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La mañana de este viernes 25 de septiembre murió de COVID-19, el párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen del municipio Miranda, en el estado Carabobo, el cual estaba recluido en la Ciudad Hospitalaria Henrique Tejera (Chet), de Valencia.
La muerte del párroco Alex Guillermo González Graterol, de 64 años de edad, fue anunciada por el alcalde del municipio Leobaldo Gómez, a través de sus redes sociales, posteriormente fue confirmada por la Arquidiócesis de Valencia a través de un comunicado publicado en Instagram.
Fuentes ligadas al párroco informaron a El Pitazo, la tarde de este viernes, que González se venía sintiendo mal desde hace unos días, pero se mantenía en la parroquia. No obstante, hace dos días atrás su situación de salud empeoró.
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“Lo llevaron al Policlínico de Bejuma, posteriormente al Hospital de Bejuma y de ahí fue trasladado a la Chet, donde falleció por COVID-19", relató la fuente. Así mismo indicó que el padre se complicó porque padecía de diabetes y era hipertenso.
El padre Alex González, nació el 4 de julio de 1956, en Yagua estado Carabobo, fue ordenado sacerdote el 22 de marzo de 2003, fue administrador parroquial de Nuestra Señora de Belén (2003-2009), párroco del Santo Cristo y San Isidro Labrador, Macapo, Diócesis de San Carlos (2009-2012) y párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Miranda (2019-2020).
González Graterol sería el primer sacerdote que muere en Carabobo víctima de la pandemia.
Es de resaltar que lo que va del mes de septiembre han muerto tres personas de Bejuma, quienes presentaron síntomas asociadas al COVID-19, no obstante, ni las autoridades sanitarias, ni gubernamentales se han pronunciado al respecto.
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La primera persona que murió fue un hombre de 56 años, el 4 de septiembre, quien estaba recluido en el Hospital de Bejuma con una afección respiratoria; el día 14, fallece la maestra de una escuela de Bejuma, quien estaba internada desde hace una semana en un centro médico de Yaracuy y el 15 muere un reconocido bejumero gerente de una empresa avícola de la zona, quien tenía alrededor de un mes internado en una clínica privada del estado Aragua.
Fuentes extraoficiales informaron que estos pacientes habían dado positivo a las pruebas rápidas para COVID-19 por lo que recibieron el protocolo para tratar la enfermedad y al morir fueron cremados. Esta información no fue confirmada ni por los familiares ni por las autoridades competentes. Vale recalcar que en Bejuma hace un mes el epidemiólogo Moisés Delgado renunció y no han designado un especialista en su lugar.
