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Caracas.- Yeferson Soteldo dará un paso histórico, pues disputará una final de la Copa Libertadores este sábado, 31 de enero, en el Maracaná, con sabor brasileño, entre el Santos y el Palmeiras. El volante venezolano no solo se convierte en el tercero del país en llegar a esta instancia del campeonato, sino que llega con la aureola del héroe, el 10 del equipo, y quien está llamado a ser uno de los grandes protagonistas del encuentro.
Rafael Dudamel, exdirector técnico de la selección nacional, y Alejandro Guerra, son los dos únicos Vinotintos en haber logrado la hazaña. Dudamel perdió la final en 1999 con el Deportivo Cali, pero Guerra sí logró titularse con Nacional de Medellín en 2016.
De conseguir el cetro con el Santos, Soteldo vendría a ser entonces el segundo venezolano en ganar la copa.
Hasta la fecha, el oriundo de Portuguesa, suma dos goles y una asistencia en Libertadores, mientras que en el Brasileirao (serie A de Brasil), lleva cuatro dianas e igual número de habilitaciones.
Su ingenio, rapidez, capacidad de regate y de anotar, además de la visión de gol, le han hecho, a sus 23 años, una pieza indispensable en el esquema del técnico Alexi Stival. Pero también, la responsabilidad que encara, lo igualan con figuras como el mítico Pelé y Neymar, ambos jugadores de clase mundial que lucieron el mismo dorsal que ahora viste en su camiseta.
De la nada al Santos
Sin embargo, el recorrido del Vinotinto para llegar esta fase cumbre, ha sido un trayecto con altibajos y, por supuesto, de mucho esfuerzo. Marcado por una infancia muy pobre -no tenía dinero ni para comprarse unos botines- pudo encontrar en el balón el motivo que necesitaba para superarse.
En varias entrevistas aseguró que, de no ser por el fútbol, habría terminado mal. Cuando niño era de mal carácter y muy peleón, siempre metido en problemas. De esa época, que prefiere olvidar, le viene el apodo de Manzanita.
Pero su pasión por la esférica lo llevó a fichar, a sus 16 años, por el Zamora, club del cual pasó al Huachipato de Chile, un pequeño equipo que lo fichó por 1.500.000 dólares.
Su picardía dentro de la cancha comenzaba a dar frutos, tanto así, que en poco tiempo la Universidad de Chile le puso el ojo. Su paso por este nuevo club, aunque fue un trago amargo en su carrera, le sirvió para conocer a quien considera el mejor técnico que ha conocido hasta los momentos: Jorge Sampaoli.
«El mejor entrenador de mi carrera. Con Jorge tuve que cambiar mi forma de jugar. Él se dio cuenta que yo no era un jugador que le gustara marcar. Me dijo: ‘conmigo no vas a jugar hasta que no aprendas a marcar’. Aprendí mucho de él», confesó una vez a los medios.
De hecho, fue Sampaoli, enamorado del juego desequilibrante del volante Vinotinto, quien le abrió las puertas al Santos en enero de 2019.
Otro tropiezo que debió sortear, fue el intento de venta de su ficha al club Al Hilal de Arabia Saudita, en octubre de 2020, antes de comenzar la nueva temporada. Pese a que el acuerdo ya estaba pactado entre el club asiático y el Santos, faltaba aún el visto bueno de parte del venezolano, el último al ser consultado, y al momento de hablar dio su negativa al traspaso. La negociación estaba tasada en el pago de 5.000.000 de dólares por su pase, pero tras rechazar su ida del club, esta quedó en nada.
La estatura y su inspiración
Aunque algunos portales aseguran que su estatura es de 1,60 metros, en realidad mide 1,58 metros. El ser tan pequeño significó, desde sus primeros pasos en el fútbol, el primer gran obstáculo a superar.
«Pasé por muchas cosas (…) todo el mundo hablaba de mi talla, que no iba a poder jugar al fútbol por mi tamaño, principalmente por ser tan pequeño. Pero aquí estoy, me superé. Este es un mensaje para los más jóvenes, a los que no son tan altos. Pueden ver que alguien como yo pudo llegar y decir ‘yo también puedo'», contó.
Es por ello que su modelo a seguir fue justamente Lionel Messi, quien enfrentó, en otras condiciones, el mismo problema. «Yo me inspiré en Messi. Vi que era pequeño y que llegó. Recuerdo eso de cuando era niño. y yo también, a mi manera, lo conseguí», aseguró en una entrevista.
De hecho, el primero de sus tres hijos se llama Thiago Mateo, una combinación de los nombres de los dos primeros hijos del jugador argentino. No obstante, aún sigue siendo blanco de algunas bromas por parte de sus compañeros por su estatura, pero para nada se molesta.
La figura de los peixes
En su ruta a la final de la Libertadores, el volante ofensivo también debió sortear dificultades. En los octavos de final del campeonato, apareció en el juego de ida ante LDU Quito (Liga Deportiva Universitaria de Quito), para anotar un gol en el 2-1 con el cual ganaron.
El partido de vuelta lo perdieron por 1-0, pero el resultado les sirvió para continuar.
En los cuartos de final se perdió los juegos contra el Gremio, porque dio positivo por COVID-19. Aunque no contaron con él en la cancha, los peixes ganaron 5-2 en el marcador global y avanzaron.
En semifinales, el rival fue nada más y nada menos que Boca Juniors. En la ida empataron con los xeneizes, pero Soteldo fue considerado el mejor jugador de ese gris encuentro. En la vuelta golearon 3-0, anotó su segundo gol del torneo marcando con un zurdazo el 2-0, y fue considerado, de nuevo, el mejor jugador del Santos.
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En la fase de grupos, pese a no anotar, logró destacar entre sus compañeros, tal como ocurrió en el duelo contra el Olimpia de Paraguay. Hace 10 días, en el Brasileirao, se lució con un gol de tijera en la victoria ante el Botafogo por 2-1, tanto marcado cuando transcurrían apenas los primeros cuatro minutos.
Aún Stival no anuncia el once titular, pero no caben dudas que Soteldo estará en el arranque, y se espera que de sus botines salga la magia que le dé el cuarto título a los peixes.
