Caracas.- Los espacios externos del Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV), están convertidos actualmente en un lugar en el que indigentes duermen, se drogan, hacen sus necesidades fisiológicas y tienen sexo.
Así lo verificó este viernes, 14 de mayo, el equipo de El Pitazo, luego de que representantes de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la UCV denunciaran en la red social Twitter las condiciones de abandono y desidia en las que se encuentran los alrededores de uno de los recintos culturales más importantes del país.
En las áreas circundantes del Aula Magna por donde han caminado centenares de graduandos de la UCV, a través de muchas generaciones, así como múltiples agrupaciones culturales, artistas y personajes públicos de renombre, hoy se evidencian rastros de heces, orina, drogas consumidas y preservativos (condones).
El panorama ensombrece la obra arquitectónica diseñada por Carlos Raúl Villanueva y que contiene las famosas Nubes de Calder, obra acústica de Alexander Calder, que fueron uno de los atributos considerados para que en el año 2000 toda la universidad fuese declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Jesús Mendoza, Consejero Universitario de la UCV, manifestó que la comunidad estudiantil está dispuesta a coadyuvar en la solución que amerita «de manera urgente no sólo los espacios del Aula Magna, sino de casi todas las instalaciones de nuestra casa de estudios».
«La última jornada de mantenimiento que intentamos hacer, no pudimos realizarla por diferentes obstáculos de permisología impuestos por la Dirección de Mantenimiento de la UCV», aseguró.
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Mendoza, comprende que el personal de mantenimiento de la Universidad Central de Venezuela, no haga mayor esfuerzo en realizar el trabajo que le corresponde, porque cada obrero gana entre 2 y 3 dólares mensual, según dijo.
«Similar situación ocurre con los vigilantes, quedan muy pocos, y los que asisten no quieren arriesgarse a todo lo que se exponen con las personas de la calle que frecuentan la universidad en la noche; no cuentan con implementos de bioseguridad ante la pandemia, y en el caso de la Facultad de Humanidades, los estudiantes les dan bolsas con comida como incentivo para que resguarden las instalaciones«, señaló.
David Romero, secretario de Deportes del Centro de Estudiantes de la Escuela de Geografía, denunció que en los salones de clases se están cayendo las baldosas del techo por problemas de filtración. Destacó la voluntad que ejercen en intentar mantener sus espacios de formación en las mínimas condiciones de limpieza.
«En la Facultad de Geografía, estamos viendo clases de manera semi-presencial: vía online en las semanas de cuarentena radical y presencial en las de flexibilización.
Profesores y alumnos hacemos un gran esfuerzo por mantener los salones limpios a través de jornadas de mantenimiento y arriesgándonos porque no hemos sido vacunados contra la COVID-19, pero lo hacemos para avanzar en materia de educación», subrayó el joven estudiante.