El mundo todavía sufre los embates de la pandemia. La educación todavía siente los coletazos de escuelas cerradas por casi dos años y el impacto sobre el rezago de miles de estudiantes afectados por la creciente brecha educativa que amenaza su continuidad escolar.
En nuestro país esta realidad se potencia ante los exiguos recursos para responder a las condiciones laborales del personal docente, el mantenimiento y dotación de los centros, contar con agua, luz, internet, transporte público.
De ahí que sigamos insistiendo en que el inicio de clases exige mayor flexibilidad y creatividad. Este período puede generar mucho estrés en las familias y puede que se detonen emociones como miedo, inseguridad y tensión.
Ante los cambios es de esperar que los niños y adolescentes sientan dudas de cómo será su relación con los nuevos compañeros. ¿Los aceptarán? ¿Tendrán que pagar el costo de ser “el nuevo”? Si fue víctima de acoso en su escuela anterior, seguramente llevarán en su morral emocional la angustia de esa mala experiencia. Puede ser que sienta resistencia por las pautas de la disciplina que de alguna forma cambió durante las vacaciones y que ahora tendrá que adaptarse a una situación que puede percibir como poco placentera y estimulante.
En ese primer día es cuando más necesitan sentirse queridos, comprendidos y apoyados por su familia y por el centro educativo. El recibimiento cálido es muy importante, desde el momento de llegar y durante toda la jornada escolar. Sabemos lo importante que son los vínculos empáticos para crear un clima afectivo y efectivo para la convivencia y el aprendizaje.
Estos primeros días de clases son propicios para el encuentro. Conversar con y entre los estudiantes sobre cómo pasaron las vacaciones. Se puede hacer con relatos, dibujos, dramatizaciones. Ideas nuevas que traen y que se pudieran incorporar como estrategias para hacer las actividades más interesantes y motivantes.
A las familias nos preocupa que:
Los estudiantes queremos:
Los educadores deseamos:
Es por ello que desde Cecodap insistimos que en el regreso clases se tomen en cuenta los sentimientos que hemos podido constar en los principales actores involucrados: las familias, los estudiantes y los maestros.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: El acoso escolar, una realidad que no puede esperar
Este mes de octubre estará marcado como un nuevo momento de reflexión y acción ante las crecientes dificultades que se están verificando en el campo de la seguridad alimentaria. El 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, y tal como en otros años, en el mundo, y en especial en nuestra […]
Por Dulce Yumar Desde la óptica de la cultura caribeña a la que pertenezco, el boato y despilfarro escenificado en este evento resulta como una especie de exceso inexplicable. Pero al estar en una de las islas del Reino Unido como inmigrante, tratamos de comprender esta sociedad que nos acoge. Lo que más resalta es […]
La cultura política venezolana ha caído en la más recóndita depresión, que ha resultado de la exfoliación que de las fortalezas y esperanzas del venezolano ha realizado la gestión dictatorial desde hace 22 años. Venezuela no sólo se volvió un extraño país, sino que se anuncia el exterminio del sistema democrático. Atrás quedó la carta […]
Una generación de miopes -de Mr. Magoo– está surgiendo. Una epidemia de miopía, en parte no reconocida, está afectando a los ojos de los niños. Aquellos con miopía pueden ver claramente objetos de cerca, como las palabras escritas en esta página. Pero su visión de lejos se vuelve borrosa y es probable que se necesite […]
El mundo todavía sufre los embates de la pandemia. La educación todavía siente los coletazos de escuelas cerradas por casi dos años y el impacto sobre el rezago de miles de estudiantes afectados por la creciente brecha educativa que amenaza su continuidad escolar.
En nuestro país esta realidad se potencia ante los exiguos recursos para responder a las condiciones laborales del personal docente, el mantenimiento y dotación de los centros, contar con agua, luz, internet, transporte público.
De ahí que sigamos insistiendo en que el inicio de clases exige mayor flexibilidad y creatividad. Este período puede generar mucho estrés en las familias y puede que se detonen emociones como miedo, inseguridad y tensión.
Ante los cambios es de esperar que los niños y adolescentes sientan dudas de cómo será su relación con los nuevos compañeros. ¿Los aceptarán? ¿Tendrán que pagar el costo de ser “el nuevo”? Si fue víctima de acoso en su escuela anterior, seguramente llevarán en su morral emocional la angustia de esa mala experiencia. Puede ser que sienta resistencia por las pautas de la disciplina que de alguna forma cambió durante las vacaciones y que ahora tendrá que adaptarse a una situación que puede percibir como poco placentera y estimulante.
En ese primer día es cuando más necesitan sentirse queridos, comprendidos y apoyados por su familia y por el centro educativo. El recibimiento cálido es muy importante, desde el momento de llegar y durante toda la jornada escolar. Sabemos lo importante que son los vínculos empáticos para crear un clima afectivo y efectivo para la convivencia y el aprendizaje.
Estos primeros días de clases son propicios para el encuentro. Conversar con y entre los estudiantes sobre cómo pasaron las vacaciones. Se puede hacer con relatos, dibujos, dramatizaciones. Ideas nuevas que traen y que se pudieran incorporar como estrategias para hacer las actividades más interesantes y motivantes.
A las familias nos preocupa que:
Los estudiantes queremos:
Los educadores deseamos:
Es por ello que desde Cecodap insistimos que en el regreso clases se tomen en cuenta los sentimientos que hemos podido constar en los principales actores involucrados: las familias, los estudiantes y los maestros.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: El acoso escolar, una realidad que no puede esperar