El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá contabiliza el paso de 151.572 personas migrantes por la selva del Darién, los primeros nueve meses del año. De este total, 107.723 son venezolanos, 8.579 haitianos, 4.322 cubanos y 14.297 de otros países.
A principios de septiembre, el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) informaba que 70 mil venezolanos habían cruzado la peligrosa jungla que conecta a Colombia con Panamá y confirmaba la muerte de al menos tres venezolanas.
De acuerdo con las estadísticas de este organismo de seguridad ciudadana, la media de niños, niñas y adolescentes que hacían la ruta incrementó de cinco a 67 por día, entre enero y julio.
“Nunca antes nuestros equipos sobre el terreno habían visto a tantos niños y niñas pequeños cruzando la selva del Darién, a menudo sin compañía. Una afluencia tan creciente de niños y niñas que se dirigen al norte desde Sudamérica debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria en toda la región”, alertó la directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Jean Gough, en 2021.
El director general de Senafront, Oriel Ortega ha llamado la atención sobre los menores de edad no acompañados que transitan por la selva. Sobre esto precisó que Unicef dispuso un punto de atención en San Vicente (en territorio panameño) para las y los niños y jóvenes. “En 2021, llegaron 191 jóvenes y niños no acompañados, este año vamos por 128”, declaró en una entrevista concedida en septiembre. Algunos de estos menores han sido adoptados por familias panameñas, según dijo.
La ruta por el Tapón del Darién es transitada por venezolanos cada vez con más frecuencia a pesar de los riesgos, incluso de muerte, que reportan los sobrevivientes. Las exigencias de visas en países como México, la carencia de documentación por los altos costos de los pasaportes en Venezuela y las urgencias económicas motivan a los viajeros.
Pueblo Llano, un pueblito agrícola del estado Mérida, es un ejemplo reciente de cómo grupos grandes de personas se organizan para migrar acompañados. El pueblo se ha estado vaciado los últimas meses por la crisis que experimenta la principal actividad económica de la zona que es la agricultura.
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El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá contabiliza el paso de 151.572 personas migrantes por la selva del Darién, los primeros nueve meses del año. De este total, 107.723 son venezolanos, 8.579 haitianos, 4.322 cubanos y 14.297 de otros países.
A principios de septiembre, el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) informaba que 70 mil venezolanos habían cruzado la peligrosa jungla que conecta a Colombia con Panamá y confirmaba la muerte de al menos tres venezolanas.
De acuerdo con las estadísticas de este organismo de seguridad ciudadana, la media de niños, niñas y adolescentes que hacían la ruta incrementó de cinco a 67 por día, entre enero y julio.
“Nunca antes nuestros equipos sobre el terreno habían visto a tantos niños y niñas pequeños cruzando la selva del Darién, a menudo sin compañía. Una afluencia tan creciente de niños y niñas que se dirigen al norte desde Sudamérica debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria en toda la región”, alertó la directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Jean Gough, en 2021.
El director general de Senafront, Oriel Ortega ha llamado la atención sobre los menores de edad no acompañados que transitan por la selva. Sobre esto precisó que Unicef dispuso un punto de atención en San Vicente (en territorio panameño) para las y los niños y jóvenes. “En 2021, llegaron 191 jóvenes y niños no acompañados, este año vamos por 128”, declaró en una entrevista concedida en septiembre. Algunos de estos menores han sido adoptados por familias panameñas, según dijo.
La ruta por el Tapón del Darién es transitada por venezolanos cada vez con más frecuencia a pesar de los riesgos, incluso de muerte, que reportan los sobrevivientes. Las exigencias de visas en países como México, la carencia de documentación por los altos costos de los pasaportes en Venezuela y las urgencias económicas motivan a los viajeros.
Pueblo Llano, un pueblito agrícola del estado Mérida, es un ejemplo reciente de cómo grupos grandes de personas se organizan para migrar acompañados. El pueblo se ha estado vaciado los últimas meses por la crisis que experimenta la principal actividad económica de la zona que es la agricultura.