Se cumple una semana de la tragedia en la Sierra de Perijá

A siete días de la crecida de los ríos Kunana, Yaza y Tukuko, en la Sierra de Perijá, las comunidades indígenas reconstruyen lo poco que pudieron salvar, mientras continúan la búsqueda de cuatro niños y un adulto desaparecidos

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Cerca de mil familias quedaron damnificadas después del deslave. Foto: Johandry Andrea Montiel

Durante la noche del pasado 3 de octubre, la crecida del río Kunana, en la cuenca de Toromo, en Machiques, dejó un niño de tres años fallecido, otros cuatro niños y un adulto desaparecidos, así como numerosos daños materiales y personas damnificadas.

Los indígenas yukpas de esta comunidad relatan que el agua comenzó a llevarse todo a su paso, incluyendo viviendas y enseres de más de 1.000 familias.

Este jueves se cumple una semana de la tragedia y los indígenas de la Sierra de Perijá exigen mayor atención.

Según testimonios de los afectados, las autoridades repartieron cajas Clap, pero sólo traían productos como arroz, pasta y arvejas; además, hubo comunidades que no recibieron esta ayuda. Las madres exigen proteínas, especialmente para sus hijos.

También denuncian que la Alcaldía de Machiques repartió agua en cisternas, pero estaba sucia. A pesar de ello, confiesan que se han visto obligados a cocinar con ella lo poco que pudieron rescatar, como yuca. Exigen ayuda gubernamental urgente.

Miembros de diferentes comunidades ya empiezan a construir casas improvisadas a más de dos kilómetros de donde vivían, teniendo que trasladarse a pie.

Los indígenas yukpas y campesinos afirman que desconocen de cuánto es la pérdida en sus diversas cosechas de topocho, maíz, café, plátano y yuca. También aseguran que murieron decenas de animales como caballos, donde solían trasladarse.


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Fotos de Johandry Andrea Montiel

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