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Caracas.- Tomar una decisión definitiva en cuanto a las situaciones de Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua, con respecto a las sanciones emitidas por la Ofac (Oficina de Control de Bienes Extranjeros), que aún pesan sobre ambos equipos, es la prioridad en la agenda para la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (Lvbp), ya que la resolución del caso con ambas divisas le permitiría organizar la próxima temporada.
Fuentes de la Lvbp confirmaron a El Pitazo que, si bien se han realizado reuniones para discutir acerca del campeonato 2020, no se han logrado acuerdos definitivos porque la incertidumbre de saber si podrán contar o no con navieros y felinos, no les permite avanzar más en la organización.
También las fuentes resaltaron que cuentan con bastante tiempo a favor todavía, para dedicarse a la programación de la venidera zafra. No obstante, les preocupa que en los casos de Magallanes y Aragua, el tiempo juega en contra, pues se agota el plazo ante la Ofac para reacomodar sus estatutos, y demostrar que son entidades privadas sin conexión con el régimen de Nicolás Maduro.
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El último encuentro de la directiva de la liga venezolana fue este jueves, 9 de julio, en el cual el tema sobre el tapete fue, nuevamente, los ocho equipos con licencias por parte de MLB, para poder contar con jugadores importados. Igualmente se aclaró que deberán esperar por ver cómo evoluciona la pandemia del coronavirus en los próximos meses, ya que es un factor determinante en el proceso de organización.
Los voceros recordaron que ya la situación ha llevado al presidente de la Lvbp, Giuseppe Palmisano, a advertir que se podría tener una temporada con seis divisas nada más, debido a la exclusión de filibusteros y felinos.
El propio Palmisano informó hace tres semanas, que tienen al próximo 15 de noviembre, como fecha estimada para iniciar el campeonato.
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Escenarios
Una nota publicada por el periodista Ignacio Serrano, en el portal El Emergente, explica cuatro posibles escenarios que evalúa la liga criolla para armar la temporada de este año.
Uno de los contextos considera precisamente la alternativa de jugar una temporada solamente con seis divisas -porque no contarían con Aragua ni con los valencianos- sin importar si juegan con o sin público en gradas, decisión condicionada a los avances del coronavirus.
Otra alternativa plantea jugar sin público, para proteger lo máximo posible a jugadores y cuerpos técnicos, mientras que una tercera propone una temporada normal, con público y ocho equipos disputando el derecho a representar a Venezuela en la Serie del Caribe.
La última opción -y la menos deseada según Serrano- sería la suspensión definitiva del campeonato, debido a que la pandemia no lo permitiría. No habría taquilla y mucho menos inversión en el campeonato debido a, la cada vez más fuerte, contracción económica.
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