Ciudad de México.- El gobernador mexicano de Tamaulipas, Américo Villarreal, negó este viernes los reportes de la prensa acerca de que policías de su estado, fronterizo con Estados Unidos, estuvieran involucrados en el secuestro de 32 migrantes, de los que 6 eran de Honduras y 26 de Venezuela, incluyendo 3 con doble nacionalidad colombiana.
El presidente Andrés Manuel López Obrador también acusó a sus adversarios de explotar el caso de los 32 migrantes secuestrados el fin de semana pasado y liberados este miércoles en Tamaulipas, en la frontera con Texas, donde aún no hay detenidos por el delito.
El hecho ocurrió el 30 de diciembre, cuando hombres armados en 5 camionetas interceptaron un autobús de 37 pasajeros en el municipio de Río Bravo que iba a Matamoros, fronteriza con Brownsville (Texas), según precisó la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Los criminales llevaron entonces a los migrantes a una finca, donde los despojaron de sus pertenencias y llamaron a sus familias que ya viven en Estados Unidos para exigirles dinero, según relató Rodríguez.
El Gobierno de México levantó polémica el jueves porque López Obrador reconoció que los delincuentes liberaron a los migrantes, pero un día antes el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, y la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, hablaron de un «rescate».