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Fray Marcos: Me arrepiento de no haber usado la inmunidad por Venezuela

SOLAZ · 9 JUNIO, 2023 08:00

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Verónica De Sousa A.


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Marcos García es un fraile merideño que conquistó al público tras su paso por la reconocida competencia española de MasterChef

Con planes de asistir al quirófano y poder superar el diagnóstico de hernias lumbares, que le causan “profundos dolores”, Fray Marcos admite que su mejor analgésico ha sido la cocina. 

“Yo puedo estar sumamente adolorido, pero, si tú me dices, vamos a cocinar, a mi se me pasan todos los dolores”, afirma de forma tajante. 

Semana tras semana, Fray Marcos logró impresionar a los jueces y mantenerse en el programa televisado en cincuenta países. Incluso, parecía que podía llegar a la gran final, pero su destino era otro. 

Por qué eliminaron a Fray Marcos

En un acto de solidaridad, en el decimosexto programa, Marcos decidió cocinar en la prueba de eliminación a pesar de tener el pin de la inmunidad; esto le permitía no estar en esta prueba y volver a los fogones la siguiente semana. 

Como un chiste cruel, Fray Marcos resultó eliminado tras no cumplir las expectativas de los jueces en un reto de repostería. 

Samantha Vallejo Nagera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, jueces de la competencia, lo despidieron entre lágrimas (al igual que sus compañeros) y recibieron por última vez, en el programa, su bendición. 

“Me arrepiento de no haber usado el pin de la inmunidad por mi gente de Venezuela”, confiesa el Fray Marcos en una entrevista a través de Zoom con Solaz, de Efecto Cocuyo

Al terminar el que fue su último programa, revisó sus redes sociales y se dió cuenta del apoyo que personas de todo el mundo, no solo venezolanos, le ofrecían. Fue en ese momento cuando se sintió culpable. 

“Les pedí perdón a través de un tuit”, dice y le tiembla la voz, “pero las respuestas fueron aún más positivas; no había decepcionado a nadie”.

Al contrario, el público, los jueces y sus compañeros lo siguen recordando como si siguiese en la competencia, pues Marcos García fue, según las palabras de Pepe Rodríguez,“una brisa de aire fresco para MasterChef”. 

En Solaz, te contamos su historia.

MasterChef como un acto de fe

Marcos García, además de fraile, también es Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo, en el estado Zulia. 

Únicamente el periodismo pudo separarlo temporalmente de las filas del convento cuando tenía 17 años; pues para la fecha ya era prenovicio y había ingresado a la Orden de Predicadores. 

A sus 21 años, trabajó en una televisora regional de Mérida llamada OMC Televisión, posteriormente, en el canal de noticias NTN24 y al graduarse ya tenía dos años trabajando en radio.

Luego de un tiempo regresó al convento, pero confiesa que el mundo de los medios de comunicación y las artes audiovisuales son otras de sus grandes pasiones: esto fue una motivación para entrar a MasterChef, en su versión de España.

Aunque, realmente, la razón principal fue cumplir su labor como fraile en el país europeo. 

Cuando en 2019 le comunicaron que sería designado a la Península Ibérica, también le dejaron saber que su traslado tenía como objetivo “captar futuras vocaciones para frailes dominicos en España”. 

Una labor que describe como cuesta arriba, pero que acepta con mucha fe. 

“Mi objetivo era aprovechar la oportunidad para ser un mensaje de esperanza, en un país (España) en el que cada día aumenta el número de suicidios en personas menores de 30 años”, dice el fraile. 

Lo que no sabía es que personas de todo el mundo le agradecerían por hacerles creer nuevamente, según cuenta, y que su amor por los fogones y por su fe, iría más allá del encuadre de un televisor.

Durante su paso por MasterChef, Fray Marcos cocinó algunos platos típicos venezolanos, como las arepas o las mollejas de pollo. Foto: MasterChef

De Mucuchíes para el mundo

Marcos nació en Mucuchíes, estado Mérida, pero creció al sur del lago de Maracaibo, en una ciudad que se llama Caja Seca. 

Algunas veces “se le sale el maracucho”, como se dice coloquialmente. Y aunque también se le ha colado un poco el acento español, no se puede negar que no ha perdido el característico hablar de los venezolanos. 

Se crió en casa rodeado de su familia y en el Colegio de las Hermanas Dominicas Santa Rosa de Lima de Venezuela, donde encontró su vocación por la vida religiosa. 

Siempre admiró la labor de las hermanas dominicas y soñó con ser como ellas. Además, deseó que existiese una labor similar para los hombres; sin saber que era posible y que él mismo sería fraile.

Un deseo desde la infancia

Desde muy pequeño se interesó por los fogones, pero en su casa no pudo formar parte activa de ellos porque era muy pequeño y se podía quemar; también porque “los hombres no deben estar en la cocina”.

Al crecer, pudo experimentar y descubrir que realmente le apasionaba cocinar. 

Lo hacía en bachillerato cuando visitaba las casas de sus amigos; cuando vivió un tiempo en Colombia y tenía su propio servicio de catering; y, también, algunos domingos en el convento. 

Y todo empezó en “Fátima Gourmet International”, la casa de su vecina, que es como una tía para la familia, quien le permitía explorar sus intereses y crear cualquier plato. 

No ha estudiado cocina formalmente, pero “el encanto que tengo por la cocina es una cosa loca”. 

Una cosa tan loca, que le permitió ser el primer religioso en participar en el programa de MasterChef España y el primer aspirante en abandonar la competencia con el pin de la inmunidad. 

SOLAZ · 9 JUNIO, 2023

Fray Marcos: Me arrepiento de no haber usado la inmunidad por Venezuela

Texto por Verónica De Sousa A.

Marcos García es un fraile merideño que conquistó al público tras su paso por la reconocida competencia española de MasterChef

Con planes de asistir al quirófano y poder superar el diagnóstico de hernias lumbares, que le causan “profundos dolores”, Fray Marcos admite que su mejor analgésico ha sido la cocina. 

“Yo puedo estar sumamente adolorido, pero, si tú me dices, vamos a cocinar, a mi se me pasan todos los dolores”, afirma de forma tajante. 

Semana tras semana, Fray Marcos logró impresionar a los jueces y mantenerse en el programa televisado en cincuenta países. Incluso, parecía que podía llegar a la gran final, pero su destino era otro. 

Por qué eliminaron a Fray Marcos

En un acto de solidaridad, en el decimosexto programa, Marcos decidió cocinar en la prueba de eliminación a pesar de tener el pin de la inmunidad; esto le permitía no estar en esta prueba y volver a los fogones la siguiente semana. 

Como un chiste cruel, Fray Marcos resultó eliminado tras no cumplir las expectativas de los jueces en un reto de repostería. 

Samantha Vallejo Nagera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, jueces de la competencia, lo despidieron entre lágrimas (al igual que sus compañeros) y recibieron por última vez, en el programa, su bendición. 

“Me arrepiento de no haber usado el pin de la inmunidad por mi gente de Venezuela”, confiesa el Fray Marcos en una entrevista a través de Zoom con Solaz, de Efecto Cocuyo

Al terminar el que fue su último programa, revisó sus redes sociales y se dió cuenta del apoyo que personas de todo el mundo, no solo venezolanos, le ofrecían. Fue en ese momento cuando se sintió culpable. 

“Les pedí perdón a través de un tuit”, dice y le tiembla la voz, “pero las respuestas fueron aún más positivas; no había decepcionado a nadie”.

Al contrario, el público, los jueces y sus compañeros lo siguen recordando como si siguiese en la competencia, pues Marcos García fue, según las palabras de Pepe Rodríguez,“una brisa de aire fresco para MasterChef”. 

En Solaz, te contamos su historia.

MasterChef como un acto de fe

Marcos García, además de fraile, también es Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo, en el estado Zulia. 

Únicamente el periodismo pudo separarlo temporalmente de las filas del convento cuando tenía 17 años; pues para la fecha ya era prenovicio y había ingresado a la Orden de Predicadores. 

A sus 21 años, trabajó en una televisora regional de Mérida llamada OMC Televisión, posteriormente, en el canal de noticias NTN24 y al graduarse ya tenía dos años trabajando en radio.

Luego de un tiempo regresó al convento, pero confiesa que el mundo de los medios de comunicación y las artes audiovisuales son otras de sus grandes pasiones: esto fue una motivación para entrar a MasterChef, en su versión de España.

Aunque, realmente, la razón principal fue cumplir su labor como fraile en el país europeo. 

Cuando en 2019 le comunicaron que sería designado a la Península Ibérica, también le dejaron saber que su traslado tenía como objetivo “captar futuras vocaciones para frailes dominicos en España”. 

Una labor que describe como cuesta arriba, pero que acepta con mucha fe. 

“Mi objetivo era aprovechar la oportunidad para ser un mensaje de esperanza, en un país (España) en el que cada día aumenta el número de suicidios en personas menores de 30 años”, dice el fraile. 

Lo que no sabía es que personas de todo el mundo le agradecerían por hacerles creer nuevamente, según cuenta, y que su amor por los fogones y por su fe, iría más allá del encuadre de un televisor.

Durante su paso por MasterChef, Fray Marcos cocinó algunos platos típicos venezolanos, como las arepas o las mollejas de pollo. Foto: MasterChef

De Mucuchíes para el mundo

Marcos nació en Mucuchíes, estado Mérida, pero creció al sur del lago de Maracaibo, en una ciudad que se llama Caja Seca. 

Algunas veces “se le sale el maracucho”, como se dice coloquialmente. Y aunque también se le ha colado un poco el acento español, no se puede negar que no ha perdido el característico hablar de los venezolanos. 

Se crió en casa rodeado de su familia y en el Colegio de las Hermanas Dominicas Santa Rosa de Lima de Venezuela, donde encontró su vocación por la vida religiosa. 

Siempre admiró la labor de las hermanas dominicas y soñó con ser como ellas. Además, deseó que existiese una labor similar para los hombres; sin saber que era posible y que él mismo sería fraile.

Un deseo desde la infancia

Desde muy pequeño se interesó por los fogones, pero en su casa no pudo formar parte activa de ellos porque era muy pequeño y se podía quemar; también porque “los hombres no deben estar en la cocina”.

Al crecer, pudo experimentar y descubrir que realmente le apasionaba cocinar. 

Lo hacía en bachillerato cuando visitaba las casas de sus amigos; cuando vivió un tiempo en Colombia y tenía su propio servicio de catering; y, también, algunos domingos en el convento. 

Y todo empezó en “Fátima Gourmet International”, la casa de su vecina, que es como una tía para la familia, quien le permitía explorar sus intereses y crear cualquier plato. 

No ha estudiado cocina formalmente, pero “el encanto que tengo por la cocina es una cosa loca”. 

Una cosa tan loca, que le permitió ser el primer religioso en participar en el programa de MasterChef España y el primer aspirante en abandonar la competencia con el pin de la inmunidad. 

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