El tiempo es lo único que es propio de cada ser humano. Cada individuo tiene en el tiempo la vida. El tiempo es la materia de la cual está hecho el hombre. Por eso se dice que el tiempo es lo más caro que se tiene. Sin embargo, tan trascedente verdad engendra algunos problemas.
La dinámica actual se ha adueñado del tiempo con tal dureza y crudeza, que constriñe la construcción de una vida proactiva. Sobre este punto, las redes sociales han intervenido de forma variopinta al tiempo que han facilitado la interacción, pero también han generado problemas sobre las interpretaciones.
Haberse valido de las redes sociales no sólo embrollaron sentimientos, sino también enrollaron sandeces, antojos, presunciones, y todas esas determinaciones que hacen del ocio una pérdida de tiempo. Por ahí se complican las cosas que ocupan el tiempo, cuando el ocio se convierte en instrumento de inspiración para las tecnologías de la información y comunicación.
En la actualidad, el concepto de modernidad tardía se presta para que las tecnologías de la información y comunicación manipulen al hombre en función de intereses infortunados.
Esas tendencias que se imponen en las redes sociales son contrarias a lo que ha buscado exhortar la cultura y la educación. La información viral encierra problemas que tienden a invertir la escala de valores que, históricamente, sirvió a la sociedad para definir canales de superación y desarrollo social. Esta realidad, de profusa plasticidad, gana adictos a estas aplicaciones que viven encaprichados en alcanzar un estatus social sin ningún fundamento de peso. Salvo por el dinero que puede recabar con representaciones que divierten, pero que no enseñan pues en sus guiones, no hay nada o algo que pueda calificarse de enseñanza.
Este problema no ha dejado ver la crisis social y cultural que están incitando las redes sociales. La distorsión de la realidad que las redes sociales provoca es de groseras proporciones, pues pareciera que llegaron para inducir confusiones peligrosas entre las realidades y las fantasías.
Aunque lo peor no es tanto esta enorme brecha entre verdades y falsedades, sino la capacidad de causar más y riesgosas frustraciones en la juventud actual toda vez que le impone restricciones a la libertad, al emprendimiento y a las realidades. Acaso podría decirse que los efectos de estas aplicaciones seductoras han estado instigando ¿otra pandemia?
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: El inmediatismo entre la desesperanza y el desespero
Las recientes inundaciones han paralizado ciudades en todo el mundo. Estas últimas semanas, Pakistán, Filipinas, Italia, Austria y otros, sufrieron crecidas catastróficas. Y en casa se inundaron poblaciones en Lara, Aragua, La Guaira, Miranda, Carabobo, Apure y Barinas, lo que convirtió al periodo agosto-septiembre en uno de los más lluviosos en mucho tiempo. Pero la […]
El Psuv le acaba de presentar al país su tándem de candidatos de cara a las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela. A claras luces, se organizan en dos aspectos fundamentales que le van a potenciar la reingeniería electoral, que desde hace algunos meses vienen desarrollando para recuperar espacios de opinión pública que han perdido […]
Cada vez que un país, cualquier país, aprueba una ley o da respaldo jurídico a los derechos de las mujeres y de los grupos de la diversidad sexual, gana la humanidad. Con leyes de ese tipo se le otorgan derechos a sectores sociales que han estado por siglos desprotegidos social y jurídicamente, lo que ha […]
Este artículo fue publicado originalmente el 10 de junio Sobre qué medidas veo necesarias para lograr una recuperación económica del país, a continuación, les resumo algunos pasos. A través de este ejercicio, respondo a una de las preguntas que me formulaba uno de los potenciales inversionistas de una gira que realicé en búsqueda de capitales […]
El tiempo es lo único que es propio de cada ser humano. Cada individuo tiene en el tiempo la vida. El tiempo es la materia de la cual está hecho el hombre. Por eso se dice que el tiempo es lo más caro que se tiene. Sin embargo, tan trascedente verdad engendra algunos problemas.
La dinámica actual se ha adueñado del tiempo con tal dureza y crudeza, que constriñe la construcción de una vida proactiva. Sobre este punto, las redes sociales han intervenido de forma variopinta al tiempo que han facilitado la interacción, pero también han generado problemas sobre las interpretaciones.
Haberse valido de las redes sociales no sólo embrollaron sentimientos, sino también enrollaron sandeces, antojos, presunciones, y todas esas determinaciones que hacen del ocio una pérdida de tiempo. Por ahí se complican las cosas que ocupan el tiempo, cuando el ocio se convierte en instrumento de inspiración para las tecnologías de la información y comunicación.
En la actualidad, el concepto de modernidad tardía se presta para que las tecnologías de la información y comunicación manipulen al hombre en función de intereses infortunados.
Esas tendencias que se imponen en las redes sociales son contrarias a lo que ha buscado exhortar la cultura y la educación. La información viral encierra problemas que tienden a invertir la escala de valores que, históricamente, sirvió a la sociedad para definir canales de superación y desarrollo social. Esta realidad, de profusa plasticidad, gana adictos a estas aplicaciones que viven encaprichados en alcanzar un estatus social sin ningún fundamento de peso. Salvo por el dinero que puede recabar con representaciones que divierten, pero que no enseñan pues en sus guiones, no hay nada o algo que pueda calificarse de enseñanza.
Este problema no ha dejado ver la crisis social y cultural que están incitando las redes sociales. La distorsión de la realidad que las redes sociales provoca es de groseras proporciones, pues pareciera que llegaron para inducir confusiones peligrosas entre las realidades y las fantasías.
Aunque lo peor no es tanto esta enorme brecha entre verdades y falsedades, sino la capacidad de causar más y riesgosas frustraciones en la juventud actual toda vez que le impone restricciones a la libertad, al emprendimiento y a las realidades. Acaso podría decirse que los efectos de estas aplicaciones seductoras han estado instigando ¿otra pandemia?
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: El inmediatismo entre la desesperanza y el desespero