En enero de 2014, Nick Arcuri, representante del futbolista Rodrygo Goes desde los 11 años, le dijo a Juni Calafat, jefe de fútbol internacional del RealMadrid: «Hay un chico en el Santos que va a ser crack», relata el portal web Marca. Su explosión ante el Galatasaray (tres goles y una asistencia) pone el foco en el brasileño, un joven mucho más maduro de lo que su edad refleja.
Rodrygo es un joven tranquilo dentro y fuera del fútbol. Tiene una novia brasileña y vive con sus padres —Eric, de 35 años, y Denise, más una hermana pequeñita— en las afueras de Madrid. Diferente a otros jugadores, apenas convive con un amigo íntimo, Joao. Ese entorno le proyectó hace años una carrera con reparto claro de tareas: Eric cubre lo deportivo y Nick lo comercial… y un objetivo común que permanece: priorizar su trabajo en el campo. Los grandes contratos, las marcas… ya llegarán.
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El Madrid ha decidido cuidarlo, limitando sus apariciones públicas (Real Madrid TV le hizo ayer un reportaje). Normal a sus 18 años. En el sentido comercial, Nike, la marca que le hizo un contrato inédito en Brasil a los 12 años, también intenta no exhibirlo mucho.
Su cesión este verano nunca fue una opción para el Madrid. Querían que se desarrollara en Valdebebas. Los planes, eso sí, se han adelantado. Ni en el club esperaban una explosión tan temprana. Pero las lesiones de Asensio, Bale y el bajón de Vinícius —los tres juegan por derecha— han dado la bola a Rodrygo antes de enero y la Copa del Rey, fecha y competición programada para la eclosión del jugador.
Lea la nota completa en: El plan Rodrygo: así se fabrica una estrella
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