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Mariana Souquett Gil | @nanasouquett
Foto por Mairet ChourioEn vísperas del Día mundial del donante de sangre, que cada año se conmemora el 14 de junio, representantes de diez sociedades científicas y organizaciones no gubernamentales denunciaron la ausencia de sangre segura y la disminución de donantes en el sistema público de salud en Venezuela.
En una declaración conjunta leída por Maribel Meléndez, presidenta de la Sociedad Venezolana de Hematología (SVH), las organizaciones reportaron falta de insumos, fallas con los reactivos serológicos y los sueros hemoclasificadores, además del uso de materiales y bolsas de recolección de sangre vencidas, con anticoagulantes turbios y agujas oxidadas.
«La seguridad de la sangre en nuestro país se encuentra seriamente comprometida porque existe un riesgo alto de transmisión de enfermedades infecciosas en la transfusión», expresó Nelly Vásquez de Martínez, hematóloga del Banco Municipal de Sangre y representante del Grupo de Medicina Transfusional de la SVH, durante una rueda de prensa este 13 de junio.
Según las especialistas, los reactivos necesarios para realizar las pruebas serológicas a la sangre donada no cumplen con los requisitos de calidad. Además, se desconoce de qué forma son seleccionados.
Estos factores se suman al uso de tecnologías menos avanzadas y a la falta de pruebas moleculares a nivel público, lo que impide identificar con rapidez virus en la sangre donada y disminuir los riesgos en las transfusiones.
De acuerdo con Meléndez y Vásquez, si en los bancos de sangre de Venezuela contaran con reactivos adecuados, más personal y pruebas moleculares, pudieran identificar virus en el período de ventana, el lapso en el que un donante puede transmitir enfermedades de manera silenciosa.
«Ya hay técnicas que permiten reducir a 11 días, en lugar de las técnicas que estamos usando en el país, que para algunos virus puede ser 56 días, más de mes y medio», agregó Meléndez.
Como consecuencia, pacientes con enfermedades crónicas que requieren múltiples transfusiones han contraído enfermedades como hepatitis C. Las organizaciones estiman que cerca del 70 % de los pacientes pediátricos que se someten a múltiples transfusiones han tenido o tienen hepatitis C.
«Es un impacto mayor en especial para las personas que dependen de transfusiones cada 21 días, como los niños con talasemia, con anemia drepanocítica, los niños con alguna enfermedad hemato-oncológica que requieren también de ese apoyo», afirmó Katherine Martínez, directora de Prepara Familia.
Lía Talavera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Enfermería en Hemoterapia (Sovehem), igualmente destacó la falta de hemoderivados y el déficit de personal, que no cuenta con óptimas condiciones para formarse ni para trabajar ante la ausencia de reactivos.
Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, indicó que existe un déficit del 56% de bioanalistas, no solo por la migración y la falta de insumos, sino también por los bajos salarios y el deterioro de las condiciones laborales.
Te puede interesar: Venezuela está lejos del objetivo mundial de eliminar las hepatitis virales para 2030
Otro de los factores que inciden en la poca seguridad de la sangre en Venezuela es la falta de donantes voluntarios: mientras la meta global es lograr 100 % de donantes voluntarios, se estima que solo 3,12 % del total de donantes aceptados en los bancos de sangre del país son voluntarios.
Esta situación genera que los bancos de sangre dependan de donantes de reposición, que usualamente acuden porque algún familiar necesita operarse, pero no siempre cumplen con las especificaciones de seguridad.
Las organizaciones resaltaron que entre 2018 y 2021, según cifras oficiales, el número de donantes voluntarios de sangre pasó de 8.181 a 1.481, una caída de 82 puntos porcentuales.
De acuerdo con las expertas, faltan políticas que promuevan y faciliten la donación voluntaria de sangre en el país, ya que persisten las dificultades para la donación de sangre, pues por la falta de personal y reactivos atienden en horarios limitados y poco accesibles.
«Cuando uno les pregunta a las personas que no han donado por qué no lo han hecho, dicen ‘es que no me lo han pedido’, porque la gente no sabe que todos los días hay personas que están en hospitales necesitando sangre. Se dice que 7 de cada 10 personas que están en un hospital pudiese necesitar sangre en esa hospitalización», indicó la presidenta de la SVH.
Asimismo, llamaron a los donantes voluntarios residentes en Venezuela a reactivar las organizaciones que han promovido la donación en el país y que ofrecen ayuda y acompañamiento.
En el comunicado conjunto, las organizaciones denunciaron que falta de presupuesto para financiar el Programa Nacional de Bancos de Sangre y exhortaron a actualizar la Ley sobre Transfusión y Bancos de Sangre, tras casi 45 años de vigencia, para adaptarse a las exigencias del siglo XXI.
«En la actualidad, la SVH y la Sovehem están abocadas a la selección de los artículos que deben ser modificados y a la incorporación de otros», expresaron en el documento.
De acuerdo con Meléndez, proponen a la Asamblea Nacional modificar la estructura actual de los bancos de sangre, que consideran obsoleta, para migrar de los centros tradicionales a los centros de colecta, que pueden estar en universidades o en la calle para acercar la donación al donante, y a los hemocentros, para preparar y estudiar la sangre antes de su distribución a las unidades de transfusión.
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En vísperas del Día mundial del donante de sangre, que cada año se conmemora el 14 de junio, representantes de diez sociedades científicas y organizaciones no gubernamentales denunciaron la ausencia de sangre segura y la disminución de donantes en el sistema público de salud en Venezuela.
En una declaración conjunta leída por Maribel Meléndez, presidenta de la Sociedad Venezolana de Hematología (SVH), las organizaciones reportaron falta de insumos, fallas con los reactivos serológicos y los sueros hemoclasificadores, además del uso de materiales y bolsas de recolección de sangre vencidas, con anticoagulantes turbios y agujas oxidadas.
«La seguridad de la sangre en nuestro país se encuentra seriamente comprometida porque existe un riesgo alto de transmisión de enfermedades infecciosas en la transfusión», expresó Nelly Vásquez de Martínez, hematóloga del Banco Municipal de Sangre y representante del Grupo de Medicina Transfusional de la SVH, durante una rueda de prensa este 13 de junio.
Según las especialistas, los reactivos necesarios para realizar las pruebas serológicas a la sangre donada no cumplen con los requisitos de calidad. Además, se desconoce de qué forma son seleccionados.
Estos factores se suman al uso de tecnologías menos avanzadas y a la falta de pruebas moleculares a nivel público, lo que impide identificar con rapidez virus en la sangre donada y disminuir los riesgos en las transfusiones.
De acuerdo con Meléndez y Vásquez, si en los bancos de sangre de Venezuela contaran con reactivos adecuados, más personal y pruebas moleculares, pudieran identificar virus en el período de ventana, el lapso en el que un donante puede transmitir enfermedades de manera silenciosa.
«Ya hay técnicas que permiten reducir a 11 días, en lugar de las técnicas que estamos usando en el país, que para algunos virus puede ser 56 días, más de mes y medio», agregó Meléndez.
Como consecuencia, pacientes con enfermedades crónicas que requieren múltiples transfusiones han contraído enfermedades como hepatitis C. Las organizaciones estiman que cerca del 70 % de los pacientes pediátricos que se someten a múltiples transfusiones han tenido o tienen hepatitis C.
«Es un impacto mayor en especial para las personas que dependen de transfusiones cada 21 días, como los niños con talasemia, con anemia drepanocítica, los niños con alguna enfermedad hemato-oncológica que requieren también de ese apoyo», afirmó Katherine Martínez, directora de Prepara Familia.
Lía Talavera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Enfermería en Hemoterapia (Sovehem), igualmente destacó la falta de hemoderivados y el déficit de personal, que no cuenta con óptimas condiciones para formarse ni para trabajar ante la ausencia de reactivos.
Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, indicó que existe un déficit del 56% de bioanalistas, no solo por la migración y la falta de insumos, sino también por los bajos salarios y el deterioro de las condiciones laborales.
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Otro de los factores que inciden en la poca seguridad de la sangre en Venezuela es la falta de donantes voluntarios: mientras la meta global es lograr 100 % de donantes voluntarios, se estima que solo 3,12 % del total de donantes aceptados en los bancos de sangre del país son voluntarios.
Esta situación genera que los bancos de sangre dependan de donantes de reposición, que usualamente acuden porque algún familiar necesita operarse, pero no siempre cumplen con las especificaciones de seguridad.
Las organizaciones resaltaron que entre 2018 y 2021, según cifras oficiales, el número de donantes voluntarios de sangre pasó de 8.181 a 1.481, una caída de 82 puntos porcentuales.
De acuerdo con las expertas, faltan políticas que promuevan y faciliten la donación voluntaria de sangre en el país, ya que persisten las dificultades para la donación de sangre, pues por la falta de personal y reactivos atienden en horarios limitados y poco accesibles.
«Cuando uno les pregunta a las personas que no han donado por qué no lo han hecho, dicen ‘es que no me lo han pedido’, porque la gente no sabe que todos los días hay personas que están en hospitales necesitando sangre. Se dice que 7 de cada 10 personas que están en un hospital pudiese necesitar sangre en esa hospitalización», indicó la presidenta de la SVH.
Asimismo, llamaron a los donantes voluntarios residentes en Venezuela a reactivar las organizaciones que han promovido la donación en el país y que ofrecen ayuda y acompañamiento.
En el comunicado conjunto, las organizaciones denunciaron que falta de presupuesto para financiar el Programa Nacional de Bancos de Sangre y exhortaron a actualizar la Ley sobre Transfusión y Bancos de Sangre, tras casi 45 años de vigencia, para adaptarse a las exigencias del siglo XXI.
«En la actualidad, la SVH y la Sovehem están abocadas a la selección de los artículos que deben ser modificados y a la incorporación de otros», expresaron en el documento.
De acuerdo con Meléndez, proponen a la Asamblea Nacional modificar la estructura actual de los bancos de sangre, que consideran obsoleta, para migrar de los centros tradicionales a los centros de colecta, que pueden estar en universidades o en la calle para acercar la donación al donante, y a los hemocentros, para preparar y estudiar la sangre antes de su distribución a las unidades de transfusión.