La joven caraqueña de 16 años es habitante de la Cota 905, barriada del oeste capitalino. Obtuvo el segundo lugar del segundo grupo (de 13 a 16 años) en la categoría historieta, del concurso Hagamos la tarea juntos, una iniciativa de El Pitazo y UNICEF Venezuela. En el proceso previo al concurso realizó dos dibujos; finalmente escogió para participar el que tenía como tema la pandemia. Lo tituló: Llegó el COVID-19 a Venezuela
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Asbel Saray Hidalgo Hernández, o Sarita, como la llaman cariñosamente, es una adolescente de 16 años, con voz serena y angelical. Sus rizos hermosamente definidos se combinan con rasgos de ingenuidad y sencillez. Estos atributos se ven armónicamente complementados con una dulce sonrisa que brinda sin mezquindad en todo momento.
Es estudiante de cuarto año de bachillerato en el liceo bolivariano Gran Colombia, de la Cota 905, donde recibe clases matutinas. Luego asiste a partir de las 2:00 pm a la sede de Otro Enfoque, una Organización No Gubernamental (ONG) que se encarga de brindar atención psicosocial y apoyo académico a jóvenes de algunas comunidades populares de Caracas. Es justo en ese lugar donde decidió conceder la entrevista, acompañada de su mamá, Gley Hernández.
Emocionada y un poco nerviosa, Sarita manifestó que se siente muy feliz por haber obtenido el segundo lugar, del segundo grupo (de 13 a 16 años) en la categoría historieta, del concurso Hagamos la tarea juntos, una iniciativa de El Pitazo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF Venezuela).
Si naciste con un don, es porque Dios te lo dio, y no es para que lo tengas guardado
Asbel Hidalgo
“No pensé que podría ser seleccionada entre los primeros lugares. Entre tantos participantes, ¡naguará!, ¿quedar yo?", expresó entre risas y como si aún no se lo creyera. Sin embargo, agradeció a quienes la apoyaron para que mostrara su talento, pues confiesa que al principio estaba insegura debido a que era su primera participación en una actividad de este tipo.
Mencionó especialmente a Carolina Terán, coordinadora del equipo psicosocial de Otro Enfoque, que la motivó especialmente a concursar. Pero agregó que cuando sus compañeras se enteraron de que podría tener esa oportunidad recibió un sinfín de buenos deseos. “Hey, Sarita, participa, tú sabes dibujar, esa es tu pasión. Vamos a ver qué sale, nada vas a perder con intentarlo", le dijo una de las amigas, y prácticamente fue el mismo discurso de otras tantas.
El proceso
Sarita contó que para su participación en la actividad literaria inicialmente elaboró un cómic cuya historia era la de una chica estudiante de liceo con diversas situaciones de su etapa como adolescente. Luego se le ocurrió hacer otra historieta con el tema de la pandemia, que fue, finalmente, la que envió al concurso. La tituló Llegó el COVID-19 a Venezuela.
Indicó que en el proceso recibía sugerencias de sus compañeras y colaboradoras de la organización. Agregaba elementos, enriquecía la historia y dibujaba mejor. “Incluí a mi familia entre los personajes, situaciones que me ocurren y que me estaban sucediendo en el momento", refirió.
Con respecto a sus destrezas y pasión por el dibujo, catalogó dichas virtudes de talentos que forman parte constante de su vida. Cree que son un obsequio divino que recibió del cielo.
“A veces imagino algo, y hasta que lo dibujo exactamente como lo quiero plasmar y como lo veo en mi mente, no me quedo tranquila. Yo me inspiro con todo: con las cosas buenas y con las no tan buenas también. Además, pienso que si tú naciste con un don, es porque Dios te lo dio, y no es para que lo tengas guardado, sino para que te destaques y te luzcas. Entonces, mi mensaje para todos los jóvenes es que si saben hacer algo bien y les apasiona tienen que sacarle el mayor provecho a ese regalo", expresó la joven estudiante.
La noticia
“Yo estaba tranquila en mi casa cuando Carolina envió un mensaje por el grupo de WhatsApp para informar: ¡Sarita quedó! Al principio no entendía, pero cuando comprendí que había ganado el segundo lugar en mi categoría de historieta me emocioné mucho, salté de alegría y casi lloro de la felicidad", así describió Asbel el momento en el que se enteró de que su obra había sido premiada.
Hizo referencia al dicho que reza: “El que no arriesga no gana", y señaló que fue una de las enseñanzas aprendidas al haber participado tras vencer sus propios temores e inseguridades. “Tal vez algunas cosas nos pueden dar miedo, pero si nos quedamos ahí sin accionar, nos estamos perdiendo de una gran oportunidad", reflexionó.
Sugirió que para la próxima edición del concurso o de cualquier otra iniciativa de ese tipo, se dé la oportunidad de participar bajo un tema libre, “que se tomen en cuenta los propios problemas que enfrentan los jóvenes, como el bullying, así como también los momentos felices. “Porque la vida no siempre es color de rosa", subrayó.
A pesar de lo dicho, dejó claro que está muy decidida a trabajar disciplinadamente para construir un porvenir como lo desea. “A futuro tengo muchos planes. Me gusta soñar e imaginar un mundo de fantasías. Además, quiero estudiar psicología y diseño gráfico, comprarme mi casa, mi carro, darles una mejor calidad de vida a mi mamá, a mis hermanos y a todas las personas que pueda ayudar", visualizó la talentosa dibujante.