Cuando apenas restan 47 días para el 28 de julio de 2024, día en el que está pautado se realicen las elecciones presidenciales en Venezuela, el país continúa a la expectativa de lo que pueda suceder en materia política y social durante el proceso electoral, pero también después. 

Para perfilar el camino que debe transcurrir la sociedad venezolana hasta los comicios presidenciales, Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, conversó con Cristabel Cartaya, socióloga UCV, y con María Alejandra Marín, abogada constitucionalista, en el programa Con la Luz. 

Para la socióloga Cristabel Cartaya, el proceso electoral que atraviesa Venezuela está teñido de incertidumbre desde que se anunció. “Estas elecciones no pueden ser entendidas como unas elecciones naturales, sino que son bastante atípicas por la situación en la que nos encontramos”, dijo durante su intervención. 

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Algo en lo que coincidió la abogada constitucionalista María Alejandra Marín para quien las elecciones no solo son atípicas, sino que se dan en un escenario poco competitivo y de polarización. 

“María Corina (Machado) se presenta como el tercero y ocupa el espacio. Las expresiones que estamos viendo son burdas, que le restan al gobierno. Estamos estudiando un fenómeno. Nada de lo que el gobierno hace le sale bien ni la gente se lo cree”, consideró la jurista. 

Pese al contexto en el que se desenvuelve la campaña electoral, ambas especialistas coincidieron en que la sociedad civil venezolana está esperanzada y quiere expresar su descontento con las políticas de Nicolás Maduro a través del voto. 

La democratización es necesaria

Tanto Cartaya como Díaz coincidieron en la necesidad de que exista un proceso de democratización en Venezuela el que el disenso, la polarización y la persecución política sean eliminadas y se dé paso, con ello, a la posibilidad de disentir sin considerar al diferente como un enemigo. 

“El 28 de julio no es el fin, sino el comienzo. El chavismo y el madurismo van a seguir teniendo cabida dentro de la vida política de Venezuela y esto es difícil decirlo en medio de una campaña (…) Sí, creo que hay que retomar el tema del reencuentro en la sociedad, pero además darle forma y fondo (programas y políticas públicas) a las propuestas”, enfatizó Cartaya. 

Un escenario muy similar observa Díaz de cara al momento post electoral y enfatiza la necesidad de que se comience a pensar qué pasará después del 28 de julio. 

“Tenemos que salir de la polarización y ver que hay después del 28 de julio y a hacer política (…) Esto se trata de un ejercicio de alta política que se perdió en Venezuela. Nosotros creemos en la inclusión sin decepción. Tenemos que saber que podemos disentir de manera libre. De que más allá de la polarización y que la campaña se ha centrado en una polarización”, añadió Díaz. 

Díaz considera además que la política de Nicolás Maduro, que definió como la política de aplastar al otro, debe ser superada y dar paso a la construcción de una democracia fuerte en la que la ciudadanía tenga derecho a disentir y que la polarización no la dañe. “Hay temas de interés común que nos unen a todos los venezolanos y que por ahí tenemos que comenzar”, sostuvo. 

¿Qué pasará después del 28?

Tanto Catyaya como Díaz coinciden en que es necesario volver a la ruta que marca la Constitución una vez que se logre el cambio de gobierno. Díaz añade que la senda constitucional debe ser retomada tanto si se produce un cambio de gobierno como si no. 

“Tengo esperanza de que ese día de cambio se dé, que la opción del cambio exista. En este momento estamos hablando más allá de la política. Estamos hablando de dos sistemas de gobierno distintos.  Quiero que se abra la posibilidad de un sistema más libre y que la posibilidad de incluir actores estén presentes”, comentó Cartaya. 

“Necesitamos unas reformas que nos permitan recuperar, a los ciudadanos, para escoger directamente al contralor, al fiscal. Recordemos que cualquier persona después del 28 tiene que convivir con los poderes en manos del gobierno. El que gane tiene que respetar la constitución”, propuso Díaz. 

La abogada constitucionalista insistió en que el voto, en este momento, es una demostración de apuesta por el país. “Ahora estamos convencidos de que el voto es un camino que tenemos para lograr los cambios que queremos”, apuntó. 

“El 28 es el principio de todo, no el fin. El desmantelamiento de una cultura política. Respetar al otro, ejercer el disenso. Hay que tener un mensaje de política pública. No es destruir todo y hacer borrón y cuenta nueva sino de revisar y mejorar”, sentenció Cartaya. 

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