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Las bondades de los aceites capilares se han convertido en tendencia en las redes sociales. ¿El motivo? Usuarios afirman que el uso de estos productos les ha renovado el pelo como ningún champú ha podido.  

Aceite de ricino para el crecimiento del pelo o aceite de almendras para reparar las puntas abiertas; las opciones son muchas, pero muy pocos saben cómo usarlos y qué tan beneficiosos realmente son. 

Los tratamientos van desde aplicarlo en toda la longitud del pelo, de medios a puntas o masajear directamente el cuero cabelludo. Sin embargo, el procedimiento y el producto ideal dependerá del tipo de pelo y sus necesidades. 

Los consejos de las abuelas y los videos de las redes sociales parecen coincidir: se cree que los aceites capilares pueden ser sustancias milagrosas para la salud del pelo. 

Pero no todo es color rosa.  De acuerdo con la dermatóloga Yoraima Petter, miembro de la Sociedad Internacional de Dermatólogos, “forma parte de la fantasía del espectador: querer algo mágico que le cambie la vida”. 

La experta explicó, en una entrevista para Solaz, que la aplicación de aceites capilares en la raíz o en todo el pelo proporcionará un aumento de la oleosidad y del brillo que serán temporales, pero que no tienen  efectos definitorios. 

“Si conoces acerca de la composición del pelo, puedes entender que es muy poco probable que cualquier sustancia, aplicada de forma tópica, pueda inducir o estimular los mecanismos que generan el crecimiento del pelo”, afirma Petter.

La “compleja” estructura del pelo

El portal web de Cantabria Labs, una marca dermatológica con presencia en más de 80 países, explica: “El cabello está compuesto principalmente por proteínas, lípidos, oligoelementos, agua, pigmentos y otras sustancias”. 

Petter hace énfasis en la composición de la proteína del pelo, pues incluye los aminoácidos y la keratina, “que es producto de los enlaces que unen a los aminoácidos”. 

Dicha keratina también está presente en la piel y en las uñas, pero es mucho más blanda que la que está en el pelo. 

Es por esto que, según Petter, resulta difícil que alguna sustancia -como los aceites capilares- puedan penetrar hasta las células madres que dan origen al pelo nuevo o estimulan su crecimiento.  

“Los enlaces que unen a los aminoácidos dan una estabilidad al pelo que es muy difícil de romper por una sustancia que, además, intente llegar a la ‘mamá del pelo’ -la raíz capilar que está debajo de la piel- que es lo que hace que crezca”, dice Petter. 

Por ejemplo, hay varios tipos de enlaces en el pelo, pero el principal es de azufre y resulta “extremadamente resistente y difícil de modificar”.  

Petter explica que cuando se humedece el pelo ciertos enlaces, que son más débiles que los de azufre, se modifican temporalmente, pero que para cambiar temporalmente la maleabilidad del pelo solo es posible con el calor (secadores, planchas, entre otros artefactos).

Es por esto que modificar estos enlaces no es tan sencillo como para “creer que ciertos aceites pueden tener un efecto a largo plazo en la salud del pelo”, dice Petter. 

Pérdida de pelo, el tema más preocupante 

Un artículo de la BBC especifica que algunos estudios han estimado que cada día se caen entre 50 y 100 cabellos, lo cual es normal. 

Sin embargo, Petter resalta la importancia de no subestimar la pérdida de cabello: “Cuando se desprenden muchas hebras al peinarse o se notan parches en el cuero cabelludo, es momento de ir al médico”.

La dermatóloga enumera algunas de las razones por las que podría aumentar la caída del pelo:

• Factores genéticos que pueden resultar en alopecia o calvicie. 
• Enfermedades o infecciones.
• Tratamientos quimioterápicos.
• Condiciones nutricionales.
• Durante el periodo de post-parto.

Para Petter, “la pérdida excesiva de pelo puede ser signo de alguna enfermedad mayor, por lo que es sumamente importante que la gente acuda a un especialista de confianza”.