El eclipse lunar total del 26 de mayo tuvo una duración de 15 minutos y fue visible en la mayor parte de Sudamérica y la costa oeste de Norteamérica. También se vio parcialmente en algunas partes de Centroamérica y del este de Sudamérica, así como en la parte oriental de algunos países asiáticos y de Oceanía.
Durante este eclipse, la luna se vio rojiza debido a que la luz solar no llegaba directamente a la luna sino que parte de esa luz estaba filtrada por la atmósfera terrestre y se proyectaban sobre nuestro satélite los colores rojizos y anaranjados.
De ahí este misterioso efecto que se conoce popularmente como «luna de sangre». Si te la perdiste aquí te dejamos algunas fotos: