Caracas .- “Fue horrible, porque en cuestión de minutos creció, se salió y nos agarró de sorpresa. Estaba alto, pero como en otras oportunidades también ha pasado, por eso no se había salido", contó a el equipo de El Pitazo la comerciante y residente del barrio La Línea en Petare, Daniela Davis, sobre el desbordamiento del rió Guaire, registrado este miércoles 10 de agosto.
Davis vive desde hace cuatro años en esta zona caraqueña y por primera vez le toca enfrentar esta situación. Comentó que debido a la crecida del cauce del Guaire perdió dos neveras que fueron alcanzadas por el agua, y mercancía como caramelos, chucherías y cigarrillos que vendía en la cava de una camión de carga improvisada donde tenía una agencia de loterías.
Lo mismo le sucedió a Leonel Garrido, habitante de el barrio La Línea desde hace más de 20 años, quien ya ha enfrentado otros eventos parecidos, pero que en esta ocasión no se escapó de perder cocina, ropa, colchones, televisores, microondas y otros electrodomésticos que no le dio oportunidad de ubicarlos en zonas altas para evitar los embates de la crecida de este cauce.
“Subió como 1,5 metros, pero mi casa está en alto, si no los daños pudieron ser mayores", dijo Garrido, quien además destacó que su vivienda es una de las que suele estar más afectada, porque está ubicada a orilla de calle justo al frente del río.
El petareño Garrido relató que durante su tiempo en esa residencia le ha tocado enfrentar de cuatro a cinco situaciones similares y es una de las razones que le permitió actuar de forma calmada y no preocuparse.
Asimismo, otro habitante del barrio La Línea, identificado como Henry Hernández, recalcó que desde hace cuatro años no se registraba el desbordamiento de este afluente porque anteriormente crecía anualmente.
Hernández destacó que tiene 60 años viviendo en este lugar, por esa razón para él es difícil cambiar de casa o la ubicación de su taller de latonería e instalación de equipos eléctricos. Fue en esa zona donde su madre, Jovita Gutiérrez, lo crió y donde ella tenía una bodega, el mismo local en el que hoy perdió toda su mercancía, alimentos y enseres producto de la crecida del Guaire.
Esta situación causó tristeza y desilusión en Davis, quien admitió que lo primero que hizo fue sentarse a llorar. “No encontraba por dónde empezar a recoger, porque imagínate, ¿en cuánto sale una nevera y las cosas que uno compra?", se preguntó.
Sin embargo, para el latonero Hernández, pese al mal rato, su lema es: “Pelear, así sea con uno mismo. Lo que venga hay que afrontarlo".
Los afectados con el desbordamiento contaron con la suerte de que justo este miércoles les llegó el suministro de agua, con el cual solo cuentan dos días a la semana, y fue así como pudieron simplificar las labores de limpieza de sus casas, calles y aceras que quedaron tapadas con una capa de lodo gris oscuro procedente del río Guaire.