El dirigente de La Causa R recalca que la primaria es el primer paso de una estrategia opositora para la ruta electoral de 2024. Advierte, además, sobre la inhibición de algunos miembros y candidatos opositores de calificar de dictadura a la administración de Nicolás Maduro: » la cohabitación es el camino equivocado»

Entrevista: César Batiz Redacción: Jesús Abreu

El candidato a la primaria del 22 de octubre por el partido laborista La Causa R, Andrés Velásquez, considera fundamental la recuperación del valor social del trabajo en Venezuela, pero antes, advierte, debe haber un cambio político y una transición a la democracia que requiere de una estrategia de la oposición, primero, en el contexto de la primaria y luego para encarar la elección presidencial de 2024.

Aunque Velásquez recorre el país en la búsqueda de votos que le permitan convertirse en el candidato ganador el 22 de octubre, recalca que si no obtiene la victoria en la primaria está dispuesto a “dar la vida" por defender a quien gane en la elección interna de la oposición.

“Si no soy yo, voy a apoyar con todo, y lo he dicho en estos términos para que no haya ninguna duda: voy a dar la vida por el que resulte electo para que sea vencedor en 2024 y salir de esta pesadilla que es el más grande sufrimiento en nuestro país", dijo el exgobernador del estado Bolívar en entrevista con el director de El Pitazo, César Batiz.

Velásquez sostiene que los riesgos que acechan la primaria, en medio de las amenazas gubernamentales, persisten. Cree que es un error que factores políticos opositores que participan en la primaria consideren indispensable un método de sustitución de candidatura, si quien gana el 22 de octubre es uno de los aspirantes inhabilitados.

“Lo que todos deberíamos plantear es que una vez electo el candidato por parte del pueblo venezolano el 22 de octubre, lo que inmediatamente debe proceder con las organizaciones políticas que participan y candidatos es elaborar o discutir acordar la estrategia de defensa de ese candidato que Maduro va a pretender eliminar, puede estar inhabilitado o no, aquí nadie está a salvo de Maduro y su régimen", explicó Velásquez.

Hace unos días conocimos que la Plataforma Unitaria aceptó la solicitud de Henrique Capriles de buscar un mecanismo para resolver la sustitución, si la candidata o candidato ganador es inhabilitado, noticia que esta semana desmintió el mismo Capriles. ¿Qué pasó el 29 de agosto?

Yo no he dicho nunca que él llevó o haya enviado una propuesta a la Plataforma Unitaria para discutir lo que algunos han llamado la sucesión antes del 22 de octubre, fecha de la realización de la primaria. Lo cierto es que la Plataforma Unitaria, donde hacemos vida organizaciones políticas planteó, llevó a debate, y entre ellos el partido de Henrique Capriles, Primero Justicia y otros factores políticos, la necesidad de buscar un mecanismo de sustitución, lo que se ha dado a conocer como la sucesión. Tenerlo listo como punto prioritario antes del 22 de octubre. Por supuesto que es una propuesta que yo he rechazado, que continúo firmemente rechazando, porque considero que no ha sonado la campana del primer round de esta pelea y ya tiramos la toalla.

Es decir, vamos al juego dándonos por derrotados y esto es inconcebible como estrategia frente a un régimen dictatorial, totalitario, que, a fin de cuentas, lo que quiere es imponer su voluntad de unas inhabilitaciones inconstitucionales, ilegales, que para nosotros no tienen validez y fue la razón por la que se permitió que cualquier candidato inhabilitado pudiera participar en este proceso y es injustificable que antes, incluso de tener electo el candidato, ya hablemos de una fórmula de sustitución, con lo que es igual decirle a Maduro que iremos sustituyendo si los va eliminando. Entonces, ¿para qué hacemos primarias si no estamos dispuestos a defender lo que el pueblo decida?, a quien decida candidato para el próximo proceso del año que viene.

¿Usted respalda lo que dice Capriles de que él no fue quien propuso eso en la Plataforma Unitaria?

Yo no he acusado a Capriles de eso. He dicho que hay candidatos que hablan de sucesión, eso es público; hay organizaciones políticas que hablan de sucesión. El alcalde de Lechería, de Fuerza Vecinal, pidió en Anzoátegui que los candidatos inhabilitados se hicieran a un lado. He visto por ahí, por ejemplo, a Luis Florido invitando a los inhabilitados a retirarse. ¡Qué contrasentido es este! ¿Qué tipo de estrategia es esa para enfrentar a un régimen? ¿Es que acaso vamos a dar por buenas las inhabilitaciones? Estamos pidiéndole al mundo entero, a la comunidad internacional, organismos internacionales, a la OEA, a la ONU, a ONG del mundo que luchan por los derechos humanos; que velan por la transparencia electoral, que en Venezuela se hagan elecciones y se permita la participación de todo el mundo. Eso es lo que pedimos hacia fuera, pero hacia dentro, los protagonistas ya están prácticamente admitiendo y aceptando que el régimen puede decidir quién va y quién no.

Hemos escuchado y leído a Carlos Prosperi, a César Almeida, Gloria Pinho y la última, Delsa Solorzano, hablar de las inhabilitaciones. ¿Cómo interpreta esto unido a lo que atribuyó Vladimir Villegas a Henrique Capriles? ¿Cómo interpreta todo esto?

Considero que lo que hacemos con la primaria forma parte de una estrategia de victoria para el año que viene y estamos empoderando a los ciudadanos que participen en esa primaria, para que elijan a su candidato. Cómo es eso de eliminar el candidato de una vez. Es un contrasentido. Lo que todos deberíamos plantear es que una vez electo el candidato por parte del pueblo venezolano el 22 de octubre, lo que inmediatamente debe proceder con las organizaciones políticas que participan y candidatos es elaborar o discutir acordar la estrategia de defensa de ese candidato que Maduro va a pretender eliminar, puede estar inhabilitado o no, aquí nadie está a salvo de Maduro y su régimen.

Si le pedimos al pueblo venezolano que elija y designe un candidato, la responsabilidad, el deber, el compromiso nuestro es ponernos al lado del pueblo para defender a ese candidato que tendrá que planificar la visita a todo el país, para unificarlo, para exigir el respeto de esa proclamación, para exigir un cronograma electoral, reclamar derechos y condiciones electorales. Eso es lo que debemos estar discutiendo y no cómo liquidamos al candidato que ni siquiera ha sido electo.


Hoy, conociendo el terreno laborral como lo conozco, puedo afirmar que en Venezuela las condiciones laborales son de esclavitud

Andrés Velásquez, candidato a la primaria por La Causa R

Usted dice que no hay que adelantarse, pero habla también de que hay que formular una estrategia. ¿Cómo se hace eso sin plantearse ese escenario y sin que el gobierno de Maduro sepa que ustedes en la oposición están ya planteándose escenarios?

El escenario que yo planteo es el de defender al candidato, esté inhabilitado o no.

–Pero, usted habla de una estrategia.

Si el que resulta electo o electa está inhabilitado o inhabilitada, lo que corresponde es formular un plan, establecer una estrategia para defender a ese candidato. Es un error que nos estemos planteando una sucesión de candidatos, si el que resulta electo es inhabilitado. Lo que sale es defender a ese candidato, cueste lo que cueste: con la comunidad internacional y hacia adentro.

¿Cómo se defiende a ese candidato?

Haciendo valer nuestros derechos. Programando una serie de actividades que signifiquen presión efectiva frente al régimen, tratando de restablecer todo lo que tenga que ver con la difusión de la negociación de México. Todo eso vale en la búsqueda de nuestro derecho y las condiciones electorales que nos permitan elegir. Porque desde hace bastante tiempo en Venezuela se vota, pero no se elige, esa es la realidad.

¿Cómo el gobierno de Maduro se va a sentir motivado a atender ese llamado nacional e internacional de electores y organizaciones políticas que apoyarán a ese ganador o ganadora del 22 de octubre? ¿Qué estímulos tiene para escuchar ese reclamo?

Vamos a celebrar una elección presidencial el año que viene en condiciones de dictadura, eso no es cualquier cosa, es inédito en Venezuela. Eso impone diseñar una estrategia para enfrentar a ese régimen: a un Maduro autoritario y a esa cúpula que quiere perpetuarse en el poder; enfrentar sus instituciones que no son tales. Tenemos que dar una pelea, no hay otra. El que crea que Maduro nos va a poner la banda presidencial está equivocado. Es dictadura. Por eso es que esta elección primaria en pleno desarrollo, y que concluye el 22 de octubre, no es cualquier elección. Muchos se equivocan si creen que se trata de designar nada más un candidato. Estamos decidiendo un liderazgo para el país, ensayando lo que desde hace tiempo no ensayamos, actos de elección de verdad, queremos elegir.

Este acto de elección primaria es uno de elección verdadera, el pueblo designará a su candidato, por eso tiene y tuvo tanto valor el debate que no fue tal organizado por la UCAB, donde los candidatos tuvimos la oportunidad de exponer ideas. Desde hace cuánto tiempo no se veía un acto democrático como ese. La primaria es el primer paso concreto de una estrategia de victoria del próximo año en las elecciones presidenciales, en las que si la gente sale a votar y se siente esperanzada, identificada, motivada con el candidato que elija, no tengo duda de la victoria que vamos a obtener.

—Parafraseo algo que usted ha dicho: hay que dar la vida por el candidato electo. ¿Dar la vida no será más fácil con un candidato que pudiera ser potable, que pudiera aligerar las discusiones?

—Creo que aquí le estamos dando la palabra al pueblo, que es el que designa. La primaria tiene una ventaja que es la unidad. En la Plataforma Unitaria Democrática, la unidad muchas veces es de la boca para afuera; hay quienes tienen vasos comunicantes por debajo de la mesa con el régimen, que asumen una posición abiertamente colaboracionista y cohabitadora. Pensar que tenemos que buscar un candidato, elegir uno que sea potable, que le guste a Maduro, no nos hace bien, ni para recuperar la libertad ni para restablecer la democracia, porque sencillamente fortalecemos al dictador, cediendo en lo que le parezca o acepte. Aquí tenemos que hacer valer la decisión del pueblo empoderado en un proceso de primaria.


Una Venezuela digna para tener venezolanos dignos tiene que ser la gran oferta para quienes se fueron buscando mejores oportunidades y bienestar

Andrés Velásquez, candidato a la primaria por La Causa R

—¿Qué es dar la vida por el candidato electo? ¿Hasta dónde llegar?

—Cuando hablo de dar la vida, lo que ratifico es que ya se firmó por iniciativa de la Comisión Nacional de Primaria un acuerdo de respeto y apoyo al resultado de la primaria. Yo soy proponente de esa iniciativa, no estoy cobrando la paternidad, pero soy quien inicialmente hizo esa propuesta ante mis compañeros de plataforma y el país. Yo comprometí mi palabra y lo reitero. Yo firmé ese documento por formalidad, pero no necesito firmar ningún documento para cumplir mi palabra. Reitero que quiero ser el candidato, quiero que el pueblo me elija y le pido que me apoye, porque creo que tengo no solo la experiencia, sino la determinación y convicción democráticas, para sacar a Venezuela de esta miseria y pobreza en la que se encuentra, pero si no soy yo, voy a apoyar con todo, y lo he dicho en estos término para que no haya ninguna duda: voy a dar la vida por el que resulte electo para que sea vencedor en 2024 y salir de esta pesadilla que es el más grande sufrimiento en nuestro país.

—Insisto en esto de dar la vida porque ya escuchamos de Ledezma, representante internacional de María Corina Machado, que hizo referencia a la desobediencia civil, y ya sabemos para qué utilizó eso el gobierno de Maduro, el fiscal Tarek William Saab. Por eso pregunto, si es dar la vida literalmente. ¿Es protestar en la calle? ¿Qué es? ¿Cómo se materializa?

—Lo que planteo es darlo todo. Hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance para que ese candidato salga vencedor. Por eso yo planteo, primero, procurar esta primaria que sigue bajo acecho y, en segundo lugar, proponemos la primaria para convertirla en un poderoso y potente músculo electoral. Eso es lo que estamos construyendo. Por eso he llamado a la rebelión del voto, de los trabajadores que son los que más han cargado con el peso de esta destrucción social que tenemos en Venezuela. Estoy convocando a la rebelión democrática del voto: a votar. Son nuestras armas, herramientas suficientes para ponerle fin a esto.

Si ese 90 % de rechazo que se manifiesta en estudios de opinión, se convierte en votos, aquí no hay Maduro ni su camarilla que se paren por delante, los vamos a desalojar del poder y lo digo con la serenidad del caso. Tenemos una asignatura pendiente que para mí antecede a todo tipo de solución: sacar a Maduro, recuperar nuestra libertad y restablecer la democracia en el país, reinstitucionalizándolo para poder pensar en una economía fortalecida, en una política ética.

—Usted habló de liderazgos políticos que plantean la tesis de la cohabitación. ¿Cuáles son esos signos que señalan los intentos de plantearse una cohabitación con el Gobierno?

—El último es la designación del CNE. La Constitución y la ley establecen que quienes formen parte de ese organismo como rectores no pueden tener militancia política. No dudo que quienes van allí tengan un sentimiento, un corazoncito político, pero no que sean activistas, militantes partidistas que descaradamente los llevan para formar parte del organismo y hasta presidirlo, como es el caso del contralor del régimen, o descaradamente militantes del PSUV.

Del otro lado, quienes dicen representar ahí a los sectores de oposición son militantes partidistas igual. ¿Eso cómo pudo darse si no fue tratado de manera colectiva en la Plataforma? Se pudo dar porque hubo partidos que individualmente acordaron con el régimen y eso es cohabitar, colaborar. Aquellos que dicen que debemos hacer cosas que sean potables para el régimen o aquellos que no se atreven a definirlo como lo que es, cuando les preguntan qué es este gobierno; qué es Maduro. No se atreven a decir que es una dictadura, por la calle del medio. Eso es dictadura y aquí hay políticos y partidos que se inhiben, que no son capaces de llamar esto por su nombre: una dictadura tiránica.

—¿Usted puede asegurar que el 22 de octubre se van a realizar las primarias?

—No. Yo no puedo afirmar eso. Yo sostengo que esta primaria, aunque ha venido dando pasos importantes y se constituyó la Comisión Nacional de Primaria, se inscribieron los candidatos, se arrancó la campaña y está en pleno desarrollo, faltan menos de 50 días, pero estaré seguro el 22 de octubre, cuando contemos los votos. Mientras tanto, sigo señalando que la primaria está bajo acecho del régimen porque le tiene miedo. Maduro le tiene terror, Diosdado le teme a la primaria y por eso se la pasa inventando para tratar de confundir y dividir. Y por ahí está rondando que, supuestamente, el TSJ puede sacar una decisión que paralice la primaria. Todo eso está allí y frente a eso debemos estar alertas. Mi llamado al pueblo venezolano es a proteger y defender esa primaria, porque es del pueblo, ni siquiera de los candidatos. Estamos en pleno ejercicio de un verdadero derecho a elegir y lo vamos a concretar con la primaria.


Mi llamado al pueblo venezolano es a proteger y defender la primaria, porque es del pueblo, ni siquiera de los candidatos

Andrés Velásquez, candidato a la primaria por La Causa R

—He seguido sus declaraciones en las últimas semanas y es coherente con lo que decía de la importancia de la primaria. ¿Usted participa para ganar o para impulsar desde su posición una transición política en Venezuela así no sea el ganador?

—Cuando te afirmaba que si no era yo el ganador, lo iba a dar todo por el que el pueblo designara, es porque estoy comprometido con este país, con sus trabajadores, con sus ciudadanos. Estoy comprometido con facilitar esa transición. Estoy participando para ganar y donde quiera que voy pido el voto porque creo que tengo las condiciones. Desde mis inicios de los años de lucha, al lado de los trabajadores, como presidente del sindicato en Sidor, luego como concejal, como parlamentario tres veces, como gobernador electo en tres oportunidades: dos en ejercicio y una negada. Todos cargos designados por votación popular y sobre todo al demostrar que era lo que buscábamos: solucionar los problemas de la población, que se puede gobernar democráticamente, rindiendo cuentas sin robar.

Todo eso lo demostramos, de manera que tengo experiencia en el servicio público y representación popular. Por eso estamos pidiendo el respaldo del pueblo venezolano, pero si no soy yo, puedes tener la certeza de que voy a contribuir en esa transición, porque el gobierno que venga tiene que ser uno de transición. Es más, propongo que el presidente electo no vaya a la reelección, que se plantee ese gobierno de transición, de devolverle la estabilidad democrática al país y luego empujar por el camino de la democracia y bienestar a Venezuela, superando este proyecto político con el que nos estafaron; que debe estar por encima del pasado y del presente, con una democracia moderna, amplia, profunda.

—¿Con cuál de los 12 candidatos de la contienda, en caso de alguna alianza, se uniría usted? ¿A quién respaldaría?

—No tengo planteada ningún tipo de alianza o apoyo a ningún otro candidato. Vamos hasta el 22 de octubre, pero es evidente que mi candidatura se distingue de lo que conocemos como el G3 o de lo que han sido los partidos tradicionales en el país.

—¿Usted está más cerca de María Corina Machado que de Capriles, por ejemplo?

—Sí, por supuesto, sin duda alguna.

—¿Qué propuesta tiene respecto al salario?

—Mis inicios se dieron en la lucha social por defender el derecho de los trabajadores, eso me permitió estar al frente de uno de los sindicatos más combativos y de mayor concentración de trabajadores ese momento: 19.000 trabajadores concentrados en fábrica y sindicato, el Sindicato de Trabajadores Siderúrgicos. Esos trabajadores me hicieron presidente del sindicato a temprana edad y, a partir de ese momento, el vínculo no se ha roto porque la defensa de los derechos de los trabajadores la llevamos al Parlamento y las conquistas que tenemos fueron logradas, primero en Guayana, y también en Cantv, donde estaba Alfredo Ramos, quien dirige mi comando de campaña y era el presidente del sindicato de Cantv.

Logramos establecer lo que hoy conocemos como cestaticket. La reducción de la jornada laboral la aplicamos en Sidor, en Guayana, y luego en toda Venezuela como parte de la ley. La definición del salario que logramos en nuestra lucha desde Guayana hoy se aplica para el cálculo de prestaciones sociales de todos los trabajadores y eso lo logramos como reivindicación.


Eso es dictadura y aquí hay políticos y partidos que se inhiben, que no son capaces de llamar esto por su nombre: una dictadura tiránica

Andrés Velásquez, candidato a la primaria por La Causa R

Hoy, conociendo el terreno laboral como lo conozco, puedo afirmar que en Venezuela las condiciones laborales son de esclavitud; hay pobreza laboral, pudiéramos acuñar ese término. Hay esclavitud laboral porque no hay salarios. Con tanto orgullo en el pasado uno podía decir ‘vivo de mi trabajo’. Hoy en día nadie puede decir eso, porque nadie puede vivir de su trabajo con estos miserables sueldos que prácticamente son inexistentes. No existe el salario en Venezuela, el régimen lo convirtió en un bono, de manera que no hay salario y reponerlo, reajustarlo, es una propuesta concreta. Estoy señalando 250 dólares mínimos de ajuste del salario mínimo, no menos de eso.

Hoy los trabajadores, los pensionados, están sometidos a una política de exterminio con estos salarios de hambre. La gente tiene que rebuscarse para sobrevivir porque no hay empleo y eso es indicativo de la gravedad de la crisis económica. No existe salario, no hay contrato colectivo, vacaciones, utilidades. Hoy estamos proponiendo como parte de ese proyecto de reformas y reconstrucción de la Venezuela digna y sustentable devolverle el valor social al trabajo y una de esas primera medidas tiene que ver con un ajuste salarial inmediato, eso lo haría si soy presidente y lucharía por eso si no lo soy.

—Cuál sería la posición de Andrés Velásquez en un futuro hipotético frente a gobiernos que por liberalización de la economía, por el ingreso de capitales extranjeros, tomen decisiones que no estén a favor de los trabajadores?

—No he visto un planteamiento de peligro en relación con los derechos laborales y además te reafirmo que voy a estar en primera línea solicitando esos derechos laborales. Cualquiera que llegue al poder, que no tome en consideración los derechos laborales y la importancia del valor social del trabajo en Venezuela, está liquidado, puede prepararse para salir. Si hoy hay algún sector social en Venezuela que ha cargado con el mayor peso de todo este desastre es el de los trabajadores y, en consecuencia, con los trabajadores hay que hacer justicia. Es más, creo que la fórmula es educación y trabajo para recuperar a Venezuela y apuesto por la reconstrucción del país a quienes generan riqueza que son los trabajadores.

Si no nos tomamos de la mano de los trabajadores en general para la reconstrucción del país, estaremos equivocando el camino. Los derechos laborales no están en peligro en un gobierno de derecha. Es en gobiernos totalitarios e izquierdosos como este, donde no hay libertad sindical, la política salarial no se discute en contratos colectivos, sino es lo que impone el régimen; que quien protesta va a parar a la cárcel.

–Cuáles son las lecciones aprendidas a partir de la experiencia de los trabajadores de Sidor, caso que usted conoce muy bien. ¿Qué enseña eso al país sobre los supuestos derechos laborales en un gobierno que se hace llamar socialista y en un hipotético gobierno más de derecha?

—Un gobierno más a la derecha, el de Caldera que en su oportunidad privatizó Sidor y que, por cierto, la ley de privatización que se aprobó en el Parlamento y de la que la Causa R participó como elemento activo, permitió un modelo de privatización en el que los trabajadores eran accionistas de la empresa por ley y eso permitió que en cada trimestre recibieron hasta 8 millones de bolívares, cuando el bolívar valía. Cada grupo de trabajadores, de acuerdo con el número de acciones que tenía por su antigüedad, recibía desde 1.000.000 hasta 8.000.000 de bolívares y eso lo hacía partícipe de las ganancias y producción de la empresa. Es un modelo que perfectamente puede ser aplicable para futuras necesidades que tengamos para establecer asociaciones estratégicas o privatización de alguna de estas empresas que están en Guayana.


Pensar que tenemos que buscar un candidato, elegir uno que sea potable, que le guste a Maduro, no nos hace bien para recuperar la libertad

Andrés Velásquez, candidato a la primaria por La Causa R

—¿Cuál es la propuesta de Andrés Velásquez respecto al tema de la migración?

—La primera necesidad: desalojar a Maduro del poder. Cambiar el modelo, esta estafa de socialismo del siglo XXI que vendió Chávez y que Maduro prosiguió. Restablecer la democracia es la condición número uno para hacer el llamado a nuestros compatriotas y que vengan. Seguridad jurídica. Seguridad de un servicio público que, en mi opinión, tiene que seguir siendo responsabilidad del Estado: la calidad de la educación en Venezuela. Que nuestras universidades tengan el financiamiento oportuno y que un título universitario sirva para vivir con dignidad, para formar riqueza, familia en nuestro país, que dé garantía de futuro.

La mayoría de los que se fueron pertenece a familias humildes, que salieron jugándose la vida en ese infierno llamado selva del Darién, para tener algún tipo de entrada y enviar una remesa a su gente para medio vivir en Venezuela. Todo eso está ligado al tema del trabajo, de la economía, de sus derechos laborales, del crecimiento del bienestar, de las libertades. Hoy a Venezuela podemos definirla como un país desdibujado: sin empleo, sin instituciones; hay delitos de lesa humanidad, hambre; una nación que tiene comprometida su soberanía por grupos irregulares en todas las fronteras.

No hace falta ser de izquierda o de derecha, o pararnos en divisiones, para entender que la justicia y la necesidad de vivir bien se dan más allá de ideologías en cualquier país del mundo.

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