Comandos de oposición y gobierno calentaron Caracas con miras al cierre de campaña, opinan analistas
La oposición se movilizó en el este y el Psuv en el arranque de campaña

Cuando a partir de este lunes restan apenas 20 días para las presidenciales en Venezuela, el proceso electoral entró el pasado jueves en su último tramo con el inicio oficial de la campaña de unos comicios en los que se elegirá entre la continuidad del proyecto político ideado por el fallecido Hugo Chávez o el cambio de rumbo, tras 25 años de gobierno socialista.

Aunque los 10 candidatos —incluido el gobernante Nicolás Maduro, que aspira ser reelegido para un tercer mandato de seis años— recorren el país desde hace meses, las autoridades fijaron la campaña oficial desde el 4 al 25 de julio, hasta justo tres días antes de la elección presidencial.

En el arranque de los actos de campaña el jueves en Caracas, tanto la candidatura oficialista de Maduro como la opositora de Edmundo González, con el respaldo de la líder María Corina Machado, congregaron a sus seguidores en las calles de la capital y asumieron para sí mismos la victoria.

En un reciente mensaje, González Urrutia destacó que, de resultar ganador, su gobierno se propondrá construir un país donde el presidente no insulte. «Vamos a construir un país donde a los trabajadores no se les obligue a actuar en contra de su voluntad. Vamos a construir un país donde todos quepan, dejando atrás la confrontación. Vamos a construir un país donde todos puedan vivir tranquilos y en paz», dijo, aludiendo a un incidente que protagonizó el sábado, cuando al viajar hacia Barrinas para un acto de campaña fue increpado por algunos trabajadores de la aerolínea estatal Conviasa, al momento de abordar el avión que lo llevó a la tierra natal de Chávez.

Por su parte, Maduro ha enfocado este comienzo de campaña en pronunciar proclamas para desacreditar a los candidatos rivales, especialmente González, y en propuestas para «fortalecer» la economía y en defender su propia gestión en los últimos dos mandatos.

Aseguró que logró derrotar la guerra económica que enfrenta Venezuela, en referencia a las presiones y sanciones de Estados Unidos, y pidió el respaldo para su reelección. “Vamos por más cambios y transformaciones, más transformaciones. Y por la Venezuela de la prosperidad y del bienestar”, dijo.

Las posibilidades de triunfo del resto de los otros ocho candidatos son remotas. Estos son el pastor evangélico Javier Bertucci, el exlegislador opositor independiente Enrique Márquez; Claudio Fermín, exalcalde de Caracas; el exprisionero político Daniel Ceballos, el abogado Antonio Ecarri, el comediante Benjamín Rausseo, así como los diputados opositores disidentes Luis Eduardo Martínez y José Brito. Ninguno de ellos alcanza el 3% en las distintas encuestas de intención de voto.

¿Quiénes votarán?

Más de 21 millones de venezolanos están registrados para votar, pero se prevé que el éxodo de más de 7.7 millones de personas debido a la prolongada crisis -incluidos unos 4 millones de votantes- reduzca el número de votantes potenciales a unos 17 millones.

La ley venezolana permite a sus ciudadanos votar en el extranjero, pero sólo unos 69.000 cumplieron los criterios para emitir su voto en embajadas o consulados durante estas elecciones. Los costosos y lentos requisitos gubernamentales para registrarse, la falta de información y la exigencia de presentar una prueba obligatoria de residencia legal en un país anfitrión impidieron que muchos inmigrantes se registraran para sufragar.

Los venezolanos en Estados Unidos enfrentan un obstáculo insuperable: los consulados, donde los ciudadanos en el extranjero normalmente votarían, están cerrados porque Caracas y Washington rompieron relaciones diplomáticas tras la reelección de Maduro en 2018.

¿Bajo qué condiciones se desarrollan las elecciones?

Unas elecciones presidenciales más libres e imparciales en Venezuela parecían una posibilidad el año pasado, cuando el gobierno de Maduro acordó trabajar con la coalición Plataforma Unitaria respaldada por Estados Unidos para mejorar las condiciones electorales en octubre de 2023. Un acuerdo sobre dichas condiciones le valió al gobierno de Maduro un amplio alivio de las sanciones económicas de Washington en sus sectores de petróleo, gas y minería, controlados por el Estado.

Pero las esperanzas de que haya mayor igualdad de condiciones comenzaron a desvanecerse días después, cuando las autoridades indicaron que las primarias de la oposición eran ilegales para luego comenzar a emitir órdenes judiciales y arrestar a defensores de los derechos humanos, periodistas y miembros de la oposición.

Un panel respaldado por la ONU que investiga infracciones a los derechos humanos en Venezuela reveló que el gobierno venezolano ha aumentado la represión contra críticos y opositores antes de las elecciones, sometiéndolos a detenciones, vigilancia, amenazas, campañas difamatorias y procedimientos penales arbitrarios.

El gobierno también ha utilizado su control de los medios de comunicación, el suministro de combustible, la red eléctrica y otras infraestructuras del país para limitar el alcance de la campaña Machado-González.

Las crecientes acciones tomadas contra la oposición llevaron al gobierno del presidente estadounidense Joe Biden este año a poner fin al alivio de las sanciones que había concedido en octubre.

El chavismo, de aceptar los resultados del 28 de julio, tendría que abandonar un poder que se ha convertido con el tiempo en absoluto: la llamada revolución bolivariana, ideada por Hugo Chávez a finales de los 90, con la que controla todas las instituciones del Estado.

Con datos de AP, EFE, El País, El Mundo, SFGate

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