Vacaciones: ¿padres en apuros?

“Cada vez los muchachos tienen más vacaciones escolares; pero este año con las elecciones suman más los días que los tendremos en casa”.

Todos los niños y adolescentes tienen derecho al descanso, recreación, esparcimiento, deporte y juego (Lopnna, artículo 63); sin embargo, para las familias este largo período de vacaciones puede convertirse en un “dolor de cabeza” al no saber qué hacer con sus hijos, especialmente si les toca trabajar y no tienen con quien dejarlos.   

Por la cantidad de tiempo libre, la dinámica familiar cambia, los horarios se tornan más flexibles a la hora de levantarse o ir a la cama, comer, recrearse, jugar. Estos cambios pueden generar en la familia estrés, a veces difícil de manejar. 

Puede preocupar que tanto tiempo de ocio haga que olviden lo que aprendieron durante el año escolar y les asusta que “pierdan tanto   tiempo” y surge la opción de realizar actividades de nivelación inscribiéndolos en cursos y talleres. Estas iniciativas no suelen ser muy del agrado de los niños y niñas, pues sienten que les impide hacer un corte que les permita experimentar con actividades diferentes a lo que comúnmente hacen en la escuela.  

Durante este período a muchos adolescentes se le activa el deseo de buscar un empleo que le permita, ocupar el tiempo libre y conseguir algunos recursos para comprar el equipo o la prenda de vestir con la que tanto ha soñado o tener dinero para ir al cine, la playa. A las familias les asusta que el gusto por dinero los lleve a plantearse la posibilidad de dejar los estudios por el atractivo de contar con un trabajo que les genera ingresos. 

¿Qué podemos hacer?  

Convertir el arte en un aliado, estimulándolos a que se expresen con dibujos que pueden convertirse en cuentos y pueden ser compartidos con la familia. Se pueden realizar tarjetas, cuadros con imágenes o escenas que pueden obsequiar a sus seres queridos o para decorar su habitación.  

Convertir las manos en posibilidades para crear, realizando manualidades sencillas, para realizar cofres de cartón, títeres, porta retratos, porta lápices.

Aprender a tocar un instrumento musical, participar en clases de danza o cualquier otro baile que sea de su interés.  

Practicar deportes, montar bicicleta, salir de excursiones.Se pueden organizar las familias para turnarse y acompañarlos.  

Colaborar con las tareas del hogar y compartir, en horarios acordados y que tengan como compensación el estar juntos, comunicarse mientras realizan las actividades domésticas.

Redecorar el cuarto o algún lugar de la vivienda con el apoyo de los adultos. Pueden organizar la habitación de forma diferente, seleccionar lo que ya no utilizan y si está en buen estado donarlo y de esta forma se estimula la solidaridad.  

Cocinar juntos, hacer galletitas, gelatina, ensaladas o platos sencillos siempre y cuando se tomen precauciones para evitar accidentes.

Ver películas, reflexionar   sobre el contenido, los personajes, la trama, para identificar que opinan y siente sobre lo planteado, se puede estimular su imaginación preguntándoles qué hubiesen hechos ellos en esa situación.

Participar en planes vacacionales es una buena oportunidad para que los niños puedan recrearse y socializar con otros niños y niñas. Se puede investigar lo que realizan las alcaldías para este período, con costos accesibles y con recreadores preparados.

Visitar familiares, pasar unos días juntos,como por ejemplo abuelos, tíos, primos   para compartir y propiciar el acercamiento. 

Adoptar una mascota, siempre y cuando se cuente con las condiciones y el compromiso para cuidarla y protegerla. Adoptar sólo animales domésticos y no los que requieren de su  hábitat  para  estar  sanos como especie silvestre.   

  

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