estatus de desmotivación y despolitización que hemos tenido hasta ahora. Obviamente, la transparencia será clave para regenerar la confianza del electorado.
Es importante destacar que luce muy necesario pasar de simples electores a «activadores» de la política en tanto y cuanto, ésta dignifique al ciudadano, a las instituciones y al país en general. Ser «políticos» no significa ser partidistas. Los partidos son necesarios como interlocutores de la sociedad pero la política va más allá de ellos como instituciones civiles. Venezuela -con este proceso de elecciones primarias- tiene la gran oportunidad de volver a la senda de la participación política para generar las grandes transformaciones que sentarán las bases de otro país, muy diferente al que tenemos actualmente; más unido y menos fragmentado. Vencer la antipolítica es un desafío previo a los grandes cambios en la economía del país.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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