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La cuarentena que busca reducir el contagio por COVID-19 en el país puso en aprietos de índole económico a gran parte de la población venezolana. Alfredo Naranjo (creador del Guajeo y personaje emblemático de la nocturnidad caraqueña) no fue la excepción, y encontró en el delivery una manera de seguir contribuyendo a la economía familiar en estos momentos de vacas flacas.
La historia es sencilla: Naranjo descubrió que durante la cuarentena su producción disminuyó tanto como aumentaron sus momentos de ocio. Aunque reconoce que continúa involucrado en varios proyectos musicales y hace tutorías por Zoom o vía telefónica cuando el internet no quiere colaborar, sintió la necesidad de continuar apoyando a su familia y de brindar ayuda en estos momentos de encierro.
La oportunidad llegó gracias a su esposa Mervel, que, con un grupo de otras mujeres, practica el arte del puntillismo. Pero la cuarentena se extendió, los materiales de pintura se agotaron, y varias integrantes de repente se quedaron sin su pasatiempo. Naranjo resolvió que podía buscar los materiales en la tienda especializada y enviarlos a las compradoras. ¿Cómo? Aprovechando su condición de deportista —específicamente de ciclista— y recorriendo Caracas llevando pedidos.
Pronto la voz se corrió en el círculo de Alfredo Naranjo. Una familia recurrió a sus servicios, ya que tienen un familiar enfermo en un hospital y deben hacerse cargo de niños pequeños. Entonces Naranjo lleva almuerzos para los familiares de guardia, o incluso los medicamentos necesarios.
Ha pasado sustos. Un día, cuando rodaba a la altura de la avenida Rómulo Gallegos, vio cómo dos delincuentes despojaban a un joven de su teléfono y le propinaban una paliza, a pesar de que el muchacho no opuso resistencia. Pero el episodio no evitó que reanudara su labor al día siguiente.
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En todo momento Naranjo usa guantes y mascarilla. Le ha ocurrido que alguien lo reconoce y se muestra extrañado de verlo en esos menesteres. Cuenta la anécdota entre risas, con la alegría de alguien que ha encontrado una manera de hacer el bien. “Disfruto la ciudad, hago muchísimo ejercicio y colaboro con mi país sin ningún tipo de complejo", afirma. Incluso confiesa que ha adelgazado un poco, y que el dinero recibido le permite siempre llegar a su casa con pan recién hecho, o con verduras. “Me siento útil", dice con un tono de voz que incluso al otro lado del teléfono delata su orgullo y su alegría.
También ayuda a un negocio cercano a su casa que trabaja en la elaboración de piñatas o artículos de fiesta. Lo llaman para que lleve caramelos o serpentinas a fiestas. “Porque los niños siguen cumpliendo años". Y tiene un punto, porque nunca se debe dejar de celebrar la vida, aún en las circunstancias más terribles.
La música no descansa
El hecho de que Alfredo Naranjo no esté haciendo conciertos no significa que haya dejado a un lado su faceta musical. De hecho, continúa involucrado en proyectos con artistas tanto nacionales como internacionales, además de dar tutorías musicales a estudiantes mediante Zoom o llamadas telefónicas.
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Hace poco participó con Floria Márquez, Annaé Torrealba y Betsayda Machado en un concierto homenaje al Día de las madres, que fue transmitido a través del Instagram del Centro Cultural BOD.
Recientemente interpretó La bikina con el marimbista Alexander Cruz, originario de Chiapas, México, en un video grabado desde casa y que suma hasta el momento 1.325 reproducciones en Instagram
También relanzó Cuando tenga tiempo, una canción compuesta por Naranjo y dedicada a una amiga íntima que vivió un caso cruel de violencia. Interpretada por Luis Fernando Borjas, Nené Quintero en la percusión, Eddy Pérez en la guitarra y Miguel Chacón en el bajo, con Naranjo en el vibráfono, Cuando tenga tiempo es una canción dedicada a la mujer, a destacar su ternura y fortaleza.
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